(12-6-2020). El fundador de Vèrtic Outdoor, Francesc Bergés, sostiene que la crisis del Covid-19 ha evidenciado la “fragilidad” del mercado del outdoor y defiende una alianza más estrecha entre el retail especializado de montaña y las marcas para afrontar el nuevo escenario post-coronavirus.
Vèrtic Outdoor, uno de los principales operadores de la distribución especializada de montaña en España, reabrió hace casi tres semanas sus tres puntos de venta, ubicados en Barcelona, Sabadell y Manresa. Por el momento, los comercios funcionarán con horario reducido hasta que se reactiven las ventas, muy pendientes del avance de Barcelona y su área metropolitana a la fase tres de la desescalada para que se autorice la movilidad entre distintas provincias y zonas de Cataluña. La enseña realizó una intensa labor previa a la reapertura para adaptar sus establecimientos a los nuevos protocolos de seguridad e higiene, implementando medidas como la colocación de mamparas en las cajas, obligación de mascarilla, disposición de geles hidroalcohólicos y aplicación de luz ultravioleta para desinfectar aquellas prendas que el cliente se prueba y no adquiere.
El propietario de Vèrtic, Francesc Bergés, indica que durante el periodo de confinamiento su ecommerce funcionó muy bien, llegando casi a triplicar las ventas, pero asegura que este auge no sirvió, ni mucho menos, para compensar el cierre de las tiendas offline. “Somos una empresa omnicanal y nuestra web es un referente del comercio electrónico de outdoor, pero nuestro negocio se basa en la experiencia de ser atendido en un punto de venta físico”, incide. En las semanas de aislamiento, la empresa instauró un servicio de videollamada para reforzar el asesoramiento a los clientes online y ofrecer un valor añadido.
Si hay rebrotes y nos vemos obligados a volver a cerrar en octubre o noviembre, el país se quedará sin comercio
Las ventas de outdoor, a expensas de la movilidad interterritorial
Sobre la reapertura de las tiendas físicas, comenta que el consumo de productos para la práctica de deportes de outdoor no se reactivará hasta que se abra totalmente la movilidad entre territorios y los usuarios puedan desplazarse a las zonas de montaña. Bergés no duda de que este verano el turismo de proximidad y en contacto con la naturaleza saldrá reforzado, pero también apunta que las previsiones macroeconómicas no son positivas y el consumidor también se mostrará reacio al gasto. “No auguro que los dos próximos años sean muy positivos”, señala el detallista, quien advierte de que “si hay rebrotes y nos vemos obligados a volver a cerrar en octubre o noviembre, el país se quedará sin comercio”.
Cambios urgentes en el modelo de negocio del outdoor
El fundador de Vèrtic Outdoor sostiene que la pandemia ha evidenciado que “trabajamos en un sector que es tremendamente frágil y que, al igual que el resto de segmentos deportivos, trabaja con unos márgenes muy ajustados”. Es por esto que confía en que la crisis del Covid-19 marque un antes y un después y urge a un cambio en el sistema de programación y distribución del mercado ya que “cuando un negocio no es bueno para todas las partes acostumbra a morir”. “Este cambio ha de ser radical”, defiende el minorista, “no se pueden comprar colecciones a un año vista para venderlas después con un margen muy apretado, esto demuestra que se trata de un mercado muy poco sano y que falta proyección”.
Francesc Bergés tiene claro que proveedores y puntos de venta tendrán que reforzar más sus lazos para poner en valor el producto de manera conjunta y poniendo en marcha acciones que pueden ir desde la conexión de las bases de datos a la mejor exposición de las colecciones en tienda con mobiliario específico de la marca y campañas de promoción compartidas, asegurando unos márgenes “aceptables” para las dos partes. Pero el responsable de Vèrtic observa que “hay pocas tiendas que estén preparadas para ello y me temo que muchos comercios pequeños están abocados al cierre”.
En su opinión, buena parte de los suministradores de productos para disciplinas de montaña están dispuestos a realizar este “cambio de chip” porque “también se han encontrado con la dificultad que ha supuesto el cierre del comercio físico y son conscientes de que la solución pasa por alianzas más estrechas. Estamos hablando de trabajar conjuntamente las programaciones, de saber qué productos estarán en los lineales, de sustituir los que no se venden por los que sí y, en definitiva, de afrontar la modernidad. Hay muchos proveedores interesados en que su producto esté bien representado y que son conscientes de que una marca se construye con un buen producto, pero también con atención exquisita, asesoramiento por parte de personal cualificado y buena comunicación”.
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