Quantcast

FITNESS

Según el CEO de Myofisix, Ruben Ávila

Urgen a los gimnasios a anteponer la educación física de sus abonados a las magnitudes de su crecimiento

“No se trabaja por generar una demanda real del entrenamiento de calidad”

myofisix-ceo-ruén-ávila-ok-bis

Rubén Ávila es el CEO de Myofisix, un centro ubicado en Barcelona que ofrece, según sostiene el directivo, "soluciones individualizadas basándose en la seguridad, la eficiencia y la potenciación de la función muscular que facilita el uso del entrenamiento de fatiga en alta intensidad controlada, la activación muscular, la fisioterapia y la osteopatía".

(3-11-2024). Rubén Ávila urge a los gimnasios a “anteponer la educación física de sus abonados a las magnitudes de su crecimiento”. El CEO y cofundador de Myofisix asegura que “una gran parte del sector está olvidando el informar de los riesgos potenciales de interactuar con fuerzas, así como exponer por qué hay que entrenar y el impacto de ello sobre la salud y la funcionalidad, tanto para bien como para mal”.

El CEO y cofundador de Myofisix, Rubén Ávila, lamenta que los gimnasios en general estén “priorizando aspectos lúdicos o de seguimiento de tendencias, en vez de propiciar que el usuario comprenda cómo entrenar de forma segura y eficiente para minimizar problemas físicos a futuro, que inciden sobre su calidad de vida”. Ávila también critica que a esa praxis pueda sumarse que el usuario acabe banalizando el entrenamiento y desarrollándolo muchas veces sin asesoramiento ni control”.

¿Qué opina sobre la ‘fiebre’ que existe, entre gran parte de las cadenas de gimnasios, en torno a las magnitudes de su crecimiento?

Existe mucha propensión en el sector a ponerse medallas por el número de centros que se tiene, la cifra de abonados que se alcanza, la facturación que se logra…, pero no por la calidad del servicio que se ofrece. El sector fomenta que tiene mil centros y que abrirá otros 300. Esta filosofía empresarial no fomenta la salud y, además, propicia que muchas veces se ‘olvide’ la necesidad de informar a los usuarios sobre los riesgos potenciales que puede tener el interactuar con fuerzas, arriesgando la estabilidad y funcionalidad articular, por ejemplo. Hay una demanda de centros para que los clientes puedan entrenar según crean, quieran o les convenga. Sin embargo, desde los centros no se trabaja por generar una demanda real del entrenamiento de calidad, que minimice los potenciales riesgos para las personas, sobre todo a futuro, y sin perder de vista el ser eficaces para que el cliente logre mejoras musculares.

Se ‘educa’ al usuario para que acceda al gimnasio y, una vez allí, que éste haga lo que cree que tiene que hacer

¿Cree que en el sector falta un mayor fomento de la educación física de los usuarios?

La gran mayoría del sector está liderado por personas que no son técnicas o que no están formadas para entender qué ofrecen los centros deportivos. Prima el ‘espíritu low cost’, el promover que el foco es el acceso a poder emplear unos determinados equipamientos por el menor coste posible, y ya está. En definitiva, se ‘educa’ al usuario para que acceda al gimnasio y, una vez allí, que éste haga lo que cree que tiene que hacer, siguiendo referentes discutibles o poco profesionales y, en el mejor de los casos, dándole cuatro instrucciones el primer día que pisa el gimnasio. Y esto es un error.

El fitness, en su voluntad de hacer negocio, se olvida de la responsabilidad de educar a la gente

¿Por qué?

Muchos abonados ‘juegan’ con máquinas de fuerza, o a través del peso libre, sin saber cómo hay que actuar con los escenarios de fuerzas generados. Y esto no lo explica nadie. Entrenar es fácil. Pero saber entrenar es muy complicado, por su alta carga de conocimientos en anatomía, biomecánica, sistema nervioso, sistema endocrino, sistema cardiorrespiratorio, kinesiología, bioenergía, etc. El fitness, en su voluntad de hacer negocio, se olvida de la responsabilidad de educar a la gente y, ante todo, velar por su salud o, como mínimo, no generar un mayor porcentaje de que esas personas puedan sufrir desgaste articular, lesiones estructurales o envejecimiento prematuro. Sin duda, al fitness, en general, le falta vocación de ayudar a las personas de forma real en base a conocimientos sólidos, buen servicio orientado a la individualidad o singularidad de cada persona y calidad, mayormente al hablar sobre eficiencia.

Hay que promover el entrenar de forma segura y eficiente

¿Es erróneo entender el fitness como un entretenimiento?

