(29-10-2021). Las campañas de márketing basadas en mensajes relacionados con el riesgo de muerte por inactividad física han resultado ser más efectivas y motivantes para los usuarios de gimnasios, que las que se vinculan a la obesidad o el ahorro económico, según concluye una reciente investigación.
Ni problemas derivados de la obesidad, ni ahorro en coste sanitario, ni estigmas sociales. Lo que más motivaría a las personas a practicar ejercicio físico es el riesgo a una muerte prematura.
Así lo ha determinado una investigación realizada en la Facultad de Ciencias de la Salud Pública de la Universidad de Waterloo, Canadá, en la que se han analizado cinco tipos de mensajes que utilizan las aplicaciones de fitness para motivar a las personas a ejercitarse físicamente.
El estudio valoró cómo de persuasivos eran los distintos mensajes en términos de motivación, efectividad, conexión con creencias sociocognitivas, la autoeficacia y la expectativa de resultados. También se valoró las diferencias entre géneros.
Riesgo de enfermedad o muerte, el más efectivo
La principal conclusión obtenida es que las apps de fitness que destacaron los peligros de la inactividad para la salud, incluida la muerte prematura, fueron mucho más efectivas en comparación con las que se centraron en el estigma social, la obesidad o el costo financiero.
Estudios previos sobre la efectividad de los mensajes que tienen como objetivo cambiar el comportamiento humano, especialmente en lo que respecta a dejar de fumar y comportamientos sexuales de riesgo, han encontrado lo contrario: que los mensajes relacionados con la mortalidad en realidad podrían ser una barrera para reconocer los riesgos para la salud.
El estudio, escrito por Kiemute Oyibo encontró que esta relación con la muerte actúa diferente en el fitness. “No esperaba que solo los mensajes relacionados con la enfermedad y la muerte fueran tan significativos y motivadores”, dijo Oyibo, en declaraciones recogidas por HCM.
“Los mensajes relacionados con la enfermedad y la muerte no solo eran motivadores, sino que también tenían una relación significativa con la creencia en la autorregulación y la expectativa de resultados, y no hubo diferencias significativas entre los sexos”, añadió.
Oyibo dijo que esperaba que los mensajes relacionados con la obesidad, como “uno de cada cuatro canadienses tiene obesidad clínica”, fueran motivadores y tuvieran una relación significativa con la creencia de autorregulación, dado que la obesidad está asociada con ser una de las principales causas de mortalidad, pero la gente no dio este salto conceptual.
“Este estudio es importante porque nos ayuda, especialmente a los diseñadores de aplicaciones de salud, a comprender los tipos de mensajes que pueden motivar a las personas, independientemente del género, en la comunicación persuasiva sobre la salud y que probablemente influyan en las creencias sociocognitivas de las personassobre el ejercicio”, señaló Oyibo.
Oyibo dijo que los estudios futuros deben considerar otras características demográficas además del género, como la edad, la cultura, la raza y la educación, para descubrir el papel que desempeñan en la comunicación persuasiva sobre la salud.
El estudio, llamado La relación entre la motivación del mensaje de salud percibido y las creencias cognitivas sociales en la comunicación persuasiva de la salud, se publicó en la revista MDPI, y puede consultarse en este link: https://www.mdpi.com/2078-2489/12/9/350/htm
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