(16-2-2024). La práctica deportiva entre los jóvenes no se debería utilizar como una manera de compensar la cantidad de alimentos que se han ingerido, sino como un hábito saludable, evitando los trastornos alimentarios. La psicóloga clínica María José Moreno, y la Dietista-Nutricionista, Jessica Hierro, ambas de Alimmenta, nos dan las claves.
Albert Vinyals, doctor en psicología del consumidor y profesor de la Escuela Universitaria de Comercio y Distribución (Escodi), explicaba a CMDsport recientemente que “el auge de los jóvenes de muscularse en los gimnasios está disparando de forma “alarmante” los trastornos alimentarios”. Así lo afirmaba, en base a casos detectados entre sus propios alumnos y según numerosos estudios.
A continuación recabamos las opiniones y recomendaciones de dos expertas sobre el tema: María José Moreno Magaña, Psicóloga Clínica de Alimmenta, experta en trastornos de la conducta alimentaria, y de Jessica Hierro Santa Cruz, Dietista-Nutricionista de Alimmenta.
Atención al perfil del joven
En primer lugar, María José Moreno Magaña, Psicóloga Clínica, nos alerta de algunas conductas:
¿Cuáles son los trastornos alimenticios más habituales entre los jóvenes?
El trastorno alimenticio más común es el trastorno por atracón, que consiste en ingerir grandes cantidades de comida con una gran sensación de descontrol. El tipo de alimentos más común son los dulces u otros hidratos de carbono.
En segundo lugar, la bulimia, que es cuando además de los atracones hay alguna conducta de compensación como los vómitos o ejercicio físico.
Los jóvenes se ven expuestos en redes sociales a imágenes de chicos delgados (especialmente chicas) lo que es percibido como algo que deben conseguir para ser válidos y felices. Esto influye en su conducta alimentaria restringiendo la cantidad o el tipo de comida, y el hambre y la tensión que produce la restricción puede llevar a atracones.
La comida se puede convertir también en una vía de escape ante emociones negativas habituales entre los jóvenes como la frustración, aburrimiento, culpa o ansiedad. Hay muchos jóvenes que no tienen recursos personales para poder gestionar sus emociones y la comida es una manera de evadirse.
¿Se pueden agravar con la práctica deportiva o es al revés?
Dependiendo del perfil de personalidad del joven y del trastorno, puede ser de ayuda o perjudicial.
La práctica deportiva no se debería utilizar como una manera de compensar la cantidad de alimentos que se han ingerido, sino como un hábito saludable o una actividad gratificante.
En el caso de que el joven tenga un peso por debajo del saludable y/o una mentalidad obsesiva sobre la práctica deportiva (contando calorías que consume y gasta, no va a cenar con amigos si no ha hecho deporte, etc.), no debería de practicar este deporte temporalmente porque estaría contribuyendo a mantener su trastorno psicológico, pudiendo haber también riesgos para su salud física.
¿Hay diferencias entre chicos y chicas?
Hay más trastornos alimenticios hacia las chicas, porque la presión social hacia la delgadez va dirigida principalmente a ellas, sobre todo en redes sociales como Instagram y TikTok en que a menudo aparecen imágenes de chicas delgadas (a menudo son imágenes manipuladas por filtros).
Cuando las chicas se comparan con estas imágenes pueden llegar a la conclusión de que hay algo feo, gordo o defectuoso en su cuerpo, e iniciar conductas para cambiarlo, como comer menos o hacer mucho deporte.
El elevado tiempo de exposición que muchos jóvenes tienen a las redes sociales con este tipo de mensajes está provocando que aumente de manera importante la presencia de trastornos de conducta alimentaria entre ellos.
Recomendaciones nutricionales y seguimiento
Por su parte, Jessica Hierro Santa Cruz, Dietista-Nutricionista, nos proporciona varias recomendaciones:
¿Qué recomendaciones nutricionales nos da para alimentarse de forma saludable?
Los deportistas necesitan que su alimentación les proporcione la energía necesaria para tener un buen rendimiento deportivo, pero además debemos tener en cuenta que ésta sea saludable, completa y equilibrada eligiendo alimentos de calidad que cuiden de su salud.
Para ello comenzaremos con la base de su alimentación formada por frutas, verduras y hortalizas. Un consumo variado eligiendo, en la medida de lo posible, productos de temporada y proximidad.
