(27-7-20). El director general de Akkeron, Antonio Domínguez, sostiene que la situación financiera de muchos clubes de pádel en España no es buena. La marca teme que la caída de clubes conlleve la desaparición de pistas y que ello repercuta negativamente en las ventas del retail deportivo.
“Muchos clubes de pádel están en la cuerda floja porque durante años se han rebajado excesivamente los precios para captar clientes. Con márgenes de beneficios bajos y los meses de confinamiento, la situación financiera es difícil”. Son palabras del director general de Akkeron, Antonio Domínguez, quién asegura que algunos clubes no han sobrevivido y otros puede que tengan que cerrar. Un ejemplo de club que se llevado el confinamiento es el Sanset Pádel Club Indoor, que ofrecía 31 pistas en San Sebastián de los Reyes.
El problema se centra, esencialmente, según describe Domínguez, en aquellos clubes constituidos como empresas cuya financiación está en pocas manos. Según el responsable de Akkeron, “si con un confinamiento han quedado ‘tocados’, a pesar de la reactivación de la demanda para jugar a pádel, un segundo confinamiento podría ser definitivo, sobre todo, entre aquellos clubes indoor que pagan el alquiler de una nave y tienen que amortizar pistas y vestuarios”.
REESTRUCTURACIÓN EN EL SECTOR
Desde Akkeron subrayan que se está produciendo una reestructuración en el sector de los clubes de pádel y que aquella entidades con mayor capacidad financiera aumentarán su cuota de mercado, “al igual que sucede con las tiendas o las marcas”.
Sin embargo, el directivo alerta que “si a la larga, se reduce la oferta de pistas, habrá una afectación en el volumen de ventas del retail”.
MENOS CURSOS
El director general de Akkeron también percibe una pérdida de interés por la formación en los clubes: “ahora el jugador prefiere disputar partidos con alguien conocido y no arriesgarse a estar con otros alumnos en una sesión formativa, ante la posibilidad de contagiarse”.
Según Domínguez, gran parte de los clubes han dejado de lado, de manera provisional, las escuelas de formación.
Este fenómeno ha provocado que “el cliente final tome las decisiones de compra de manera autónoma, sin la influencia de los monitores, que muchas veces recomiendan unos productos por interés propio”.
Domínguez prevé, no obstante, que cuando vuelvan las escuelas de formación, “los monitores seguirán teniendo su influencia”.
Reactivación de las ventas en julio
Akkeron cerró su actividad durante los meses de confinamiento y su máximo responsable dice no ha percibido una recuperación real de sus ventas hasta este mes de julio: “durante este mes estamos registrando un aumento del 200% en relación al mismo mes del año pasado”. Según añade, la demanda se concentra en palas de gama alta que oscilan entre los 200 y 300 euros.
Domínguez se muestra expectante ante la evolución del mercado en los próximos meses, que dependerá de la aplicación o no de nuevas restricciones y de la capacidad de consumo del deportista en un contexto de crisis económica. “No creo que lleguemos a un confinamiento total como en marzo pero sí se puede producir por zonas, con la afectación que eso supone”, declara el director general.
Guerra de precios
Domínguez se ha referido a la guerra de precios como un problema endémico en el mercado del pádel, agudizado ahora por el confinamiento y la necesidad de aligerar stocks de aquellas marcas importadoras de China. “Nosotros sobrevivimos gracias a una tecnología y a la fabricación propias. Los chinos son muy buenos estéticamente pero cuando se usan las palas, el resultado no es el mismo”, sostiene.
Akkeron declara haber invertido un millón de euros en su fábrica nacional para ser una marca puntera en tecnología.
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