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MONTAÑA

Alejandro López, técnico de montaña de Campo IV, nos propone una ruta

Ascensión invernal a Peña Ubiña, un gran clásico de la Cordillera Cantábrica

(17-1-2012). Con 2.417 metros de altitud, Peña Ubiña es la montaña más alta de la comarca leonesa de Babia, en la Cordillera Cantábrica. Su estética, altura e historia hacen de ella uno de los puntos neurálgicos del montañismo leonés. Alejandro López, instructor de la Escuela Gallega de Alta Montaña y miembro del equipo de la empresa dedicada a actividades de montaña Campo IV, nos propone su ascenso.

Esta ruta es una de las grandes clásicas del alpinismo y montañismo invernal de la Cordillera Cantábrica. Así la define Alejandro López, miembro del equipo de técnicos de montaña de la empresa Campo IV. Una ruta de nivel medio que tiene como punto de inicio el pueblo de Torrebarrio, a 1.260 metros. “Desde aquí empezaremos el ascenso siguiendo las indicaciones del cartel del Parque Natural Ubiñas – La mesa”, explica Alejandro López, quien advierte que “en lugar de seguir la pista que hay a la izquierda optaremos por rodear la iglesia por la derecha y cruzaremos algunos prados siempre en dirección al macizo de Ubiña. Se puede optar por seguir la pista pero el tramo se hace más tedioso y cansino”.

En una hora y cuarto aproximadamente nos situaremos bajo el espolón suroeste de Peña Ubiña la Grande. “En ese momento dejaremos la pista forestal a nuestras espaldas y continuaremos hacia arriba, en dirección al collado del Monzón, dejando la mole de Peña Ubiña a la izquierda y Peña Ubiña Pequeña a nuestra derecha”, asegura el técnico de montaña.

La parte más técnica de la ascensión empieza en el Collado Ronzón. “Llegamos hasta una alambrada y la seguimos en fuerte subida hasta el final, donde giramos hacia la derecha y vamos ganando altura poco a poco”, apunta.

Crampones
Y si hasta ahora no habíamos usado los crampones, es el momento: “Una vez en el collado iremos rodeando a media ladera la cara sureste de Peña Ubiña para ir ganando altura poco a poco hacia la cresta cimera, remontando algunas canales amplias y, generalmente cargadas de nieve. En unas cuatro horas y media llegaremos al cordal por el que avanzaremos hasta encontrarnos con el vértice geodésico en la cumbre”.

Disfrutaremos del paisaje y de la experiencia de la ascensión y empezaremos a descender por la misma ruta. En unas dos horas llegaremos al punto de partida.

Los que se animen a vivir esta experiencia, han de tener en cuenta que es necesario contar con ropa de invierno, botas de trekking, en función de la nieve crampones o raquetas y piolet. Una buena opción para todos aquellos iniciados en el mundo de la montaña que quieran disfrutar de un paisaje idílico rodeados de nieve.


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