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Internet, los descuentos y el tardío arranque lastran la campaña blanca

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Imagen de archivo de Baqueira Beret.

(13-4-2015). Una vez concluida la Semana Santa, los detallistas dan la temporada blanca 2014-15 prácticamente por terminada. Algunas de las principales tiendas de nieve de España hacen balance de la campaña.

Las condiciones meteorológicas del otoño 2014 han sido sin duda determinantes para el desarrollo de la campaña blanca. El tiempo en octubre y primera quincena de noviembre fue extremadamente caluroso para esa época del año y muchas estaciones no pudieron abrir el último fin de semana de noviembre, tal como estaba previsto.

Las tiendas inciden, por tanto, en que el puente de la Purísima se perdió y la Navidad tampoco arrojó los resultados deseados. Las nevadas de febrero permitieron remontar la situación, pero el balance global, según las impresiones de los minoristas, es que la temporada ha sido igual o incluso un poco peor que la anterior.

Jorge González, propietario de Tecnisport Burgos, comenta que “cuando tenía que nevar no nevó y diciembre y enero fueron meses muy flojos de nieve. En febrero las condiciones para la práctica del esquí mejoraron pero, por ejemplo, en Carnaval, que es muy buen momento, hizo mal tiempo. Además empezó a llover y la nieve se deshizo. Semana Santa nos ha dado un empujón pero no ha sido suficiente para compensar el resto de la temporada”.

En la misma línea, Begoña Rivera, propietaria de Roca Roya, en Cerler, valora que “la temporada no pudo arrancar bien por la falta de nieve. Después, y tal como viene ya sucediendo en los últimos años, en el mes enero los partes meteorológicos alarmistas de los medios de comunicación influyeron muy negativamente sobre la afluencia de esquiadores a la estación. Febrero y Semana Santa fueron más dinámicos, pero ya con descuentos y rebajas”.

‘Cultura del descuento’

No obstante, los comercios consultados lamentan que los descuentos han sido un elemento constante de toda la campaña. “El cliente mira cada vez más el gasto. Los modales se han perdido y me temo que no se van a recuperar. La ‘cultura del descuento’ se ha instaurado en la mente del consumidor y es habitual que entre en la tienda preguntando en cuánto le vamos a dejar el producto”, señala Patrick Besson, propietario de Patrick Sport.

Con él está de acuerdo Joaquín Sanz, propietario de Skiman, quien advierte que “hemos malacostumbrado a la clientela a comprar en ferias de saldos y outlets y va a ser complicado quitar este hábito de la mente de la gente. Esto se empezará a solucionar cuando las tiendas compremos lo que realmente se ajusta a nuestras necesidades y no haya tantos excedentes, aunque es muy complicado acertar con las programaciones”.

Y es que los excedentes de stock son una de las principales preocupaciones de los establecimientos de esquí. Así, por ejemplo, Jorge González indica que “nos hemos quedado con mucho stock, tanto de material duro como de textil. No hizo un invierno tan frío y la ropa se ha estancado”. Sin embargo, Patrick Besson afirma que “los proveedores han ajustado sus órdenes de fabricación al máximo y no han tenido género para reponer. La lectura positiva de esta falta de stocks es que es muy probable que los operadores online también tuvieran problemas para conseguir material”.

Internet se lleva la venta de esquís

Los detallistas apuntan de forma unánime que el renglón de producto que mejor ha funcionado esta campaña ha sido el de las botas. En el extremo contrario se situarían el textil, ya ‘tocado’ desde hace varios años, y los esquís. De estos últimos comentan que Internet se está llevando las ventas.

“El alquiler de esquís nos está funcionado muy bien; pero las ventas van mal porque cada vez se compran más por Internet”, asegura Antonio Jesús González, responsable de Granada Esquía. El minorista sostiene que “ha llegado un momento en el que a las tiendas casi nos sale más a cuenta comprar el producto por Internet, a algún operador centroeuropeo, que al distribuidor español. Prácticamente hay una diferencia de 20 euros más IVA, pero las tiendas tenemos que hacer la programación en el mes de abril, sin saber cómo será la temporada, si habrá nieve, etc. Para conseguir un buen precio estamos obligados a arriesgar y comprar volumen”.

Por su parte, Patrick Besson hace hincapié en que “Internet hace mucho daño porque tenemos que solucionar los problemas que le surgen al cliente cuando el producto que adquiere online no es lo que esperaba o no le queda bien, etc.”. El detallista asegura que, al igual que ya está haciendo algún otro comercio, “estamos estudiando la posibilidad de cobrar al cliente por probarse las botas. Nos da miedo su reacción, pero es una solución ante la avalancha de personas que vienen a la tienda, se prueban las botas y luego compran por Internet. No somos un supermercado”.


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