Cómo incorporar la conciencia plena en tu vida y en las rutinas de fitness

Para tener una vida saludable y mejorar nuestro bienestar es importante adquirir y mantener hábitos saludables con un enfoque integral. La actividad física, seguir una alimentación equilibrada o descansar lo suficiente son básicos del día a día para cuidarnos, pero también es importante prestar atención a nuestro estado emocional y a la salud mental. Una práctica que puede reportarnos grandes beneficios es la conciencia plena, también conocida como el arte de estar presentes o mindfulness.

La conciencia plena es un estado de la mente en el que nos enfocamos en el momento presente con total atención y sin juzgar, que se puede practicar con ejercicios de respiración, meditaciones o estando muy presentes en nuestras tareas diarias. Para Paula Vercauteren, Fitness Content Specialist de Basic-Fit International, “El mindfulness o conciencia plena ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, así como a dormir mejor.

Además, es una práctica que se centra en conocerse mejor a uno mismo, en la autoaceptación y en practicar el amor propio. Al desarrollar la conciencia plena se está más presente en el ahora, nos ayuda a escuchar mejor y ser más pacientes, y fomenta relaciones más sanas con los demás. Si se convierte en un hábito diario se generan más sentimientos de alegría y de libertad”.

8 recomendaciones

Desde Basic-Fit, la mayor cadena de fitness de Europa, han querido compartir algunos consejos para incorporarla a tus rutinas de fitness:

1. Comienza de forma progresiva. Empezar con 60 segundos al día es suficiente para ir generando el hábito y comenzar a percibir los cambios. Es importante escuchar a tu cuerpo e ir marcándote objetivos realistas que te animen a seguir practicando. Pregúntate por qué quieres meditar y con qué fin, ¿estar más presente en el ahora, dormir mejor o practicar la escucha activa…?
2. ¿Cómo hacerlo? Busca un lugar tranquilo y silencioso en el que sentarte. Hazlo en una postura que te resulte cómoda, cierra los ojos y siente cómo fluye la respiración por tu cuerpo. Tu mente deambulará y se cruzarán pensamientos, pero no pasa nada, reconoce que está ocurriendo y vuelve a centrarte en la respiración. Repite la dinámica.
3. Haz seguimiento de tu progreso. Alcanzar las metas es importante, pero también lo son el propio camino y el desarrollo de la práctica. Un consejo es apuntar el tiempo que dedicas cada día, cómo te has sentido y qué cosas has percibido. Puedes utilizar un diario o la propia app de Basic-Fit.
4. Encuentra un momento adecuado y que encaje en tu rutina. Puede ser nada más levantarte, en la pausa del almuerzo o antes de irte a dormir. Y por supuesto, también puedes vincularlo con tu sesión de entrenamiento en el gimnasio.
5. Antes de entrenar, dedica unos minutos a pensar en la rutina que vas a realizar. ¿Qué zonas del cuerpo vas a trabajar? Cuando empieces a calentar, dirige la atención a tu respiración y toma conciencia de tu cuerpo y de los músculos que activas.
6. ¡Entrena escuchando tu cuerpo! Mientras realices los ejercicios, toma conciencia de tu cuerpo, escúchalo y haz los ejercicios estando presente. Una vez más, dirige tu atención a las partes del cuerpo sobre las que estás trabajando.
7. Cuando termines tu rutina de fitness dedica unos minutos a estirar y a hacer una pequeña meditación. Los estiramientos son muy importantes para evitar lesiones y dejar tu cuerpo a punto tras una sesión de entrenamiento. También es un momento perfecto para bajar pulsaciones, frenar los pensamientos y dirigirlos hacia tu cuerpo. Respira profundamente, ¿Cómo te sientes, tienes alguna molestia…?
8. Si prefieres tener una guía o ayuda, tienes a tu alcance meditaciones y minimeditaciones guiadas como las de la app de Basic-Fit, además de ejercicios de respiraciones. También puedes combinar tus ejercicios de cardio y fuerza con actividades como el yoga que te ayudan a profundizar en el equilibrio cuerpo-mente.

“La conciencia plena es una parte fundamental de un estilo de vida equilibrado. Al practicarla de forma habitual, serás más consciente de lo que te rodea y de tus rutinas, por lo que te puede ayudar a consolidar hábitos saludables y a desprenderte de costumbres menos beneficiosas o que te generan más estrés. Combinada con el fitness trabajarás la conexión entre la mente y el cuerpo y llevar tus entrenamientos a otro nivel.”, añade Paula Vercauteren.