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Recomendaciones según el tipo de enfermedad y patología

Los mejores y peores ejercicios para personas mayores

Los mejores y peores ejercicios en personas mayores 3

Santiago Jacomet asegura que las personas mayores se beneficiarán enormemente de la práctica de actividad física. Estén sanas o tengan una o varias de las enfermedades que detallamos, verán equilibrados sus sistemas.

(15-3-2019). Son muchas las enfermedades asociadas a la edad, aunque las más numerosas se engloban en dos grupos: las cardiovasculares y metabólicas y las reumatológicas o del aparato locomotor. El Doctor en Medicina y Director Académico de Orthos, Santiago Jacomet, nos explica los mejores ejercicios y aquellos que se deben evitar en cada caso.

El proceso de envejecimiento es de una gran complejidad y se explica por diferentes teorías. La oxidación, la deshidratación, la sobrecarga del peso corporal, el desgaste de los materiales de los tejidos son las causas, entre otras, de este proceso, que está más o menos acelerado según la persona, explica el Doctor en Medicina y Director Académico de Orthos, Santiago Jacomet.

Santiago Jacomet es Médico y Director Académico de Orthos

“El paso de los años”, continúa, “con el consiguiente desgaste orgánico, enlentecimiento del metabolismo y el efecto de la gravedad, degradan los sistemas del organismo”.

El aumento de la esperanza de vida (hasta los 70 o 80 años) ha hecho que aumente la frecuencia de determinadas enfermedades que hace tiempo no existían puesto que el ciclo vital de la persona ahora es más largo. “La hipertensión, la osteoporosis o el cáncer eran menos frecuentes porque se dan en personas más longevas”, asegura Jacomet. Por otro lado, el aspecto positivo es que somos capaces de curar enfermedades que antes eran mortales.

Patologías y ejercicio físico

Las enfermedades asociadas a la edad son innumerables y, por tanto, cada una de ellas debería tener unas recomendaciones especiales en cuanto a ejercicio físico, afirma el Doctor.

Una forma adecuada de simplificar cuando tratamos a las personas que tienen diferentes patologías es atenderlas mediante el aparato o sistema afectado.

En función de la frecuencia y el tipo podemos clasificar las enfermedades asociadas al envejecimiento en:

  • Enfermedades cardiovasculares y metabólicas
  • Enfermedades reumatológicas o del aparato locomotor.

Entre las primeras podemos contar: la hipertensión arterial (la enfermedad crónica más frecuente en toda la población), la alteración de los lípidos en la sangre, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la obesidad (algo aparte pero grave para la persona y la sociedad). Entre las segundas destacan la artrosis, la artritis reumatoide (la segunda enfermedad crónica más frecuente), la osteoporosis, la fibromialgia, etc.

La ventaja de agrupar las enfermedades asociadas al entrenamiento es que podemos trabajar con grupos de personas para las que está indicado el mismo tipo de actividad física.

Enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas

Santiago Jacomet aclara que “el trabajo de resistencia cardiovascular al 60-70% de la capacidad máxima es el más adecuado para la hipertensión. En personas mayores podemos usar el ‘talk test’ y establecer la intensidad de entrenamiento cuando la persona empieza a perder el aliento”.

Este tipo de ejercicio, al bombear sangre dilata y relaja las arterias dándoles mayor elasticidad. Las alteraciones del colesterol y de los triglicéridos también mejoran con este trabajo de resistencia al quemar el excedente de grasa en la sangre. La diabetes, definida como el aumento de la cantidad de glucosa en la sangre también se beneficia del entrenamiento cardiovascular. El ejercicio físico abre las ‘puertas’ de las fibras musculares que extraen glucosa de la sangre y por tanto se logra el efecto terapéutico de reducir la glucemia.

La obesidad tiene un tratamiento mixto en el que está indicado practicar ejercicios de musculación (para aumentar el metabolismo basal) y realizar actividades de resistencia cardiovascular (para quemar grasas durante la sesión). Es un mito que para adelgazar sólo debemos entrenar la resistencia.

