Open Camp entra en concurso de acreedores como último recurso para sobrevivir

La falta de visitantes en su primera temporada ha puesto en aprietos al proyecto Open Camp que, tras pedir ayuda al Ayuntamiento de Barcelona (el cual rechazó entrar como inversor pero sí que accedió a flexibilizar las condiciones de pago del alquiler del espacio), los promotores del parque de atracciones del deporte se han visto obligados a presentar voluntariamente concurso de acreedores, con un pasivo de entre 3,5 y 4 millones de euros.

Con esta maniobra que Open Camp inició en el mes de enero, evitando la liquidación gracias a un acuerdo con los acreedores, se pretende obtener una ampliación de capital de 1,2 millones de euros, cantidad que permitiría al parque reflotar antes de la apertura de la nueva temporada.

El proyecto, que en estos primeros meses de actividad no ha logrado las cifras de asistencia previstas, ha iniciado ahora un plan de viabilidad que contempla el pago a proveedores -en su mayoría socios de la propia empresa- en un plazo de tres años, según avanza el diario Expansión.

En esta nueva fase, el juzgado mercantil número 8 de Barcelona nombrará un administrador concursal que se hará cargo de la gestión de la sociedad en colaboración con la actual dirección.

Inauguración de la nueva temporada

A pesar de su delicada situación económica, el parque, que ha estado cerrado los tres últimos meses por el período invernal, prevé inaugurar este fin de semana la temporada de verano.

Open Camp abrió sus puertas el pasado 16 de junio y ofrece a los visitantes entretenimiento a partir de experiencias deportivas reales y virtuales relacionadas, entre otros deportes, con el fútbol, el baloncesto, el atletismo, la natación, el hockey o la esgrima.

La inversión inicial fue de 18,5 millones de euros, 12,5 millones de los cuales provenían de fondos propios y los otros 6 restantes de otras compañías colaboradoras.

Los promotores del proyecto preveían facturar 31 millones de euros en su primer año de funcionamiento.