(3-9-2021). Tras las vacaciones estivales se produce el conocido síndrome postvacacional. Los psicólogos especialistas de Top Doctors explican cómo afrontarlo y recomiendan algunas rutinas beneficiosas.
A punto de terminarse la estación estival y por lo tanto las vacaciones, llega el conocido síndrome postvacacional o depresión postvacacional. Y parece que después del segundo verano pandémico, será más agudo que nunca ya que parte de la población no ha logrado alcanzar la desconexión emocional necesaria al tener que seguir lidiando con las dificultades de seguridad y distancia social, en una situación de pseudo libertad de las restricciones, afirman los especialistas de Top Doctors.
Además, programar minuto a minuto las vacaciones puede derivar en una insatisfacción por no alcanzar las expectativas y no priorizar la relajación y el disfrute y sanación mental. Esto hará que durante la vuelta a la rutina puedan aparecer síntomas como ansiedad, depresión, palpitaciones, tensión muscular, irritabilidad, taquicardias o temblores, lo que deriva en una menor capacidad de concentración y rendimiento en el trabajo. Si estos síntomas duran más de dos semanas, deberán tratarse con un especialista.
“Las personas que tienen una menor resistencia a la frustración, los que trabajan en un entorno desagradable y de tensión, los que no se sienten realizados en su trabajo, son muy autoexigentes o se consideran poco valorados por sus superiores, pueden padecer un cuadro más grave o prolongado de depresión postvacacional”, comenta la psicóloga Pilar Juan Navarro y miembro de Top Doctors.
Recomendaciones
A todo ello debemos sumar el fin de teletrabajo para muchos, y por lo tanto vuelta a una rutina presencial tras año y medio trabajando desde casa. Por todo ello, la psicóloga recomienda:
- Retomar los horarios habituales unos días antes del retorno laboral.
- Una vez que el trabajador se ha incorporado, debe tomarse el tiempo suficiente para ir al trabajo, sin prisa. Así como retomar las tareas de forma gradual y dosificada.
- Procurar no caer en la rutina y monotonía.
- Realizar deporte, técnicas o actividades relajantes. Establecer un autocuidado del descanso y la alimentación.
- No dejar de hacer actividades que nos motiven y que hacemos en vacaciones como el contacto con la naturaleza, relaciones sociales, actividades individuales etc.
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