La estaciones de esquí catalanas, a la expectativa para salvar el puente de la Purísima

“En las comarcas de montaña catalanas existe una fuerte inquietud ante las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia. Todos nos tendremos que adaptar y quizá tengamos que gestionar reservas de última hora”. Son palabras del director de la división de Turismo y Montaña de FGC, Toni Sanmartí, encargado de coordinar la apertura de estaciones como La Molina, Boi Taüll, Vall de Núria o Vallter 2000, entre otras.

Sanmartí reconoce que el momento de la verdad llega ahora porque hasta esta semana “hemos realizado las mismas acciones que otras temporadas, con la contratación de personal para poner a punto las estaciones de esquí”. Es en los próximos 15 días que se tendría que incorporar casi la mitad de la plantilla temporal, con la vista puesta en el puente de la Purísima.

Preguntado por si FGC conoce los planes de otros departamentos de la Generalitat sobre las restricciones, Sanmartí ha respondido que no y ha añadido que es muy probable que la decisión sobre el puente se tome a pocos días vista. “En este sentido, nosotros estamos preparados para abrir de un día para otro si es necesario”, explica el directivo.

Por lo que respecta al servicio de restauración de las estaciones, sólo se ha visto afectado por las restricciones el establecimiento de la Vall de Núria, que opera todo el año. “Estamos ofreciendo un servicio de comida para llevar”, explica Sanmartí. En el resto de estaciones, si se pueden abrir, el servicio de comida y bebida estará disponible en función de las indicaciones de la Generalitat.

Un “40-50%” de la facturación

El Puente de la Purísima y la campaña de Navidad son los dos momentos más importantes en la temporada de nieve y, según reconoce Sanmartí, “suponen entre un 40 y un 50% de los ingresos”. Por lo tanto, el objetivo prioritario es poder salvar el mes de diciembre para no estar condicionados el resto de meses.

Optimismo moderado

A pesar de la incertidumbre actual, el director de la división de Turismo y Montaña de FGC confía que las estaciones puedan abrir en buenas condiciones para el puente de la Pursíma y para la práctica de un deporte como el esquí que asegura la distancia social. Es más, Sanmartí está convencido que si se superan las restricciones por movilidad, habrá una respuesta buena por parte de los visitantes o esquiadores.

Por otro lado, el directivo considera que será una temporada atípica en comparación a otras: “lo más probable es que no haya tantas aglomeraciones durante los fines de semana y que haya picos de demanda y bajadas puntuales. Esa irregularidad vendrá determinada porque probablemente los clientes se esperarán hasta última hora para realizar sus reservas”.

Falta de nieve

La otra gran incógnita que rodea a las estaciones catalanas de esquí es la falta de nieve, provocada por las altas temperaturas. Sin embargo, Sanmartí confía en la previsión de las dos próximas semanas, que indica una bajada generalizada de las temperaturas y la llegada de borrascas.

 Foco en el cliente catalán

Por último, el director de la división de Turismo y Montaña aspira a incrementar el número de visitantes o esquiadores catalanes, que en una temporada normal ya significaba el 80% del total. “Muchos se decidían por ir a pasar unos días a los Alpes o una semana a las montañas de Colorado y ahora es el momento que esquíen más cerca de casa”, sostiene Sanmartí. El 20% restante de visitantes se reparte entre el cliente español y el internacional, a partes iguales.