Quantcast

FITNESS

Según el CEO de Myofisix, Ruben Ávila

Alertan que la fuerte expansión de los gimnasios low cost banaliza el entrenamiento

"Este modelo tiene una entrada fácil de usuarios por su precio y porque éstos siguen una moda"

ruben avila

El CEO de Myofisix, Ruben Ávila, lamenta que, pese a las quejas que surgen alrededor del modelo low cost, “nadie es capaz de ofrecer una opción generalizada de práctica deportiva con un valor añadido”.

(11-1-2024). El CEO y cofundador de Myofisix, Ruben Ávila, alerta que la fuerte expansión de las cadenas de gimnasios low cost está promoviendo una banalización del entrenamiento, y, por lo tanto, “una sociedad más lesionada”. También asegura que se está potenciando una cultura que asocia la práctica deportiva al bajo valor.

Del top-6 de cadenas de fitness que más gimnasios abrieron el pasado 2023, cuatro de ellas operan en el segmento low cost: Basic-Fit, Synergym, Fitnesspark, y Vivagym. Entre este ‘póker de ases’ del smart price, abrieron un total de 94 establecimientos, con Basic-Fit como cabeza de serie, con 51 aperturas, seguida de Synergym con 24; Fitness Park, con 13; y Vivagym, con 6.

Se trata de cadenas cuyos planes de expansión están muy lejos de haber culminado. Basic-Fit busca tener 700 gimnasios en España en 2030, mientras que Fitness Park ambiciona alcanzar los 150 centros operativos. Por su parte, Synergym, solo este 2024, prevé abrir 35 gimnasios, mientras que Vivagym quiere sumar, como mínimo, diez nuevos establecimientos. 

Según el CEO de Myofisix, Ruben Ávila, este escenario propicia “una banalización del entrenamiento”. A su parecer, “el segmento low cost promociona que el usuario crea (equivocadamente) que sabe entrenar por el simple hecho de entrar en unas instalaciones que prácticamente no cuentan con personal que lo asesore”. 

En su opinión, según subraya, estos operadores “propician que mucha gente interprete generalizadamente que un gimnasio es un espacio donde se paga un acceso y allí se hace lo que se quiere. Sin embargo, esa praxis acaba generando una sociedad mal entrenada y, por tanto, menos sana y con mayor riesgo de caer lesionada”. 

CULTURA DE BAJO VALOR

Rubén Ávila plantea que la expansión de las cadenas low cost implica “la creación de una cultura o creencia colectiva que asocia la práctica deportiva con un bajo valor standard de cuota de servicio, ya que el usuario acaba creyendo que todos los gimnasios operan en una misma gama”. 

En este sentido, entiende que “el valor del fitness lo acaban marcando aquellos profesionales que ofrecen una oferta de valor”. Por este motivo, anima a diferenciarse a todos aquellos gimnasios que quieran distanciarse del low cost. Según añade,“aunque sea complicado, hay que ofrecer eficiencia y seguridad, aportando una oferta de valor respecto al entorno actual, porque si no, te conviertes en uno más en la lista”. 

LA DOBLE MORAL

Ávila se muestra crítico ante la doble moral de aquellos usuarios que asisten a estos centros low cost pese a criticarlos. “No me vale que haya consumidores que critiquen su falta de personal, la poca formación y gran rotación de aquel, el material de que disponen o la masificación que existen en muchos centros de esta tipología, pero que, en cambio, siguen acudiendo a ellos y consumiendo sus servicios, en base a su asequible precio”, denuncia.

Para el máximo responsable de Myofisix, la causa del éxito del modelo low cost se produce porque “a día de hoy, no hay una opción generalizada de práctica deportiva con un valor añadido”. Tras ello, recuerda que, en el sector del fitness, “se celebra facturar mucho, tener muchos centros y abrir decenas de gimnasios. Esa corriente acaba propiciando precios bajos, pocos servicios y que las opciones del segmento low cost se centren principalmente en el dilema entre el precio o el ser estéticamente atractivo”.

UNA PUERTA DE ENTRADA FÁCIL

El directivo apunta que, pese a este contexto, “el low cost es un modelo que aproxima el servicio de los centros de fitness al público por su precio reducido, ya que es una entrada fácil por la baja inversión requerida”. No obstante, insiste en el hecho de que “no es oro todo lo que reluce, ya que el asesoramiento es muy limitado”. 

“Con estos precios, todo el mundo puede decir que va al gimnasio”, ironiza. Tras ello, asegura que “el público se apunta al gimnasio por una cuestión de moda, por lucirse en las redes sociales, por tener un buen cuerpo, es decir, por una cuestión de estética visual, así como para experimentar una alternativa de entretenimiento y socialización”. Rubén Ávila concluye lamentando que “al final, todos esos ‘valores’ facilitados por el segmento low cost van cuajando en la sociedad y dejando completamente relegado al valor salud”.  


No hay comentarios

Añade el tuyo