(6-4-2018). La investigación ha sido realizada por la Universidad de Stanford y analiza la hormona de los glucocorticoides, al parecer la responsable de que el estrés engorde. Las conclusiones afirman que todo depende de las subidas y bajadas de estas hormonas y alerta del peligro de horas pico durante la noche.
El estudio publicado es de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y está dirigido por la doctora Mary Teruel. La investigadora ha analizado la hormona de los glucocorticoides, al parecer la responsable de que el estrés engorde.
Esta nueva investigación es pionera en el estudio del modo en que tienden a ganar peso las personas con estrés crónico, ritmos circadianos irregulares y tratamientos con medicamentos glucocorticoides. Las conclusiones afirman que todo depende de las subidas y bajadas de estas hormonas. Las glucocorticoides, especialmente el cortisol, es conocida como la hormona del estrés.
Control
La investigación sugiere nuevas estrategias para reducir el aumento de peso, a través del control de los tiempos de los pulsos hormonales. Mary Teruel explica cómo los medicamentos glucocorticoides están relacionados con la obesidad. Son medicinas imprescindibles para muchos pacientes de artritis reumatoide o asma. “Ahora sabemos”, explica, “que el ritmo circadiano controla la renovación de las células grasas. Hemos identificado las moléculas clave que están implicadas en el proceso”.
El nivel de glucocorticoides de una persona sana sube y baja en un ciclo circadiano de veinticuatro horas. Alcanza su pico alrededor de las 8 de la mañana. Su nivel más bajo se produce hacia las 3 de la madrugada.
El aumento es una señal de alerta que nos pone en movimiento y activa nuestros apetitos. Los niveles de glucocorticoides en nuestro torrente sanguíneo también se incrementan por el estrés. Los picos cortos son inducidos por el estrés a corto plazo, como el ejercicio. Mientras que los niveles sostenidos son causados por el estrés crónico.
Células grasas
Ya se sabía que los glucocorticoides tienden a convertir células precursoras en células grasas. Lo hacen en una tasa de menos del 1% en personas sanas. Pero en tasas superiores en caso de personas que sufren estrés o que están sometidas a interrupciones de los ritmos de sueño, como el jet lag o las que sufren los trabajadores a turnos.
La clave de este estudio está precisamente en el reloj. No solo sufrir o no estrés influye en el aumento de peso, también el momento en que se sufre.
De noche, peor
La investigadora asegura que el momento del estrés importa. Incluso personas muy estresadas (o tratadas por otras causas con glucocorticoides) durante el día no ganan peso. Pero si experimentan estrés crónico continuo o toman glucocorticoides por la noche, la pérdida de los ritmos circadianas normales de esta hormona se traducen en un significativo aumento de peso.
En conclusión, los niveles de la hormona glucocorticoide suben y bajan a lo largo del día y se regulan con los ritmos circadianos. Cuando estos niveles pierden su regulación (a causa del estrés, el insomnio, el jet lag o el consumo de ciertos medicamentos), el cuerpo comienza a producir grasa cuando no debería y engordamos.
No hay comentarios
Añade el tuyo