Los dispositivos móviles mejoran la eficacia y adherencia al ejercicio físico

La efectividad y la adherencia a los programas de actividad física tienden a aumentar cuando son prescritos mediante dispositivos digitales móviles en comparación a cuando se hace de forma presencial o sin soporte tecnológico. Esta es la principal conclusión de un metaestudio realizado como primer paso de una tesis del investigador Toni Caparrós, doctor en ciencias de la actividad física y el deporte, que busca abordar nuevos métodos y procedimientos para mejorar la eficacia de los programas de actividad física como tratamiento de diferentes patologías.

El trabajo se engloba dentro del programa de Salud y Psicología de la escuela de Doctorado de la Universidad Abierta de Cataluña, dirigida por Carme Carrión, investigadora principal del grupo eHealth Lab, de Estudios de Ciencias de la Salud, y colaboradora del eHealth Center.

Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el primer resultado científico, publicado en acceso abierto, analiza los resultados de trece estudios clínicos redactados entre 2011 y 2021 con el objetivo de evaluar hasta qué punto se tienen en cuenta las características individuales de las personas y de sus patologías a la hora de prescribir y lleva a cabo programas de actividad física.

Más digital y personalizado

Entre las conclusiones más destacadas del análisis, Caparrós señala:

• Mejora de la eficiencia de la intervención. En el 70% de los casos estudiados se identificó una mejora significativa en la eficacia de los tratamientos de actividad física.
• Mejora de la adherencia. El 85% de los estudios analizados concluyen que la adherencia a tratamientos, y su cumplimiento, era superior cuando implicaba el uso de tecnologías de salud móvil.
• Un enfoque centrado en la cantidad. A la hora de estudiar los efectos de estos tratamientos, la mayoría se centraron en la cantidad de ejercicio (por ejemplo, número de pasos al día) y no la intensidad o la calidad del mismo.
• Móviles y apps, lo más usado. Aunque algunos tratamientos se comunican mediante mensajes de texto y redes sociales, lo más habitual es utilizar aplicaciones móviles y teléfonos inteligentes.
• Poca individualización de los tratamientos. Prácticamente ningún estudio analizado reflejaba la adaptación de los programas de actividad física a las capacidades, la edad o la patología del paciente.

“La primera conclusión destacable es que las intervenciones de ejercicio físico en el ámbito digital son tanto o más efectivas que las presenciales”, apunta Caparrós. “Pero, a partir de aquí, hemos comprobado que todas las propuestas utilizan variables muy genéricas y no aportan información de calidad, ya que no se han diseñado específicamente para los individuos participantes ni para las enfermedades. Y está claro que no es lo mismo dirigirse a una persona de más de 70 años que a un joven con competencias digitales diferentes”, añade el investigador.

La investigación establece ahora una línea de estudio que se continuará durante el desarrollo de la tesis doctoral, con el objetivo de mejorar la prescripción de ejercicio físico en el ámbito de la salud digital con atención a las necesidades individuales de los pacientes (en función de la patología y la condición física, y prescrito bajo criterio médico), y a las capacidades tecnológicas de cada paciente.

La importancia de la actividad física en la salud

Todos los adultos de entre 18 y 24 años deberían practicar ejercicio físico moderado entre 150 y 300 minutos a la semana como mínimo, o entre 75 y 150 minutos, si es intenso. Las personas mayores de 65 años, además, deberían complementar esta actividad con ejercicios dirigidos a mejorar su calidad de vida y seguridad. Así lo recoge la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que también indica que la actividad física contribuye a prevenir y gestionar enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.

Tanto en la actividad física como en el ejercicio físico pautado, las herramientas de salud digital y móvil son cada vez más habituales y se presentan como una solución para que los profesionales médicos puedan optimizar la gestión, evaluación y control de la prescripción de ejercicio físico.

“La presencialidad es efectiva y necesaria, pero el ámbito digital aporta sus ventajas. Permite abarcar grupos de población más amplios y acceder a personas que por disposición o por dificultad de desplazamiento no puede acceder a tratamientos presenciales”, concluye Caparrós, quien añade que “si conseguimos que se cree una comunicación fluida a través de las herramientas digitales, estos programas puedes llegar a ser muy efectivos”.