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FITNESS

Crítica que se priorice más a las instalaciones que a los empleados

Felipe Isidro: “Los propios gimnasios favorecen una gran fuga de talento”

“Tiene más recorrido diferenciarse por trato que por precio”

El catedrático de educación física, Felipe Isidro

El catedrático Felipe Isidro señala que muchos profesionales asumen el trabajo de técnicos deportivos de forma temporal para luego montar su sala de entrenamiento personal por las desfavorables experiencias laborales que viven en sus trabajos en gimnasios convencionales.

(8-1-2023). El catedrático de educación física y especialista en el entrenamiento de fuerza, Felipe Isidro, subraya que “los propios gimnasios favorecen una gran fuga de talento” al priorizar la inversión en las instalaciones y equipamientos, en vez de en los recursos humanos.

Felipe Isidro, catedrático de educación física y especialista en el entrenamiento de fuerza, destaca que “los propios gimnasios favorecen una gran fuga de talento” porque la mayoría de éstos priorizan la inversión en las instalaciones y en sus equipamientos en vez de hacerlo en la formación continuada y el salario de sus empleados.

Ello provoca, según destaca, que muchos profesionales opten por marcharse a otros sectores o países o, incluso, montar su propio negocio, pues ven la profesión de técnico deportivo como una profesión “de paso”. Felipe Isidro sostiene, asimismo, que esta falta de inversión en recursos humanos de muchos centros deportivos “acaba propiciando un debilitamiento de la calidad de su servicio”.

La tendencia de recuperación consolidada en el fitness español durante los últimos meses ¿ha propiciado que los gimnasios vean más la necesidad de aumentar la inversión en sus recursos humanos?

Opino que no. La deshumanización en la mayoría de los clubs de fitness (no en todos) sigue igual o, incluso, peor que antes de que se constatara esa mejoría en la evolución de matrículas de los gimnasios. La mayoría de éstos pueden haber detectado que no necesitan dicha inversión en sus recursos humanos dada la buena afluencia de clientes jóvenes que se enfocan en entrenamientos mayoritariamente con objetivos estéticos.

Eso lleva a los centros a priorizar la inversión en herramientas, pesas, máquinas y en instalaciones para este tipo de público. Mientras tanto, las personas más adultas y mayores, que necesitan y demandan un trato más individualizado, se están dejando más de lado. 

En base a lo que expone, es deducible que la inversión de la mayoría de los gimnasios en fidelizar al cliente interno (empleado) no ha aumentado. ¿Es así?

Bueno, todo parece indicar que cada vez es menos necesario para los gimnasios invertir en ese ‘cliente interno’ porque existen ya softwares aplicados a las propias máquinas que programan los entrenamientos y/o contabilizan las repeticiones y descansos de los ejercicios, entre otros aspectos. Como cualquier empresa, los centros tratan de tener costes lo más ajustados posible y dedican gran parte de la inversión a la mejora de instalaciones. Por ello, la calidad del servicio que ofrecen los técnicos fisico-deportivos parece seguir a la baja.

¿Se acentúa este fenómeno en los centros low cost?

Son un caso extremo y su servicio depende, entre otros factores, de si están en el centro de las ciudades o en la periferia. En los centros que se encuentran en la ciudad prácticamente no tienen personal atendiendo porque todo está automatizado, mientras que los gimnasios de este tipo ubicados en las periferias suelen ser más grandes y tienen algo más de personal. En mi opinión, el crecimiento de los centros low cost se está ya estabilizando y creo que no progresará mucho más. 

Es cierto que ese espíritu de los gimnasios low cost de no invertir en recursos humanos se ha ido expandiendo entre los gimnasios de tipo “medio”. Hay centros que habían trabajado la calidad humana en su trato con el cliente pero que, posteriormente, se han ido sumado al ‘servicio’ que ofrecen los gimnasios low cost.

