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Las define la CEO de Konnectare Value, Gemma González

Las tres claves del neuroliderazgo en tiempos de incertidumbre

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Gemma González Andrés es la CEO de Konnectare Values, una consultora especializada en Neuroliderazgo y Transformación Digital.

(8-5-2020). La CEO de Konnectare Values, Gemma González, resume en la ‘Ley de las tres C’ las claves para ejercer un neuroliderazgo eficiente en los actuales momentos de incertidumbre que vive el mundo a raíz de las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

Desde que se decretara el estado de alarma para evitar el avance de la pandemia del Covid-19, el mundo entero vive momentos de mucha incertidumbre y gran inseguridad. Para la CEO de Konnectare Value, Gemma González, “hoy más que nunca, es el momento más idóneo para aplicar el neuroliderazgo”.

El neuroliderazgo es una técnica de organización de los recursos humanos de una empresa que se sirve del conocimiento del cerebro para gestionar grupos de trabajadores. Su objetivo es ayudar al líder de la organización a conectar mejor con su equipo, así como a establecer una comunicación mucho más significativa y positiva entre las partes que componen la empresa.

¿Por qué es tan idóneo en estos momentos el neuroliderazgo?

Porque hoy se necesitan líderes que sean resilientes que se enfrenten a esta situación tan compleja con determinación, con consciencia del momento único que estamos viviendo, y que sean sensibles al estado emocional de sus equipos. Un buen neurolíder es capaz, porque se conoce a sí mismo, de calmar su cerebro, de conectar consigo mismo y, con su ejemplo, inspirar al resto de miembros de su equipo. Asimismo, en estos momentos, todo líder de organización necesita recuperar la motivación de su equipo, suscitar en cada uno de sus miembros el orgullo de pertenencia al mismo, al objeto de conseguir su compromiso para reconstruir un proyecto de futuro que permita al grupo alcanzar el reto que se ha propuesto.

Además del autoconocimiento de su cerebro y de su calma, ¿qué otras competencias debe reunir el neurolíder en estos momentos tan llenos de dudas e inseguros para llevar adelante su compañía?

Básicamente tres: creatividad, coraje y compasión.

Lo que apunta es toda una ‘regla de las tres C’. ¿En qué sentido debe aplicarse la creatividad?

La creatividad debe aplicarse para abrirnos a nuevas posibilidades, para visualizar nuevos escenarios y nuevas ideas. La creatividad también puede servir para resolver problemas complejos, para gestionar el debate y el conflicto dentro de nuestros equipos. Ahora  conviene dar la bienvenida a la diversidad porque es una de las maneras de obtener otras perspectivas. Y la creatividad del líder también debe servir para trabajar de forma ágil, gestionando equipos multidisciplinares, que analicen todas las propuestas y que propicien el hacer partícipes a los equipos en la búsqueda de soluciones.

Y dentro de esa creatividad es positivo propiciar el pensamiento crítico, el cuestionarnos cómo habíamos hecho hasta ahora las cosas y dilucidar cuáles de ellas van a a quedarse y cuáles van a desaparecer.

Ha citado al coraje como segunda competencia clave para el neuroliderazgo en estos momentos de tanta incertidumbre.

Efectivamente, los días que estamos viviendo están repletos de adversidades y de miedos derivados, precisamente, de la incertidumbre. Pero, frente a ello debemos sacar nuestra mejor versión y, también, ser fieles a nuestros valores. Hablaba antes de que es tiempo de líderes resilientes. Precisamente este tipo de líderes son líderes con coraje para enfrentarse a situaciones difíciles y hacerlo con una actitud más positiva. Y ello se debe, como he apuntado antes, a que un neurolíder sabe como calmar su cerebro, cómo modular la reacción de su amígdala, cómo activar dopamina y oxitocina para inspirar y generar entornos de confianza dentro de su organización.

Finalmente, la tercera C sería la compasión. En tiempos tan oscuros, ¿es eso factible?

Por supuesto. La compasión debemos practicarla para conectar con nosotros mismos, con nuestras fortalezas y con nuestros propósitos en la vida. La compasión también la necesitaremos para empatizar con los demás y pasar a la acción proponiendo iniciativas que despierten el orgullo de pertenencia dentro de la organización. Igualmente, necesitaremos la compasión para ser capaces de preguntarnos qué sienten y viven nuestros empleados y, a partir de ahí, trabajar para cambiar el estado emocional del equipo. La compasión nos ayudará a vivir más el momento de la verdad y a encontrar vías que nos ayuden a marcar la diferencia con nuestra competencia; también para fomentar y desarrollar buenas prácticas que reactiven el compromiso de nuestros colaboradores.

A continuación, puedes ver el video que la consultora Mas ha hecho a partir de las declaraciones de Gemma González.

 


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