(1-3-2024). La fundadora y CEO de Trainsplant, Sonsoles Hernández, afirma que si las personas trasplantadas realizan entrenos de fuerza pueden evitar hospitalizaciones, fracturas, infecciones o, incluso, el rechazo de un órgano, además de disminuir la medicación. “La actividad física se traduce en supervivencia”, resume.
Trainsplant es la primera organización de ámbito internacional para personas con trasplante y enfermedades crónicas que utiliza el ejercicio como herramienta para la recuperación y mejora de la calidad de vida de las personas. Los trasplantes renales son el grueso de sus pacientes y cada entreno es distinto en función de la operación.
¿Cuáles son los principales trasplantes qué atiende?
Todo lo que son trasplantes de órgano sólido (vitales), como corazón, pulmones, riñón, hígado o páncreas, además de la médula. Atendemos a aquellas personas que necesitan ser trasplantadas, tanto antes de la operación, para que lleguen en las mejores condiciones posibles a la cirugía, como después. Hay que tener en cuenta que la posibilidad de mejora es muy superior si el trabajo se empieza antes porque las personas sedentarias tienen una recuperación más lenta.
¿El entreno del paciente es diferente en función del trasplante?
Sí, porque cada órgano tiene una función distinta. Las personas más complicadas de entrenar son las que han sido sometidas a un trasplante cardíaco porque es una intervención complicada y el corazón no funciona como antes. De este modo, hay que tener cuidado con la intensidad o el tipo de entreno, así como la mediación que toma o la interacción que esta pueda tener.
En los trasplantes bipulmonares, por su parte, hay que volver a enseñar a respirar a los pacientes desde el principio, sobre todo a aquellos que venían de una fibrosis quística. Por otro lado, en los trasplantes renales, que representa la mayor parte de los pacientes, hay que controlar la intensidad. Cabe recordar que cuando una persona fallece puede donar dos órganos y que, además, es un órgano que se puede donar en vivo, lo que hace que sea la operación más habitual.
Las personas sedentarias tienen una recuperación más lenta
¿Qué tipo de entreno o ejercicios recomienda para cada trasplante?
En un trasplante renal siempre hay que controlar el desecho que genera un entreno, porque cuanto mayor sea la intensidad de este, más deberán trabajar los riñones. Por lo tanto, la intensidad debe ser regulada. Por otro lado, en los trasplantes hepáticos hay que tener en cuenta que las transaminasas se incrementan en altitud y que, además, son pacientes que tienden a tener más procesos víricos, por lo que hay que vigilar en cuanto al grupo de personas.
La posibilidad de mejora es muy superior si el trabajo se empieza antes de la intervención
¿Cómo funciona una sesión? ¿Qué periodicidad tienen los entrenos?
Primero de todo, mandamos un cuestionario al paciente y este nos tiene que remitir su historial clínico y la medicación. Posteriormente, se hace una valoración física y se compara con datos científicos para hacer los entrenamientos. Después valoramos como progresa física y orgánicamente y cada tres meses mandamos informes para los médicos, analizando la funcionalidad y la fisiología.
Generalmente, entrenamos dos veces por semana, de manera personal, online o en grupo. De hecho, las actividades grupales sirven para hacer comunidad y tienen mucho éxito porque se encuentran personas que están en la misma situación.
Las actividades grupales sirven para hacer comunidad y tienen mucho éxito porque se encuentran personas que están en la misma situación
¿Qué ha aprendido hasta ahora de sus vivencias?
Muchas veces se nos olvida que hay que vivir y que intentamos cuidarnos cuando vemos las orejas al lobo. Cada día me doy cuenta de lo afortunados que somos por no necesitar un trasplante. También que hay que entrenar para poder donar en las mejores condiciones.
¿Cuál es el índice del éxito de entrenar con un trasplante?
Es determinante porque se traduce en supervivencia. Entrenar implica poder disminuir el uso de fármacos y tienes más posibilidades de que el órgano no sea rechazado.
¿Son útiles los entrenos de fuerza?
Sí. Caminar no es suficiente. He podido valorar más de 5.000 personas y la metodología siempre ha sido la fuerza porque da unos resultados brutales. La fuerza es la base de todo: si tienes una musculatura débil, con la medicación inmunosupresora, hay más riesgo de sarcopenia y osteopenia. Entrenando fuerza se pueden evitar hospitalizaciones, fracturas o infecciones o el rechazo de un órgano.
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