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Hay recomendaciones tanto para los que practican deporte como para los sedentarios

3 fases para luchar contra el dolor de espalda

Debemos atacar el origen del problema

3 fases para luchar contra el dolor de espalda

Para quienes practican deporte, es crucial complementar cualquier actividad deportiva con un trabajo específico de fuerza y elasticidad, adaptado a las demandas del deporte y al estilo de vida. Imagen: Pressfoto en Freepik.

(28-2-2025). El dolor de espalda es una dolencia que la puede padecer hasta el 80 % de la población. Juanma Ortega, fisioterapeuta y fisiólogo del ejercicio, experto en salud músculo-esquelética, nos explica 3 fases para luchar contra ese dolor: la descompresión articular, la estabilización muscular y la protección funcional.

El dolor de espalda “es una de las dolencias más habituales en la población. Las estadísticas nos indican que el 80 % de las personas padecen, padecerán o han padecido algún tipo de dolor de espalda o incluso lesiones de mayor gravedad a lo largo de su vida. Estos datos son alarmantes y deben tomarse muy en serio”. Así lo explica Juanma Ortega, fisioterapeuta y fisiólogo del ejercicio, experto en salud músculo-esquelética, y que acaba de publicar el libro ‘Tu dolor de espalda tiene solución (si sabes cómo)’, publicado por Alienta.

Juanma Ortega es fisioterapeuta y fisiólogo del ejercicio, experto en salud músculo-esquelética.

“Aunque no se trata de una enfermedad mortal”, afirma, “muchas de las lesiones de columna que tratamos pueden provocar incapacidades temporales y, en algunos casos, si no se gestionan correctamente, secuelas permanentes que afectan la calidad de vida del paciente para siempre. Sin embargo, pueden encontrarse soluciones definitivas para reparar las lesiones de espalda sin necesidad de cirugía, atacando directamente el origen del problema. Asimismo, las personas pueden empoderarse para que no vuelvan a sufrir estas dolencias, ayudándolas a entender qué les ocurre, por qué les ocurre y qué pasos deben seguir para solucionarlo”.

El tratamiento que expone Juanma Ortega consta de tres etapas que se explican a continuación. Se trata del sistema SRC (Sistema de Rehabilitación de Columna).

La descompresión articular y cómo se realiza

El fisioterapeuta asegura que la descompresión articular es la primera fase del tratamiento y tiene dos objetivos principales. El primero es devolver la movilidad que estaba limitada en ciertas articulaciones debido a rigideces musculares y acortamientos. El segundo es lograr un alivio significativo del dolor y una mejora en la funcionalidad del movimiento.

¿Cómo se realiza? “Esta fase es analítica: identificamos qué tejidos musculares presentan rigidez y retracciones que han alterado la biomecánica corporal, causando lesiones como hernias discales o dolores intensos. Luego trabajamos sobre esos tejidos para recuperar su elasticidad mediante técnicas específicas de estiramiento prolongado, conocidas como técnicas de elasticidad compensatorias de larga duración. Estas técnicas consisten en mantener los estiramientos musculares analíticos durante más de 90-120 segundos”, prosigue.

¿Por qué son importantes? “Aunque a veces se cuestionan este tipo de técnicas, para mi estas técnicas son fundamentales en esta fase, porque son técnicas que nos ayudan a reorganizar las fibras de colágeno, mejorando la elasticidad y ayudando a que el tejido recupere su longitud funcional. Además, promueven la formación de sarcómeros en serie, lo que aumenta la longitud y optimiza la biomecánica del músculo. También favorecen el flujo sanguíneo, generando analgesia y facilitando la recuperación”, aclara.

En resumen, estos estiramientos no solo alivian los síntomas, sino que corrigen la causa del problema, restaurando la funcionalidad del tejido y previniendo de esta forma recaídas.

Qué es la estabilización muscular

Juanma Ortega explica que la fase de estabilización muscular se realiza después de haber recuperado gran parte de la movilidad articular. Su objetivo es estabilizar las articulaciones que presentaban bloqueos, rangos disminuidos o un funcionamiento biomecánico deficiente. Esto evita que los músculos afectados y debilitados vuelvan a recaer en los problemas que causaron las lesiones.

“En esta fase, el paciente ya no suele tener dolor intenso, ya que hemos controlado los síntomas iniciales. Aquí buscamos fortalecer los músculos para prevenir recaídas y preparar al cuerpo para soportar las demandas de la vida diaria”, aclara.

La protección funcional es la fase final del tratamiento. “Aquí diseñamos un plan de mantenimiento personalizado para cada paciente”, comenta Ortega. Imagen: Senivpetro en Freepik.

Qué es la protección funcional

Por último, “la protección funcional es la fase final del tratamiento. Aquí diseñamos un plan de mantenimiento personalizado para cada paciente. Analizamos las lesiones previas, su origen, las actividades diarias, el tipo de trabajo y las posturas que se mantienen durante largos periodos. También consideramos si el paciente practica algún deporte o actividad física”, comenta Ortega.

“El objetivo es guiar al paciente para que integre en su estilo de vida ejercicios específicos que mantengan el equilibrio entre fuerza y elasticidad muscular. Esto es vital para vivir sin dolor de espalda y realizar cualquier actividad, ya sea por ocio o por obligación, sin restricciones”, asegura.

Recomendaciones y precauciones

En cuanto a recomendaciones generales y precauciones, Ortega se centra en la prevención:

Para quienes practican deporte: Es crucial complementar cualquier actividad deportiva con un trabajo específico de fuerza y elasticidad, adaptado a las demandas del deporte y al estilo de vida. Aconsejo dedicar el 30 % del tiempo a mejorar la elasticidad muscular y el 70 % al fortalecimiento, ajustándolo a sus necesidades, no a modas físicas.

Evitar los sofás: Una de las recomendaciones más sencillas y efectivas es dejar de usar el sofá como lugar de descanso. Aunque pueda parecer más incómodo, es mucho mejor sentarse en superficies duras como una silla. Si quieres tumbarte, utiliza una colchoneta o esterilla en el suelo, apoyando la cabeza con cojines, y permanecer boca arriba. Esto puede ser incómodo al principio, especialmente para quienes ya tienen dolor, pero es una herramienta efectiva y accesible para prevenir problemas a largo plazo, concluye Juanma Ortega.


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