J’Arribu denuncia “prácticas desleales” de mayoristas

Según denuncia Carles Cernera, propietario de J’Arribu, representantes de empresas mayoristas del mercado deportivo han acudido recientemente a su comercio, ofreciendo “material deportivo de todas las marcas, haciendo especial hincapié en aquellas marcas que, por los motivos que sean, no trabajo”.

Dichas empresas estarían visitando a tiendas de deporte no adscritas a una central o grupo de tiendas, asegura Cernera, interesándose especialmente “por los comercios que no tienen acceso a algunas marcas, de manera que proponen a estos comerciantes ser su distribuidor de todas las marcas a las que no tenga acceso directo”.

Sin descuentos pero mejores condiciones
El ‘modus operanti’ de estos mayoristas, explica el propietario de J’Arribu, “se basa en ofrecer a las tiendas la posibilidad de comprar los productos de la marca que deseen, pudiendo escoger tan solo la cantidad y las referencias que la tienda necesite”. Por el contrario, “el precio no es tan bueno como cuando compras directamente a una marca, ya que no tienes descuentos y el mayorista se lleva su margen”, pero aún así Cernera entiende que “las tiendas pueden plantearse esta operación ya que de este modo no se verán obligadas a aceptar las duras condiciones que imponen algunas marcas y tendrán acceso a un producto que, de otro modo, estaría vetado para ellas”.

Políticas de distribución
Cernera opina que esta práctica “desleal” daña el mercado en tanto que anula las políticas de segmentación y distribución de las marcas. “Hay marcas que intentan controlar que su producto no se venda en todo tipo de comercios y estos mayoristas, vendiendo a todos sin excepción, dejan sin efecto estas políticas”, lamenta.

Fuera de control
Sin embargo, no se trataría de una práctica ajena para el mercado deportivo ya que Cernera asegura haberlo comentado con distintas marcas de running, quienes “han admitido conocer la existencia de estas empresas, pero lamentan no poder ejercer ningún control sobre las actividades de mayoristas”.

Algo que el detallista ve con pesar ya que “ataca directamente a las leyes de la competencia, ya que quizás una marca con la que trabajo decide no vender a una tienda con unas políticas de precios poco claras o que se encuentra emplazada a pocos metros de mí, y estos mayoristas les venden con impunidad”.