(30-4-2014). Burgalés, de 36 años, su vida ha sido un ejemplo de cómo aplicar la enseñanza castrense, sacrificio y constancia, al mundo del deporte. No en vano es Guardia Civil. Llegó a ser olímpico en la disciplina de Biatlón en los JJOO de Turín’06. Allí estuvo a punto de dejarlo, pero el esquí le enganchó de nuevo al deporte de alto nivel. Una evolución natural que le llevó a debutar en el mundo del trail running en 2010. “Sin lo uno no entiendo lo otro”, reconoce. Un año después de participar en su primer ultra, Luis Alberto Hernando afronta esta temporada con el reto de disputar el UTMB e intentar batir al número 1 del mundo, Kilian Jornet, en alguna carrera. En 2013, en Zegama, estuvo a punto de conseguirlo. Cabezón, alegre, el monte es su prolongación natural. Su padre, en cambio, triunfó en el asfalto, siendo campeón del mundo de maratón en categoría veteranos. Y es que de casta le viene al galgo.
Acabas de ganar el MaMoVa, el Maratón de Montaña de Valencia, con una gran actuación, mejorando en más de 30 minutos la anterior plusmarca (3:29 en un maratón con un desnivel positivo de 2.300 metros). Has empezado la temporada en plena forma.
Me encuentro muy bien. Los resultados son buenos y todo el trabajo de la pretemporada está funcionando. Así, podemos afrontar las carreras más importantes de este mes de mayo en plena forma.
En este inicio de 2014, has ganado también el Maratón de la Vall del Congost (primera prueba de la Copa de España) y la Kilimon Trail. ¿Has cambiado algún elemento en tu preparación para empezar de forma tan fuerte?
Estamos un poco sorprendidos de tan buenos resultados, ya que hemos cambiado un poco los entrenamientos. Este año voy a correr el UTMB, una carrera muy larga (168 kilómetros y 9.600 metros de desnivel positivo), alrededor de 20 horas, el doble de lo que estoy acostumbrado. Y hemos introducido pequeños cambios en la preparación. Hago entrenamientos más largos, aunque el volumen es el mismo. Además, hacemos un día de entrenamiento muy largo y hemos restado intensidad a la preparación. Entreno menos días a la semana, pero más horas. Pensábamos que íbamos a estar más lentos, y estamos sorprendidos de que el rendimiento en carreras más cortas no haya bajado.
A priori, en 2014 no vas a completar circuitos de Copa. ¿El objetivo son carreras concretas?
Por una parte sí, aunque no está del todo descartado. En principio, creemos que no podremos completar ningún circuito, ni la Copa de España ni la Copa del Mundo. Preferimos centrarnos en carreras importantes, sobre todo para enfrentarnos a la gente más fuerte, sin fijarnos en un calendario específico. Si te limitas a participar en un circuito, debes preparar más carreras y tienes que estar todo el verano en un determinado estado de forma, pero quizás sin coger picos de forma. Además, en el caso de la Copa del Mundo, implica viajes muy largos y, en un primer momento, no nos interesa demasiado. En cualquier caso, sin embargo, no tenemos cerrado aún el calendario.
Lo que sí está claro es que en mayo correrás dos pruebas: una del Campeonato de Ultras (10 de mayo, Transvulcania) y otra del de Sky Race (25 de mayo, Zegama-Aizkorri). Aparte de éstas, ¿qué carreras ya tienes decididas?
En Transvulcania queremos hacerlo muy bien. Sin serlo, es un poco el campeonato del mundo de los ultras. Sobre todo, por el nivel de corredores que va a haber y que incluso puede ser superior al del campeonato del mundo que correremos a finales de junio en Chamonix (80 kilómetros). Y lo mismo sirve para Zegama, el maratón de montaña más importante del mundo y donde va a estar la élite de este deporte. En Chamonix, por supuesto, lo queremos hacer también muy bien. Y después, la gran referencia que nos hemos fijado para este año, a finales de agosto, es el Ultra Trail del Montblanc.
El año pasado ganaste la Cavalls del Vent a mediados de septiembre. ¿Volverás este año?
