(30-3-2020). Las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno no sólo han obligado a dar por concluida la temporada de esquí precipitadamente sino que han cambiado la manera en la que las tiendas de nieve están realizando las programaciones de cara a la próxima campaña 2020-21.
Las estaciones de esquí se vieron obligadas a echar el cierre el viernes 13 de marzo ante la inminente declaración del Estado de Alarma como consecuencia de la expansión del brote de Covid-19. Los detallistas lamentan que han perdido un mes de campaña, y eso en el mejor de los casos, ya que Sierra Nevada preveía extender la temporada hasta el puente de mayo. No obstante, también respiran más tranquilos cuando piensan que la campaña ha sido bastante buena gracias a las condiciones de nieve y reconocen que “mejor cerrar ahora que en diciembre o enero, entonces sí que habría sido una catástrofe”.
Pero el confinamiento está teniendo otras consecuencias para el sector de la nieve más allá de la clausura de las estaciones y de los puntos de venta. La recta final de la temporada es el momento de hacer las programaciones de material duro para el año siguiente y de rematar las de ropa y accesorios, cuyo sell in se retrasa cada vez más. Ante la imposibilidad de acudir físicamente a los establecimientos de esquí o de organizar showrooms para mostrar sus colecciones, los proveedores de nieve están apostando por enviar a sus clientes catálogos online y hacer los pedidos en base a ellos.
Las tiendas consultadas por CMDsort aseguran que todos los principales suministradores de productos para la práctica de deportes de nieve han optado por esta fórmula, que no acaba de convencer a algunos detallistas pero que, tal como admiten, es la única posible en estos tiempos de confinamiento.
Sin poder tocar
Y es que los minoristas de nieve sostienen que “no es lo mismo poder tocar, ver en persona y hasta poder probar el material que guiarte por una foto”. Algunos señalan que el material duro sería el más fácil de programar por esta vía telemática, ya que las colecciones son, en líneas generales, continuistas y más reducidas. Pero dicen que, en el caso de la ropa y los accesorios, el surtido entre el que elegir es mucho más amplio y se hace, además, más esencial poder observar en persona los colores o sentir el tacto.
El catálogo online supone un ahorro de costes para proveedores y tiendas
Un método que podría imponerse en el futuro
A pesar de las dificultades que los detallistas alegan que entraña esta nueva manera de programar las colecciones, muchos son conscientes de que este ‘modus operandi’ supone un ahorro de costes para los proveedores, e incluso para las propias tiendas, ya que se evitan viajes y traslados. Es por esto que algunos comercios no descartan que esta fórmula pueda prosperar en el futuro, en un momento en el que, además, dicen que se pone en tela de juicio la labor de intermediarios como los agentes comerciales.
Temor ante posibles retrasos
Los detallistas de nieve se están afanando a hacer sus pedidos para la próxima campaña durante estos días de confinamiento. Temen que algunas fábricas puedan estar paradas o funcionando a medias y que, además, tengan dificultades para abastecerse de sus suministradores, lo que podría derivar en retrasos en la entrega de las colecciones de la próxima temporada blanca. “Mejor realizar los pedidos cuanto antes por si las casas madre tienen que cursarlos por orden de llegada”, señala un veterano detallista.
Incertidumbre
Aunque el sector de la nieve tiene unos cuantos meses por delante para que se recupere la normalidad y la temporada 2020-21, si la nieve lo permite, arranque cuando toca, los comercios no son ajenos a la situación generalizada de incertidumbre y al impacto económico de la crisis del coronavirus. Los más fuertes financieramente están realizando inversiones en compras de material similares a las del año pasado, pero otros están recortando sus compras o se replantean reajustarlas en función de la evolución de la situación sanitaria, económica y social.
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