Bernat Clarella se postula a la presidencia de la Fedme para recuperar ‘fuelle’

“Si se analiza mi trayectoria, tanto a nivel federativo como profesional, se constata que la montaña me lo ha dado todo y ahora me gustaría devolvérselo con gestión e implicación”. Son palabras de Bernat Clarella, candidato a la presidencia de la Fedme. El órgano ha estado durante los últimos 28 años presidido por Joan Garrigós, que no optará a la reelección. La candidatura de Clarella se medirá a la del otro postulante, Alberto Ayora, en unas elecciones cuya fecha definitiva aún está pendiente de la aprobación del calendario electoral por parte del Consejo Superior de Deportes.

Toda la vida de Bernat Clarella ha estado ligada a la montaña. Montañero, alpinista y escalador, ha sido miembro del grupo de rescate de montaña de los Bomberos de la Generalitat, director comercial de marcas como Millet, Garmont y Edelrid y de la cadena de tiendas de outdoor Camp Base. También ha ocupado distintos cargos de responsabilidad en la Federació Catalana d’Entitats Excursionistas (FEEC), entre ellos el de presidente, y en la propia Fedme, donde ahora es el responsable del Comité de Esquí de Montaña. “La candidatura a la presidencia de la Fedme es una decisión meditada desde hace tiempo y significa un compromiso importante”, señala. Clarella alaba el buen trabajo realizado por la junta directiva de la Fedme, con Garrigós a la cabeza, en los últimos años, pero también es partidario de “un cambio radical” en muchos aspectos para modernizar una federación “que ha perdido pistonada”.

Queremos eliminar cualquier tipo de centralismo, independientemente de dónde esté radicado éste

Descentralización

Uno de los puntos claves del programa de Bernat Clarella es la descentralización. El objetivo es que la Fedme sea “una federación de federaciones”, con unos vínculos más estrechos con las distintas federaciones autonómicas. Si su candidatura sale ganadora, anuncia la creación de dos subsedes, en Zaragoza y Madrid, que se unirían como lugares de trabajo y reunión a la sede central de Barcelona. “Queremos eliminar cualquier tipo de centralismo, independientemente de dónde esté radicado éste”, indica. Asimismo, su propuesta pasa por nombrar un vicepresidente cuyo cometido será mantener un contacto estrecho y cotidiano con las federaciones territoriales para mantener una comunicación fluida y estar constantemente al día de sus necesidades. Esta descentralización también se traduciría en la procedencia de los profesionales que trabajan para la federación. “Hay que intentar que provengan de distintos puntos y así se refleja en la gente de la candidatura”, incide.

Clarella quiere ir de la mano de las federaciones autonómicas para reactivar, por ejemplo, un plan nacional de refugios que regule las aportaciones económicas y los precios, aportando más coherencia entre los territorios. La seguridad en la montaña sería también otro ámbito muy importante para coordinar con las entidades autonómicas.

Jóvenes y mujeres

La candidatura de Clarella aboga por potenciar la presencia de jóvenes y de mujeres en la federación. “Hoy en día nos enfrentamos a una pirámide invertida y hay que atajar esta situación”, defiende. Es por esto que su programa incluye toda una serie de medidas y actividades para estimular a la juventud y fomentar la tecnificación y la formación. En este sentido, propone la creación de una escuela virtual que abra nuevas posibilidades y se adapte a las necesidades actuales.

En cuanto a la mujer, se muestra partidario de hacer una auditoría que determine su presencia en los órganos de la federación y tomar medidas para que su representación sea más igualitaria, proponiendo medidas concretas.

Plan de licencias

Aunque la Fedme va ganando en usuarios año tras año, el candidato también sugiere la puesta en marcha de un plan de licencias para aprovechar el gran potencial de practicantes de disciplinas de montaña que aún no están federados. “Es cierto que las cifras van aumentando, pero cuando veo todo el mercado que hay creo que tenemos que hacer más hincapié y transmitir las ventajas que tiene estar federado”, explica.

La comunicación es otro de los ejes de la candidatura de Bernat Clarella, que cree que la Fedme tiene que mejorar en este sentido y quiere articular un plan de comunicación a todos los niveles, desde los medios a las federaciones territoriales y los clubes. En sus manos también estaría el reto de llegar a un acuerdo con la Federación Española de Atletismo por la regulación de las carreras de montaña.

Las cuentas, saneadas

Clarella asegura que, a nivel económico, “la Fedme goza de una salud y una transparencia inmejorables” y destaca el “trabajo excepcional” de Joan Garrigós en este sentido. Eso sí, apunta que “si queremos hacer más cosas necesitaremos más recursos”, por lo que apuesta por incrementar la cifra de federados. Asimismo, también tiene en mente un plan de marketing para captar espónsors, “presentando a las marcas datos contrastados sobre el retorno de su colaboración”. “Creo que mi conocimiento y empatía con mucha gente del sector puede favorecer la obtención de recursos”, añade.

Además de las marcas de montaña, Clarella se propone captar a otros patrocinadores fuera del sector, concretamente a las grandes firmas generalistas de sectores como la telefonía, la hostelería o la automoción, que podrían estar interesadas por un ámbito que mueve a muchos consumidores.

El sector tiene que hacer un cambio de mentalidad, tanto por parte de los proveedores como de los puntos de venta

“El mercado del outdoor necesita cambios”

Clarella, que cuenta con una amplia trayectoria profesional en el mercado del outdoor, aprecia que el auge de practicantes de distintas disciplinas de montaña no queda reflejado en los resultados de la distribución especializada, que no atravesaría un buen momento. “El sector”, sugiere, “tiene que hacer un cambio de mentalidad, tanto por parte de los proveedores como de los puntos de venta. El ecommerce no desaparecerá, sino que irá a más, y no tiene sentido que un operador online pueda comprar a las marcas con un sistema abierto y que, en cambio, las tiendas tengan que programar a ocho meses vista”.