En 2013 fue una de las carreras más importantes para nosotros y que más repercusión tuvo. Por todo ello, sí que nos gustaría volver, pero hay que tener en cuenta que es a final de temporada y justo tres semanas después del UTMB. Nos gustaría ir por todo, por la organización, por el ambientazo, por la victoria del año pasado, por el nivel de corredores… pero veremos en qué punto me encuentro y si estoy recuperado de la exigencia del UTMB. Sólo la correré si vemos que puedo ir a disputar la carrera.
En pocos días, como decíamos, vuelves a la Transvulcania. El mismo sitio donde, hace justo un año, debutaste en el mundo ultra con una segunda posición por detrás de Kilian Jornet. Mirando hacia atrás, ¿qué balance haces de este año?
El año pasado corrí la Transvulcania con mucho miedo, con mucho respeto. Iba a probar y sabía que lo podía hacer bien, pero también tenía muchos miedos en la cabeza. Iba pensando en el ritmo, en los avituallamientos, más que en el simple hecho de correr. En cambio, este año, con la experiencia de haber corrido tres ultras en 2013, voy a salir más relajado y pensando sólo en correr. Conocemos el circuito y también vienen todos los amigos que vinieron en 2013 a ayudarme. Creo que va a salir todo más rodado, estaremos más concentrados.
En una carrera de este tipo, ¿dónde está la frontera entre el disfrute y el sufrimiento?
Cuando hablo de carreras, no suelo hablar de disfrutar. Reconozco que a las carreras voy pensando más en que voy a sufrir y que tendré que apretar los dientes, más que pasarlo bien y disfrutar. Una vez cruzas la línea de meta, y antes de la carrera, durante todo el fin de semana, sí que disfrutas. Pero, durante las horas que transcurre la competición, lo pasas mal y vas al límite. Desde el mismo inicio no hay tregua, el ritmo y el pulso son muy altos. Mi participación implica a mucha gente, me esfuerzo mucho en los entrenamientos, y eso supone un plus de responsabilidad. Me lo tomo muy en serio e incluso estoy un poco tenso. En los entrenamientos, en cambio, sí disfrutas. Vas con los compañeros, vamos hablando y fijándonos también en los paisajes. Disfrutando.
Que después de ir al límite, como dices, y que después de correr durante más de 42 kilómetros, te ganen sólo por 12 segundos como sucedió en la Zegama de 2013 con Kilian, ¿qué supone? ¿Un golpe moral o bien una motivación al saber que has estado más cerca que nunca de derrotarle?
Quedar detrás de Kilian en una carrera y que únicamente te gane él sabe prácticamente a victoria. No es ningún fracaso. Todos sabemos la calidad que tiene. Es el mejor corredor del mundo. Zegama no fue un fracaso, todo lo contrario. Es una satisfacción ver que estuviste tan cerca de él. Siempre que vas a una carrera y sabes que él correrá, supone una motivación extra.
Una gran amiga tuya, la también corredora Maite Maiora, está convencida que puedes ganar a Kilian en igualdad de condiciones. ¿Te quita el sueño poder derrotarle?
Ganar una carrera donde esté Kilian Jornet… (y reflexiona). El que gana una carrera donde participa Kilian ese día ha sido el mejor del mundo. No es que esta cuestión me quite el sueño, pero sí que este año me lo estoy tomando muy en serio. Para mí, o para cualquier corredor, poder batirle, ahora mismo, es más importante que ganar incluso un campeonato o ganar una gran carrera en concreto. No lo veo nada fácil, aunque Maite tiene mucha confianza en mí. Quizás en Zegama fue la única vez que lo vi un poco asequible. Pero, en todo caso, habría que preguntarle a él lo lejos o cerca que estuve de ganarle.
¿Qué hay que hacer para batirle?
No lo sé. Hay que tener el día y él debe tener un mal día. Cuando él está en forma es prácticamente imbatible, como ha demostrado en cualquier distancia y cualquier terreno. En las primeras carreras de mayo, quizás es más fácil estar cerca de él porque viene de esquiar y no lleva tantos kilómetros en las piernas. En junio o julio, sin embargo, es muy, muy difícil. No sabría decir qué terreno sería el más idóneo para ganarle. Si él se centra en una carrera, veo imposible derrotarle.
Podemos decir que de casta le viene al galgo. Tu padre, cuando empezaste en el mundo del atletismo, fue campeón del mundo de maratón en categoría veteranos (con 46 años hizo una marca de 2:27).
