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Los beneficios de la matronatación para el bebé

(21-11-2014). La matronatación estimula al bebé a edades muy tempranas. Familiarizar al pequeño con el agua tiene importantes beneficios como un mejor y más rápido desarrollo psicomotor y un aumento en confianza y seguridad

Fue a finales de la década de los 80 y principios de los 90 cuando la matronatación en España empezó a utilizarse como método para que el bebé empiece a dominar el medio acuático, con fines pedagógicos, y con resultados beneficiosos para su desarrollo integral.

Como comenta Juan Carlos Méndez, precursor de la matronatación en nuestro país y asesor de Chapoteos, “anteriormente a esa fecha se trabajaba con un método utilitario cuyo objetivo principal era que el niño aprendiera a flotar en el agua en el caso de que accidentalmente cayera. Se obligaba al bebé a flotar boca arriba quisiera o no. Era un método que, en ocasiones, resultaba agresivo para el pequeño además de ineficaz en situaciones reales”.

Sin embargo, la matronatación moderna y actual pretende, mediante juegos y actividades acuáticas adaptadas a la edad del bebé, “que se acostumbre y desenvuelva en el medio acuático, empiece a experimentar sensaciones, desarrollar nuevos estímulos, a ser consciente de lo que ocurre cuando ejecuta un determinado movimiento y, en definitiva, a conocer lo que puede realizar en este nuevo entorno hasta conseguir una plena autonomía”, comenta Méndez.

La natación para bebés puede iniciarse a edades muy tempranas. A partir de los 4 ó 5 mesesel niño ya puede sumergirse en el agua de una piscina y empezar sus clases”, comenta el asesor de Chapoteos. “Las sesiones suelen tener un duración de 30 minutos y en todo momento están acompañados y ayudados por el padre o la madre y por un monitor especializado que motiva al pequeño a practicar determinados ejercicios en colchoneta, en flotación, etc.”

Beneficios

La matronatación ha demostrado aportar interesantes beneficios al bebé desde el primer día que se adentra en el agua.

Desarrollo psicomotor: La mayor libertad de movimientos que experimenta un niño en el agua acelera y mejora su psicomotricidad. “De manera innata, el bebé empieza a mover sus piernas con la patada típica de braza y a observar cómo realizando este movimiento puede desplazarse y llegar hasta papá o mamá. Empieza a adquirir nociones sobre distancia y desplazamiento que redunda en una mejor coordinación motriz”, asegura Méndez.

Fortalece el sistema inmunológico: “El organismo del bebé muestra mayor resistencia a cualquier bacteria como consecuencia de un aumento en sus defensas. Nos encontramos con niños más sanos que, por ejemplo, sufren menos catarros”.

Sociabilización: “Desde los primeros meses de vida, el niño se empieza a relacionar con otros bebés, monitores y padres. Todo esto permite que el pequeño aprenda a convivir y a estar en contacto con otras personas de una forma totalmente natural”.

Fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio. “En el agua, el bebé va aprendiendo las apneas y a saber cómo prolongarlas. Por tanto, los niños empiezan a fortalecer el corazón y los pulmones desde sus primeros meses de vida”.

Mayor seguridad y autoconfianza. “Son niños más felices porque dominan tanto el medio acuático como el terrestre y, por tanto, muestran una mayor confianza y seguridad a la hora de mostrar sus habilidades”.

Mejora en la relación afectiva padres-bebé: “Ambos comparten experiencias únicas y muy enriquecedoras y por ello favorece un mejor conocimiento mutuo y hay un mayor estrechamiento de los vínculos afectivos entre los dos”.

Recomendaciones

La matronatación debe practicarse siempre bajo un requisito básico. “Es fundamental”, comenta Méndez, “que la temperatura del agua nunca esté por debajo de los 34 grados para bebes de entre 6 y 12 meses, por su escasa movilidad, y de 32 grados para bebes entre 12 y 36 meses. Si no es así, el bebé corre el riesgo de sufrir hipotermia”.

Por otra parte, se aconseja que las sesiones se realicen de forma continuada. “La recomendación ideal es que, durante el primer mes, se haga clase todos los días, de lunes a viernes, para que el bebé vaya integrando y asimilando con facilidad todas las sensaciones, estímulos y movimientos que va experimentando en el agua. A partir del segundo mes se recomienda hacer dos sesiones por semana”, concluye Méndez.

Más información: http://www.chapoteos.com/


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