Punto Penalti reclama a las grandes marcas más flexibilidad en los pagos del comercio

Punto Penalti, con dos tiendas en Valencia y Elche y un e-commerce, preveía un 2020 exitoso, con crecimientos de las ventas por encima del 20%. Las previsiones se cumplieron para enero y febrero, con lo que la tienda realizó programaciones más agresivas y llenó su almacén de stock. Con la llegada de la pandemia, sin embargo, “todo saltó por los aires”, comenta su gerente, Adrián Bayona. Al ser un operador especialista en futbol y no abordar otros deportes en su establecimiento, el parón económico ha tenido una mayor afectación.

Bayona relata que los proveedores de productos de fútbol entendieron, en un primer momento, que las tiendas estaban cerradas: “algunos anularon las facturas emitidas y otros a pesar de girar los recibos nos aseguraron que ya se pagarían más adelante”. La sorpresa llegó, posteriormente, cuando empezó la reapertura de las tiendas. Según el gerente, algunas grandes marcas “están siendo muy poco flexibles y exigen que se liquide todo lo debido. Y si no se paga, quedan canceladas las programaciones ni peticiones de reposiciones”.

FALTA DE LIQUIDEZ

Desde Punto Penalti indican que el principal problema entre las tiendas especialistas de fútbol es la falta de liquidez por la escasa reactivación de las ventas. Ante este escenario, el responsable dice haber presentado planes de pago con un calendario fijado que las grandes marcas no aceptan, lo que supone una piedra en el zapato importante.

“Entendería que te exigieran el pago de las deudas de manera inmediata si se han generado por una mala gestión, pero la causa ha sido una pandemia que ha paralizado la actividad económica a nivel mundial. Ni todos podemos ganar, ni todos podemos perder, se trata de ayudarnos los unos a los otros”, reflexiona el detallista.

SENSIBILIDAD DE JOMA

Desde la tienda se quejan que “a finales de mayo nosotros no habíamos abierto y algunas marcas ya nos reclamaban las deudas”. En contraposición, Bayona se refiere a la estrategia seguida por Joma, “que a pesar de girar los recibos, nos ha permitido soluciones a medida para los pagos”.

Bayona se pregunta si en realidad las grandes marcas de fútbol están utilizando la pandemia para acelerar su estrategia de reducción del número de clientes a nivel  global, europeo y español. “Entiendo que prefieren centrarse en los operadores más grandes, apostar a caballo ganador y reducir sus ventas a tiendas pequeñas o medianas, así como apostar por comercios propios”, declara el detallista.

Un 50% menos de ventas en junio

Punto Penalti redujo a la mitad su facturación durante el mes de junio, el primero que estuvo completamente abierto tras el confinamiento, aunque con un horario reducido de tardes. Tanto en el canal online como el offline, el operador aplica un 40% de descuento en todos sus productos, con el objetivo de agilizar la salida del stock, obtener liquidez y poder hacer frente a los pagos.

Por categorías, el calzado de fútbol es la que ha sufrido un mayor golpe, teniendo en cuenta que todavía no hay fecha de reactivación de las competiciones de categorías inferiores a Segunda B. “Al final, nuestro principal cliente en calzado es el jugador de esas categorías”, revela Bayona.

En cambio, el textil cuenta con un mayor dinamismo en su tienda, básicamente, “porque las prendas que vendemos se pueden utilizar no sólo para fútbol sino para la práctica de otros deportes al aire libre”. “A pesar de que no es nuestra línea principal de negocio, ahora es la que mejores perspectivas ofrece, con lo cuál nos estamos centrando en ella”, prosigue.

 Nuevo canal online

Justo antes de la declaración del Estado de Alarma, Punto Penalti renovó su e-commerce, que actualmente aporta el 20% de la facturación global. “Nuestro margen de crecimiento es enorme porque partimos de cifras bajas pero va a costar posicionarse en buscadores ante la inversión en SEO y SEM que hacen los grandes operadores”, concluye Bayona. El detallista espera, eso sí, que el auge de la compra online  a nivel global les acabe beneficiando y cita ejemplos de visitas en países “en los que ni siquiera nos hemos introducido de manera activa”.