Los hidratos de carbono son el combustible principal del deportista, su gasolina, y que obtendrá del consumo de cereales, preferentemente integrales, como arroz o pasta integral, pan elaborado con harinas integrales, avena integral, centeno u otros cereales y tubérculos como patata o boniato.
Por otro lado, el consumo de legumbres y derivados, pescados, huevos, carnes (magras y de ave como pollo o pavo) y lácteos serán su aporte principal de proteínas.
Las grasas son otra fuente importante de energía para el deportista, eligiendo grasas saludables que procederán del consumo de aceite de oliva virgen, frutos secos, aguacate, semillas y pescados azules ricos en ácidos grasos omega 3.
La bebida diaria con la que debe hidratarse el deportista será el agua. Pueden existir otras opciones que lo complementen como la leche, bebidas vegetales (de almendras, avena…), zumos o bebidas isotónicas en el caso de que sea necesario.
La elección de los alimentos, su distribución y cantidades variarán en función de las necesidades del deportista y el momento en que los consuma.
¿Es de importante que los deportistas jóvenes cuenten con el asesoramiento profesional de dietistas-nutricionistas?
Las exigencias nutricionales de un deportista suelen ser elevadas y la alimentación juega un papel muy importante en su rendimiento deportivo.
Contar con un asesoramiento nutricional especializado les ayudará a cubrir sus requerimientos energéticos diarios y entender cuáles son sus necesidades nutricionales para desempeñar con éxito el deporte que practiquen.
Este asesoramiento nutricional puede englobar y trabajar muchos aspectos de la vida del deportista, como son:
- Conocer su cuerpo y las necesidades nutricionales que tiene en cuanto a energía y nutrientes para alcanzar un buen rendimiento deportivo en las mejores condiciones posibles.
- Establecer una alimentación diaria variada y equilibrada, teniendo en cuenta los gustos y costumbres del deportista. En ocasiones nos encontramos con deportistas que se sienten muy cansados o que se lesionan con facilidad porque su alimentación no está siendo la adecuada porque, por desconocimiento, falta de tiempo, mala planificación u otros motivos, comen muy por debajo de sus requerimientos diarios.
- Adaptar la alimentación del deportista (aporte energético y de nutrientes, hidratación, suplementación…) a cada momento según si está en fase de precompetición, competición, fuera de temporada…así como en otras situaciones concretas como una lesión donde su actividad física sufre un gran cambio.
- Desterrar mitos nutricionales que le pueden estar perjudicando por falta de conocimientos en el ámbito de la nutrición deportiva.
Ofrecer al deportista herramientas para que tenga una buena planificación de sus comidas según sus horarios de entrenamientos y obligaciones diarias. - Valorar su peso y composición corporal y ver si es necesario marcar algún objetivo de aumento o reducción de peso o cambios en su composición corporal, especialmente en deportes donde existen categorías de peso (artes marciales, gimnasia, halterofilia, boxeo), preservando siempre su salud y su bienestar físico y mental.
- Detectar y tratar un posible caso de TCA (trastorno de la conducta alimentaria) que en muchos casos suele desencadenarse a raíz de un seguimiento exhaustivo de peso o comentarios que recibe el deportista por la parte del entorno en el que entrena.
- Saber elegir la suplementación nutricional adecuada, en caso de que la necesite (bebidas isotónicas, barritas energéticas, geles, recuperadores post entrenamiento). En algunos casos los deportistas llegan a consulta tomando una gran cantidad de suplementos (multivitamínicos, recuperadores, “quemagrasas”…) y es muy importante ver por qué lo toma, si realmente son necesarios o por el contrario debería dejarlos, siempre con una justificación basada en la evidencia científica.
- Establecer pautas de hidratación para que el deportista cubra sus requerimientos diarios.
- Planificación nutricional en épocas de competición: qué tomar antes, durante y después de una competición en cuanto a alimentación, hidratación y suplementación nutricional deportiva, en caso de que lo necesitase.
Además del asesoramiento nutricional, el dietista-nutricionista también puede ir haciendo un seguimiento del deportista valorando otros aspectos como son el descanso, su estado de ánimo, así como chequeos médicos periódicos (analíticas de sangre, pruebas de esfuerzo). Todo ello nos da una idea del estado general del deportista para poder hacer un abordaje más completo y personalizado.
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