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La fusión asociativa del pádel, en aguas pantanosas

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El estado de impass actual de las negociaciones para la unificación de la Aipp y la Ceipp ha propiciado que las dos organizaciones estén ahora inoperantes.

(16-2-2018). El proceso de fusión de las dos asociaciones españolas de proveedores de productos de pádel (Aipp y Ceip) va a ser más larga de lo que, en un principio se presagió. La primera reunión, celebrada a mediados del pasado mes de enero, culminó con más aspectos divergentes que denominadores comunes.

Todo intento de alianza conlleva dificultades. Así han podido constatarlo los responsables de la Comisión Española de Industrias del Pádel (Ceip) y de la Asociación Internacional de Proveedores de Pádel (Aipp). La unificación que los máximos responsables de ambas asociaciones, Jesus Ballvé y Jorge Gómez de la Vega, respectivamente, anunciaron a través de CMDsport a mediados del pasado mes de diciembre, muestra claros indicios de que el proceso va a requerir tiempo.

La primera reunión, celebrada entre ambas asociaciones el pasado 24 de enero pasado, concluyó sin más acuerdo entre las partes que darse un tiempo para acabar de dilucidar si ese deseo de unificación planteado se mantiene y, sobre todo si es realmente viable o no.

“ALGO NECESARIO”, DESDE UN PRISMA TEÓRICO

He podido constatar que las dos organizaciones reconocen la necesidad de esa unificación desde una perspectiva teórica, pero, al mismo tiempo, también he podido constatar que en aquella primera reunión, más que buscarse puntos de encuentro, se cayó en la trampa de ver qué asociación gozaba de mayor consistencia y proyección, tal vez por esa tentación tan humana de ver quien tiene más ‘cromos’ en vez de empezar desde un buen principio haciendo saco común.

Reconozco que esta unión que el pasado diciembre anunciaron que perseguían Ballvé y De la Vega no sólo no sería sencilla en un escenario ‘normal’, sino que en el caso del pádel resulta harto compleja. No en vano, las dos asociaciones arrastran una ‘mochila’ de precedentes que deberían haberse descartado, eliminado y olvidado desde el primer segundo de las negociaciones y, sin embargo, todo parece indicar que salieron a relucir ya en el debut de las conversaciones.

‘NAVÍOS’ VARADOS

La primera consecuencia de esta situación actual de análisis de la situación por parte de ambas asociaciones ha provocado que, tanto desde la Ceip como desde la Aipp, reconozcan que tienen sus respectivos ‘navíos’ varados. Y esta circunstancia no parece que vaya a variar mientras no se reactiven las negociaciones.

Por el momento, desde la Aipp me han asegurado que el próximo mes de marzo se intentará volver a poner hilo a la aguja. Desde dicha asociación aseguran que “hay buena voluntad por ambas partes”, que las dos asociaciones coinciden en que “dos organizaciones de proveedores en un mismo mercado es absurdo”.

No obstante, desde la Aipp también, asumen que “a pesar de esa buena voluntad, no hay recursos ni tiempo”. Los recursos que se citan se refieren principalmente a los de tipo económico. Aducen que “hace falta dinero para poder hacer cosas”.

DEFINICIÓN DE OBJETIVOS COMUNES

Uno se pregunta qué cosas, si ambas asociaciones ya han definido realmente una relación de prioridades elementales a acometer por aquello de ‘no empezar la casa por el tejado’. Porque, no en vano, es indudable que toda unificación requiere unos objetivos muy concretos y asumibles y, sobre todo, asequibles, en primera instancia, y, en segunda, la definición de unos protocolos que permitan que la nueva asociación pueda empezar, como mínimo, a andar, sin obsesionarse por el querer volar enseguida.

Siempre he creído que lo que permite unificar a dos partes (o más) es disponer de unos objetivos realmente compartidos, así como que las partes se vean y traten de igual a igual. Antes que el dinero, están las ideas, las ganas reales de aliarse, la definitiva superación de rencillas históricas y de comparativas odiosas. La preeminencia de ese ideario común es lo que realmente abre opciones; eso, más que empezar a hablar de dinero, casi, casi de buenas a primeras.

Por eso considero que priorizar la cuestión financiera antes que para qué se necesita ese dinero da pie a que pueda interpretarse que, precisamente, ese aspecto crematístico pudiera estarse esgrimiendo como argumento justificativo de la improbabilidad de culminar con éxito el objetivo propuesto.

‘BORRÓN Y CUENTA NUEVA’

La fusión asociativa de los proveedores del mercado español del pádel se encuentra, actualmente, pues, en aguas pantanosas. Superarlas depende de los negociadores.

Personalmente, les animo a fijar una nueva fecha para reemprender las negociaciones o, mejor dicho, para iniciarlas desde cero, dejando definitivamente de lado sus respectivos pasados, los intereses personales, pensando no en qué asociación debe prevalecer, sino más bien en qué nueva asociación crearán. En momentos como estos, a menudo es mucho mejor aquello del ‘borrón y cuenta nueva’.

Y estoy convencido de que los dos líderes de esta negociación, que es realmente histórica, pueden lograr ese objetivo. Su misión va más allá del futuro inmediato. Pueden favorecer la construcción de un sector que lleva tiempo reclamando su definitiva modernización para afrontar los atractivos desafíos que tiene ante sí.


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