Precauciones

El especialista de Orthos advierte de las precauciones que se deben adoptar  en personas mayores con enfermedades cardiovasculares y metabólicas:

  • Evitar apneas
  • Evitar el trabajo con los brazos por encima de la cabeza
  • Pérdida de aliento
  • Huir de la deshidratación y las fluctuaciones importantes de la glucosa (causante de muchas lipotimias)
  • Intensidades excesivamente elevadas que usan como combustible otros nutrientes diferentes a los que nos interesa quemar

Enfermedades reumatológicas y del aparato locomotor

En cuanto a “las enfermedades del aparato locomotor son inflamatorias, dolorosas o ambas cosas”, afirma el médico. 

Las actividades físicas más adecuadas para las personas mayores con artrosis, artritis, osteoporosis o fibromialgia incluyen las gimnasias suaves y el entrenamiento cardiovascular de bajo impacto.

Es evidente que durante la fase aguda, la persona debe guardar reposo pero, entre las crisis, es muy adecuado el trabajo de Pilates, Yoga o estiramientos.

Los objetivos físicos en estas enfermedades son aumentar el rango de movimiento articular, equilibrar la musculatura y mejorar la conciencia del propio cuerpo (cinestesia o propiocepción) y esas disciplinas tienen este objetivo.

“La artrosis es una enfermedad en la que observamos desgaste de los cartílagos articulares. Los estiramientos sirven para mantener el ROM (rango de movimiento articular) y los movimientos de bajo impacto y máximo recorrido mantiene la salud de los cartílagos. La artritis reumatoidea tiene un carácter más inflamatorio y con crisis pero el desgaste es el mismo sino peor que en la artrosis. En estos casos se puede aplicar el mismo trabajo en ambos casos”, recomienda Jacomet.

La osteoporosis consiste en la descalcificación de los huesos lo que los vuelve más frágiles. Es curioso que los impactos de corto recorrido y la musculación hacen que el hueso recupere parte de su calcio y se han más fuertes, afirma.

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Finalmente, la fibromialgia es una enfermedad muy compleja y poco conocida con la que la persona tiene dolor en determinados puntos (musculares o miofasciales) y que puede legar a ser completamente incapacitante. En todo caso, el trabajo indicado son los estiramientos y el trabajo muscular; eso sí, a la intensidad ‘exacta’. Se reducirá el dolor, los periodos entre las crisis y la sensación de fatiga.

Precauciones

Santiago Jacomet aconseja las precauciones  a tomar en personas mayores con enfermedades reumatoideas:

  • Evitar sobrecargas verticales sobre los hombros, columna vertebral, caderas y rodillas
  • Evitar actividades de alto impacto o movimientos descontrolados (por el riesgo de lesión o caída)
  • Estirar la musculatura hasta el punto de dolor
  • No mover las articulaciones más allá de un tope duro
  • Usar la intensidad de entrenamiento de fuerza que pueda producir agujetas
  • Evitar el uso de pesos libres, por la descoordinación (a no ser que la persona tenga experiencia previa).

Conclusiones

Por último, el Doctor afirma que “las personas mayores se beneficiarán enormemente de la práctica de actividad física. Estén sanas o tengan una o varias de las enfermedades que hemos detallado, verán equilibrados sus sistemas y, con toda seguridad, el médico detectará su mejoría”.

Además, añade, uno de los aspectos más importantes desde el punto de vista social es su movilidad. No es fácil que una persona mayor, sedentaria y enferma inicie un programa de actividad física. Nuestra insistencia imperativa (con frases como: tienes que, debes hacer…) seguramente tampoco lo va a conseguir. Pero si informamos cuidadosamente y con información asequible o con ejemplos de conocidos, es posible que despertemos su curiosidad hacia un estila de vida más activo.


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