En cierto modo, puede decirse que la eclosión de los “boutique fitness” es el resultado de esa tendencia. Éstos han surgido y proliferado a causa de la necesidad del consumidor de una atención más personalizada y de un entrenamiento individualizado. 

Muchos usuarios necesitan que un profesional les acompañe y que determine un plan general operativo para recabar información a partir de variables personales (hábitos de vida, condición física, etc..) y, con ello, diseñar su programa personalizado de entrenamiento e ir progresando después hasta que se llegue a una autonomía en ese sentido. 

Como en los gimnasios en general ya predomina esa atención low cost al cliente, los boutique fitness han convertido la atención personalizada en un valor añadido de sus servicios. Ello está generando una amplitud de servicios en el escenario español de los gimnasios, algo que, por otro lado, permite al potencial usuario ir a donde cree que le es más favorable en función de sus intereses y prioridades.

¿Puede hablarse de fuga de talento en el sector del fitness?

Creo que muchos gimnasios están propiciando una gran fuga de talento. Conozco excelentes profesionales que se están dirigiendo a otros sectores dado que el sector se ha convertido en un campo de batalla hacia el precio más asequible. Y en este escenario, existen profesionales muy cualificados y competente pero muy mal pagados. Y ello les genera un dilema: o se hacen empresarios con sus propias salas de entrenamiento personal o se fugan a otros países o, incluso, a otros sectores como el sanitario, si su cualificación se lo permite.

Eso ha propiciado también que muchos técnicos físico- deportivos hayan abierto su propio espacio online. En ese infinito espacio online te puedes encontrar de todo, los muy competentes y los incompetentes creando rutinas y programas para gran cantidad de personas y sin ningún tipo de personalización. Hay que filtrar muy bien la selección del técnico que se ofrece online.

¿En qué medida puede incidir en las ventas y resultados de un gimnasio el contar con una buena plantilla para acentuar la diferenciación?

Para mi (con mis sesgos) el servicio personalizado es un requisito crucial. Estamos hablando de salud. Como he comentado en otras ocasiones, se debería mejorar la atención humana, tener a técnicos cualificados y competentes a los que, evidentemente, hay que pagarles más (en relación con el esfuerzo, tiempo y dinero que han invertido en formarse). Pero, es evidente que si la prioridad del club es mantener la menor cuota mensual es muy difícil.  

Este modus operandi de numerosos gimnasios acaba desmotivando a numerosos técnicos que acaban viendo su vinculación a un centro deportivo convencional como una ocupación provisional, de paso, y que se fijen como horizonte, en el mejor de los casos, el emprender su propio centro de entrenamiento personal.

Los profesionales de los centros, además, tienen que formarse de modo continuado y, por tanto, tiene que haber suficiente oferta en formación especializada. Encontrar personal que pueda atender a una persona con cáncer o con diabetes tipo 1 es difícil y, para ello, hay que dotar al centro de personal formado en estos aspectos.

¿La concentración de operadores favorece una mejor atención a los trabajadores?

Depende. Es una cuestión que, como decía antes, depende de la tipología del gimnasios o cadena y de su ubicación. Un centro se puede posicionar como low cost para ser más barato o se puede ir a un barrio de mayor nivel económico e instalar un gimnasio boutique. 

Es cierto que los gimnasios de tipo medio, que son el 70% o 80% de los gimnasios, tienen bastante copados los centros de las ciudades y es difícil que se abran muchos más. Por ello, muchos inversores se van a poblaciones próximas a las grandes ciudades y, si ello no es posible, buscan traspasos de centros deportivos de grandes cadenas.

Al final la diferenciación se resume en dos polos: o se prioriza por parte del club el posicionamiento por precio o el posicionamiento por servicio. En mi opinión, los que ahora tienen más recorrido son los centros boutique porque ofrecen ese valor que a muchos gimnasios convencionales hace tiempo que les falta: la atención personalizada. 


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