“El trail running es idóneo para practicarlo en familia”

Para Sebastià Oliver, todo empezó con una promesa de caminar 100 kilómetros según el resultado de un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. Fue en el 2010 y Sebastià, tras caminar los 100 kilómetros, se decidió de repente a comenzar a participar en ultra-trails, a los 42 años, sin ser un practicante activo de deportes. Y no sólo se enganchó él a estas carreras de montaña sino que además “arrastró” a su mujer, de 36 años, y a su hijo, de 9 años. Hoy los tres son entusiastas corredores de trail-running, una familia trail.

Por su parte, Guillem Villalonga, de 42 años, dio el salto del asfalto –era asiduo a carreras populares- a la montaña en el año 2005 buscando nuevas sensaciones deportivas y desde hace tres años está participando en ultra-trails. Su esposa, Antonia, empezó como voluntaria para colaborar en la organización de las carreras en las que participaba su marido y animada por el ambiente decidió comenzar a prepararse hace un año y ya ha participado en su primer trail, en Formentera. Y claro, no podían dejar de lado al menor de la familia: aunque sólo tiene 6 años, el pequeño Lluís ya ha hecho su primer trail-kids, una carrera corta por pista forestal con algunos desniveles adecuados para la edad. Otra familia trail.

Involucrando a la familia
Toda la familia está encantada con el trail-running, explica Sebastià, quien afirma que se trata de “un deporte idóneo para practicar en familia porque la clasificación no es lo más importante y porque se hacen muchos amigos”. Este corredor mallorquín está orgulloso de “haber pasado de una vida sedentaria a una vida activa, perdiendo 25 kilos que tenía de más y además involucrando primero a mi esposa y después a mi hijo”. Su mujer, Isabel, empezó a acompañarle a los entrenamientos y ya juntos desarrollaron la pasión por las carreras de montaña: Isabel se prepara para su segundo trail de 62 kilómetros.

Y el pequeño de la familia Oliver, Antoni Xavier, ya ha participado en su primera trail-kids, de 1,2 kilómetros una distancia respetable para la edad en una carrera con pendientes, como debe ser un trail. El joven atleta, que disfrutó mucho de su primer trail, aplicó los consejos que su padre le transmitió durante los entrenamientos, “pequeñas recomendaciones –explica Sebastià- sobre la forma de bajar en piedra o en tierra, la manera de poner los pies, como trazar una curva cuando bajas, no ir a tope de fuerzas en las subidas…”

Compañerismo
Tanto Sebastià Oliver como Guillem Villalonga coinciden en destacar el ambiente de compañerismo y el entorno natural como principales alicientes de las carreras de montaña. Sebastià ama especialmente “el tipo de gente que encuentras en este ámbito. No existe la competitividad que hay en otras especialidades deportivas, es gente noble que te ayudan a levantar si te caes en carrera, hay más deportividad que competitividad y no hay dos parajes iguales”. En lo mismo coincide Guillem Villalonga, quien añade que “la carrera en montaña es más divertida que en asfalto, los paisajes son más agradables, los ritmos de carrera no son tan competitivos, nos conocemos todos los corredores…”

Y Guillem Villalonga considera que cada vez habrá más familias participando en bloque en carreras de montañas porque “el trail es idóneo para practicarlo en familia ya que los ritmos se pueden adecuar, lo mismo que las distancias de entrenamiento, a la edad de los niños y es una manera de introducir a los jóvenes en el ambiente de montaña, en la naturaleza, en el compañerismo”.