Mi padre me ha orientado a cómo tomarme el deporte. Él se tomaba los entrenamientos y las carreras muy en serio. Le otorgaba gran importancia a cada entreno y a todo lo que hacía. Para bajar unos segundos una marca, había muchas semanas de entrenamiento detrás. Él me enseñó a ser escrupuloso y serio con todo lo que implica la competición, la alimentación, los entrenamientos, etc. Viéndole entrenar, cogí esa rutina y esa manera de ver el deporte siempre orientada a la competición.
Tu padre triunfó en el asfalto. En tu caso, ¿te planteas bajar algún día del monte?
No, para nada. Una vez que he probado el monte, me da mucha pereza correr por asfalto. Cuando a veces tengo algún rodaje por asfalto, para soltar las piernas, el entrenamiento se me hace muy largo. Voy mirando el reloj cada cinco minutos (y se ríe). En cambio, por montaña puedo rodar durante más de 3 horas sin casi darme cuenta. Se me hace mucho más ameno y divertido. No me imagino preparar un maratón de asfalto. Sería interminable, un sacrificio muy grande.
¿Cómo valoras el boom en el mundo del running y del trail running?
De hecho, yo soy uno de ellos. Uno de los que se ha sumado a la moda. Como bien sabes, yo hacía esquí y me he tirado de cabeza a las carreras por montaña. Veo lógico que la gente que corre por asfalto y participa en triatlones, lo pruebe y se enamore de este deporte. Es lo que me ha pasado. No sabría explicarte el motivo. Una vez que pruebas esto, te engancha al momento. Aparte, el ambiente en las carreras o en los entrenamientos no tiene nada que ver. Es más distendido, más popular. La gente se lo toma más como un reto personal, sin mirar tanto el cronómetro, y está feliz por el mero de hecho de terminar una carrera, cosa que en asfalto no sucede. Corriendo por montaña puedes llegar a muchos sitios que son una gozada y donde puede llegar muy poca gente.
El histórico alpinista italiano Walter Bonatti decía que él no iba a la montaña a estar solo, sino a encontrarse consigo mismo. ¿Qué supone la montaña para ti?
No soy tan profundo como Bonatti (y se ríe). Me gustaría poder decir algo con tanto gancho, pero no te sabría decir. Simplemente, me apetece salir al monte y cuando estoy corriendo soy feliz. Y, una vez terminado el entrenamiento, estoy satisfecho con lo que he hecho. Me apetece salir al monte, cambiar de senderos, hacer cimas… no sé muy bien por qué, pero es así. Me llena muchísimo a nivel personal. Me gusta ir al monte sin necesidad de pensar, ni filosofar, ni de buscar nada en concreto. Simplemente, ir al monte y llevar los ojos bien abiertos. Con eso, basta.
Biatlón, esquí de montaña, escalada, trail running… ¿con qué te quedas de todo ello?
Desde que empecé en el mundo del atletismo con mi padre y con mi hermano, sin una temporada no habría llegado a la siguiente. Sin el atletismo no habría llegado a ser Olímpico en Biatlón. Y sin haber entrenado tantísimas horas en Biatlón y esquí de fondo no creo que ahora estuviera en este nivel en carreras por montaña. Y la escalada también es un complemento más. Lo uno sin lo otro no habría sido posible. Si de ahora en adelante tuviera que escoger sólo una disciplina, sería una elección muy difícil, pero quizás me quedaría con el trail sin el running. Creo que es lo que voy a poder seguir haciendo siempre y es un deporte perfecto para poder compartir con los amigos y la familia.
Hay muchos de tus compañeros que optan por otras disciplinas para poder entrenar, pero tu eres cabezón y piensas que para correr lo único que va bien es correr y, como mucho, la bici.
Para las carreras verticales, la bicicleta va muy bien. En un kilómetro vertical, creo que va mucho mejor un ciclista que un atleta. Pero para carreras más largas como maratones y demás, no sólo es importante subir bien, sino también bajar muy bien. Hay carreras donde debes correr mucho, como por ejemplo en el MaMoVa. Correr va bien para todos los deportes, pero para correr sólo va bien correr. Hago un poco de bici y en invierno esquío, pero ya metidos en temporada únicamente corro.
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