Una alumna del Instituto de Diseño Europeo crea el primer balón específico para fútbol femenino

El fútbol femenino vive una eclosión mundial y nacen propuestas que buscan fomentar las condiciones de igualdad en este deporte. La diseñadora y alumna del Instituto Europeo di Design de Madrid (IED Madrid), Amaya Núñez, ha presentado una innovadora propuesta como Trabajo de Fin de Grado de Diseño de Producto: ‘Atalanta’, un balón de fútbol creado por y para mujeres.

Núñez explica que, la mayoría de los balones de fútbol están diseñados teniendo en cuenta las características físicas de los futbolistas masculinos, lo que afecta negativamente el desempeño de las jugadoras. En deportes como el baloncesto, por ejemplo, existe una diferenciación entre el balón masculino y el femenino; este último es más pequeño y liviano, para adaptarse mejor a las necesidades de las atletas.

Sin embargo, en el fútbol no existe tal diferenciación. Esta situación afecta el rendimiento de las jugadoras, y puede provocarles daños en las articulaciones, lesiones musculares o sobrecargas por el impacto repetitivo del balón y el esfuerzo adicional que deben realizar en cada toque.

Con diseño ergonómico e impreso en 3D

Tras una exhaustiva investigación, Amaya Núñez ha diseñado Atalanta. Se trata de un balón de entrenamiento con un diseño ergonómico y adaptado a las necesidades fisiológicas de las mujeres. Tiene en cuenta las diferencias anatómicas y de tamaño entre hombres y mujeres, para fomentar la igualdad en este deporte.

Además, es el primer balón de fútbol impreso en 3D, en un material flexible que proporciona un mejor ajuste y comodidad, para mejorar el rendimiento de las jugadoras y reducir el riesgo de lesiones.

“Este proyecto no consiste sólo en diseñar un balón; se trata de concebir una idea para el futuro. Mi principal objetivo es fomentar el interés entre las mujeres y alentarlas a desafiar las expectativas de género. Este balón promueve el deporte y lleva el fútbol más allá de los estereotipos de género, no sólo por su estructura, patrones y materiales, sino por estar diseñado específicamente para mujeres”, explica la diseñadora del IED Madrid.

El balón, en el tejado de las empresas

Amaya Núñez espera que el balón no se quede sólo en un diseño, sino que alguna empresa lo fabrique y distribuya. “Me encantaría que fuese más que un diseño desde luego. Al acabar Atalanta, continué experimentando con patrones de estructura, así que no tengo pensado que se quede en el proyecto de fin de carrera y ya está”, asegura.

Por el momento no se han interesado por él ni clubes, federaciones, ni empresas. “De momento no me han llamado de ningún sitio, quitando mi club (el Club Deportivo Villanueva de la Cañada) que sí se ofrecieron a probar el balón. Tengo un contacto que le pasó una publicación sobre Atalanta del Instagram del IED Madrid a un gran exfutbolista español, y estoy esperando respuesta”.

Núñez añade que sus previsiones son “llegar lo más lejos posible, no me he puesto límites. Estoy mandando el proyecto a concursos de varios países con esperanzas de abarcar nuevos públicos y obtener más reconocimiento”.

“Mi objetivo”, prosigue, “es llegar a todas las mujeres y niñas que sea posible para que vean que, por primera vez, hay algo que se hace sólo para nosotras. Quiero facilitarles el camino. Un camino que, para mí cuando era más pequeña, fue difícil”.

El balón Atalanta está fabricado en EPU 41, una resina de poliuretano utilizada en la impresión 3D, permitiendo la impresión de un complejo patrón floral. Además, se trata de un producto sostenible; la impresión 3D requiere menos recursos (ya que solo utiliza el material necesario), es fácil de reciclar y su diseño permite la posibilidad de intercambiar piezas.

Balón fabricado en EPU 41

El balón Atalanta está fabricado en EPU 41, una resina de poliuretano utilizada en la impresión 3D, permitiendo la impresión de un complejo patrón floral. Además, se trata de un producto sostenible.

La impresión 3D requiere menos recursos (ya que solo utiliza el material necesario), es fácil de reciclar y su diseño permite la posibilidad de intercambiar piezas -reemplazando solo la cubierta, o sólo la vejiga en caso de que se dañen- lo que evita tener que comprar un balón nuevo cada vez que surja un problema.

“Este producto representa una oportunidad para la innovación en el diseño de artículos deportivos gracias a las nuevas tecnologías de producción digital (como la impresión 3D) y la aplicación de nuevos materiales, más sostenibles y optimizados, con una visión que trabaja en favor de la economía circular e impacta de forma positiva en lo social, fortaleciendo el deporte como espacio inclusivo y saludable”, ha señalado Beatriz Amann, Directora Académica del IED Madrid.