No, no lo es. El problema radica en ofrecer un entretenimiento con estímulos aleatorios, con distracciones como música, y vender que eso es saludable. Porque saludable significa que se mejora muscularmente, ya que el tejido muscular es el pilar de la salud e impacta sobre el resto del organismo, incluso a nivel de ADN. Y ese concepto de saludable también radica en minimizar esos riesgos asociados a la interacción con fuerzas. La parte lúdica, recreativa o grupal es muy importante, pues incide sobre la salud emocional, psicológica y social del individuo. Pero eso es algo meramente subjetivo, puesto que se basa en las emociones y los gustos de cada persona. La salud es algo objetivo, es lo que necesita nuestro organismo. Y esa visión y ese saber diferenciar cada cosa, es algo que le falta al sector. Por eso hay tanta confusión sobre demasiados temas, tanto a nivel usuario como profesional, que eso último quizá es lo más preocupante para mí.

El sector del fitness debería explicar qué ofrece y anteponer la educación física de sus abonados a sus cifras. Hay que promover el entrenar de forma segura y eficiente. Y a ello, añadiré que, ciertamente, hacer ejercicio per sé no tiene nada de divertido pues es una práctica que exige control, intensidad y consciencia o concentración para evitar compensaciones. Por eso ejercicio no es actividad física, que puede ser lúdica y aleatoria en sus estímulos.

Muchos gimnasios ‘venden’ que si una persona va al gimnasio resolverá sus inquietudes a través de la diversión y la evasión de sus rutinas

Pero la gente busca alternativas de ocio…

Sí, y el fitness, según cómo, se adapta a lo que busca mucha gente. Sin embargo, existe mucha confusión. Una cosa es vender hacer ejercicio por salud y funcionalidad, dándole al organismo lo que necesita y otra es usar argumentos subjetivos. Y esto es precisamente lo que hace el 99% del sector. Muchos centros ‘venden’ que si una persona va al gimnasio resolverá sus inquietudes a través de la diversión y la evasión de sus rutinas. Pero cuando esto se hace, se es irresponsable, sobre todo cuando se le da el poder de decisión al cliente sobre el cómo entrenar, el cuándo y el dónde, incluso. Muchos centros prefieren ofrecer una línea de ocio alternativa a Netflix o a la PlayStation, que hacer entender al usuario qué debe hacer para cuidarse, así como informarle del impacto que tendrán ciertos entrenamientos a largo plazo.

Hay que explicar cómo entrenar de manera eficiente, y ‘castigando’ lo mínimo posible los músculos y articulaciones

¿Y eso cómo se hace?

Hay que hacer entender al cliente por qué es importante entrenar, explicarle que estar sano favorece la longevidad, el bienestar y la funcionalidad. En definitiva, es infundir al cliente que, según como entrene, cuando tenga ochenta años podrá salir a correr por la calle o necesitará un bastón para caminar. Si el cliente entiende eso, entrenará toda la vida. Es por eso por lo que hay que explicar cómo entrenar de manera eficiente, y ‘castigando’ lo mínimo posible los músculos y articulaciones sin perder la eficacia en lograr mejoras recurrentes sobre el tejido muscular esquelético. Y teniendo esa base, bien se pueden añadir otras consideraciones lúdicas, hobbies o lo que a cada cuál le guste más o prefiera en cuanto a actividad física; pero sin perder de vista qué es realmente esencial y no negociable: las mejoras musculares minimizando potenciales riesgos.

Hay jóvenes que van al gimnasio a esculpir sus cuerpos. 

Es complicado. No les puedes explicar a jóvenes de 18 o 20 años que con 40 años, si siguen así, estarán mal. Porque muchos no son capaces de ver que llegarán a esa edad, lo ven muy lejano, aparte que tienen una ‘carrocería’ recién estrenada, para entendernos. Pero es evidente que hay que concienciarles sobre la necesidad de entrenar bien y que comprendan los perjuicios que para su salud puede suponer el no hacerlo correctamente. Sin embargo, hoy por hoy, lo que prevalece en muchos centros es lo fácil: ofrecer una cuota de 25 euros al mes y que el cliente venga al gimnasio, una ‘misión’ empresarial que, a mi entender, no es salud, sino simplemente ofrecer una instalación para entrenar obviando el resto.

Lo que impera en el sector es el beneficio lo más rápido posible y la expansión del número de gimnasios

¿Se puede cambiar el modelo actual?

Creo que eso pasará cuando lo pida la gente y no por un cambio en la voluntad del sector. Como sucedió con el movimiento bio: las empresas no sacaron la comida bio porque ésta sea mejor, lo hicieron a raíz de la demanda. Por eso sostengo que el cambio se producirá cuando el usuario entienda qué es entrenar, qué supone, y sepa diferenciar lo que es hacer ejercicio, de resto de actividad física o deportiva. En conclusión, saber distinguir entre entrenar o moverse, de entrenar para estar sanos, funcionales y longevos. Será entonces cuando el fitness será seguro y eficiente. Pero, ya se sabe, la consciencia social no se puede cambiar a corto plazo. Lo malo es que todo eso se está dejando de lado en el sector porque lo que impera en éste es el beneficio lo más rápido posible y la expansión de la marca en número de gimnasios y demás, porque el negocio está en el cúmulo de cuotas, más enfocado a las entradas de clientes que no en su retención, que es lo mismo que priorizar ofertas y precios sobre el servicio, el trato y la calidad.


No hay comentarios

Añade el tuyo