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El Banco de España mantiene la previsión de crecimiento pero alerta de subida en la tasa de paro

Para el periodo 2019-2021

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(16-12-2019). El Banco de España ha dado a conocer sus previsiones sobre la evolución de la economía española entre 2019 y 2021, manteniendo su estimación de crecimiento, al tiempo que alerta de una posible subida de la tasa de paro y un empeoramiento del déficit.

El Banco de España ha mantenido en el 2% su estimación de crecimiento para este año y en el 1,7% y el 1,6% sus previsiones para 2020 y 2021, pero en cambio ha empeorado dos décimas la estimación de tasa de paro este año, hasta el 14,3%, cuatro décimas la de 2020 (13,6%) y dos décimas la de 2021 (13%), de acuerdo con sus nuevas proyecciones macroeconómicas de la economía española, que incluyen por primera vez su estimación de PIB para 2022 (1,5%) y de tasa de paro (12,5%), según informa EuropaPress.

El organismo económico destaca que en los próximos años el ritmo de avance de la economía española seguirá superando la tasa de crecimiento potencial, por lo que la prolongación de la actual fase expansiva del PIB seguirá ampliándose y permitirá que siga absorbiéndose el “todavía elevado” volumen de desempleo. No obstante, la economía, a lo largo del horizonte de proyección, continuará mostrando una senda de “desaceleración gradual”.

Más déficit público

La autoridad monetaria también ha empeorado sus previsiones de déficit público, en una décima para este año, hasta cerrar en el 2,5%, medio punto más que el objetivo que se marcó el Gobierno, y estima ahora un déficit del 2,1% y del 1,8% para 2020 y 2021, respectivamente, tres décimas más que lo recogido en la estimación previa. Sobre la deuda, prevé que cierre este año en el 96,6% del PIB, siete décimas por encima de la estimación del Ejecutivo.

El Banco de España explica que la revalorización de las pensiones en el periodo 2020-2022 en línea con el IPC, frente a la actualización del 0,25% previsto en las anteriores previsiones, hace que sus estimaciones de déficit empeoren especialmente a partir de 2020. En concreto, prevé que las pensiones podrían subir un 1,2% el año que viene, de acuerdo con su estimación del IPC.

Desaceleración de la demanda interna 

El Banco de España, que estima que el PIB crezca un 0,4% en el cuarto trimestre, la misma tasa que en el trimestre anterior, afirma que el crecimiento de la economía española seguirá apoyándose en la demanda interna, gracias a la mejora registrada en la situación patrimonial de hogares y empresas y a los bajos tipos de interés, mientras que la demanda externa acusa un mayor “debilitamiento reciente” de los mercados de exportación.

A pesar de la mejora de la demanda interna, el Banco de España advierte de un “menor vigor” de la misma en los próximos años ante la finalización del proceso de absorción de la demanda de bienes duraderos acumulada durante la crisis, el repunte de la tasa de ahorro de los hogares, más cautelosos en relación con sus decisiones de gasto, y la desaceleración de la creación de empleo, así como la moderación de la inversión empresarial.

Más tasa de paro y más costes por asalariado

El empleo crecerá este año un 2% (dos décimas más que la estimación previa), y repuntará un 1,3% y un 1,4% los dos años siguientes, respectivamente, pero prevé una mayor tasa de paro como consecuencia de un mayor dinamismo de la población activa.

Por otro lado, la autoridad monetaria espera un alza del entorno del 2% de la remuneración por asalariado entre 2019-2021, la tasa de avance “más elevada” desde el inicio de la recuperación, que se une además al aumento del SMI en 2019, por lo que los costes laborales serán más acusados que en los últimos años, dado que el crecimiento de la productividad seguirá siendo reducido. Así, estima un IPC armonizado del 0,8% para 2019 y hasta el 1,6% en 2022.

Riesgos a la baja

Este escenario de crecimiento del PIB no está exento de riesgos, según el Banco de España, que apunta que, de manera predominante, están orientados a la baja. En el contexto exterior, indica que la mejora prevista en los mercados internacionales, en las tensiones comerciales y en la salida del Reino Unido de la UE de manera ordenada podría materializarse en sentido contrario, al tiempo que apunta a un “hipotético resurgimiento” de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente.

En el plano nacional, afirma que persiste la “incertidumbre” acerca del diseño futuro de las políticas económicas y, en particular, de los elementos necesarios para retomar el proceso de consolidación fiscal, “en la medida en que no se ha constituido todavía un nuevo Gobierno tras las pasadas elecciones generales”.

Asimismo, asegura que la capacidad de resistencia de la economía española frente a “hipotéticos desarrollos desfavorables” se vería fortalecida con la adopción de un programa de reformas estructurales orientadas a impulsar el potencial de crecimiento de la economía.


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