(7-6-2018). Tras la adquisición por parte del Grupo Excens, MATT ha recuperado la senda alcista, centrada en los segmentos especializados de esquí y otudoor, y prevé cerrar el año con un 25% más de ventas que en 2017.
Según explica el director comercial de Matt en España, Ramon Solé, el sell in de la próxima temporada de invierno se cerró “con un 20% más de ventas, lo que nos hace prever que el crecimiento a final del año será mayor”. El responsable asegura que “mucho artículo de outdoor no se programa a largo plazo, sino que se programa a corto plazo o se compra mediante reposición”.
“Durante los primeros meses del año hemos programado bastantes productos de esquí, y a partir de ahora, esperamos que los clientes nos sigan pidiendo guantes, cintas o gorros, que como los fabricamos aquí, los podemos servir en un corto espacio de tiempo”, explica Solé.
La marca, que ya cerró 2017 con un aumento del 15% de las ventas, confía en el buen funcionamiento de las nuevas colecciones de calcetines técnicos y de cascos de esquís, “a pesar de que todavía supongan una facturación pequeña respecto al volumen de negocio total”.
El director comercial asegura que las ventas se reparten al 50% entre los segmentos de esquí y outdoor. En el primero, la mayor demanda proviene de los guantes, mientras que en el segundo, “la facturación está más repartida entre gorros, bragas de cuello y cintas para la cabeza”.
Por otro lado, Matt prevé crecer en número de puntos de distribución física, básicamente, en tiendas especialistas en esquí y montaña, pero también en algunos establecimientos multideporte que cuentan con algún espacio dedicado a estas actividades.
El detallista
Ramon Solé tiene claro que “nuestro socio tradicional es el detallista y lo tenemos que cuidar en todos los sentidos”. “No queremos tener una actitud de ir a destrozar el mercado, obteniendo un gran volumen de ventas a precios reducidos porque al final eso es pan para hoy y hambre para mañana”, sostiene el director comercial de Matt
Desde la marca se muestran partidarios de “proteger a aquellos clientes que tratan bien a nuestro producto y ayudan a crear un valor añadido respecto al consumidor final”. En este sentido, la enseña apuesta por fijar unos precios y controlar que los detallista cumplan dentro de ese margen.
“No puede ser que un producto que se debe vender a 89,95 euros, te lo puedas encontrar a 45,95 euros en una plataforma online”, prosigue Solé, quién cree que en esta situación pierden todos los eslabones de la cadena comercial.
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