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Causas y seis consejos para evitarlos

Por qué aumentan los dolores físicos en primavera

Dolor articular

Está demostrado que dormir mal provoca dolores en las articulaciones.

(11-5-2018). Con la primavera aparecen algunos síntomas propios de este tiempo, como el dolor de huesos o el cansancio. Los fisioterapeutas de Fisioserv explican algunas de las causas por las que duelen los músculos y huesos en esta estación del año y varios consejos para paliarlo.

Durante los meses de primavera la temperatura sube, a la vez que se produce una bajada de la presión en las articulaciones del cuerpo y en sus líquidos. Esto es debido a que las articulaciones están provistas de nervios sensitivos (barorreceptores) que responden a los cambios en la atmósfera. Por eso hay personas que sufren de dolores, como el dolor de huesos, con el cambio de tiempo, especialmente cuando va a llover, explican los fisioterapeutas de Fisioserv.

También duelen las cicatrices. La elasticidad del tejido cicatricial es menor que la de la piel normal. Así, cuando se produce un cambio de presión y la piel se estira, a la cicatrizada le cuesta hacerlo más que a la normal, tendiendo al dolor.

En primavera crece el insomnio. Uno de los síntomas más populares de la astenia primaveral es la dificultad para conciliar el sueño. Está demostrado que dormir mal provoca dolores en las articulaciones. Éstas a su vez, dificultan el descanso.

Otra causa es que con la llegada del buen tiempo muchas personas empiezan a hacer más deporte del habitual. Este hecho puede provocar dolor articular, ya que se realiza más ejercicio de manera repentina sin que el cuerpo esté habituado a ello.

6 consejos

Los fisiotrapeutas nos dan seis consejos para evitar el dolor de huesos durante la primavera:

  1. Dormir lo que el cuerpo necesite. La falta de sueño puede llegar a alterar el carácter, además de provocar dolor en los huesos y músculos. Por ello es recomendable dormir, al menos, 7 horas al día.
  2. Salir a pasear con la luz del sol. Este hábito es muy recomendable, ya que la vitamina D es fundamental para la mineralización del esqueleto y para elevar la fuerza muscular.
  3. Practicar ejercicio de manera controlada. Si no estás acostumbrado a hacer deporte, media hora al día es suficiente. Así se evita que los huesos se ‘oxiden’ y duelan  y para no padecer insomnio.
  4. Incluir antioxidantes en la dieta; especialmente las vitaminas C y E y diferentes pescados, como la merluza, que contiene ácidos Omega-3. Estas vitaminas y nutrientes son esenciales para mantener la firmeza de la piel y las articulaciones de músculos y huesos cuidadas.
  5. Practicar métodos de relajación, por ejemplo el yoga. El yoga es una disciplina de relajación perfecta para estos casos. Aumenta la flexibilidad en las articulaciones y en los músculos.
  6. Acudir al fisioterapeuta. Ponerse en manos de un experto en fisioterapia para someterse a un masaje muscular es otra de las opciones al llegar la primavera, ya que reduce el estrés a la vez que disminuye el dolor en las articulaciones.

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