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MULTIDEPORTE

Los montañeros de más reciente incorporación piden que las prendas de outdoor incorporen más el factor moda

Los jóvenes exigen que las marcas arriesguen más en diseño

Aseguran que “el hecho de que los proveedores implanten moda en sus productos puede ser una vía de salvación para la tienda especializada en montaña”

(25-07-2007). Sin ser un factor determinante a la hora de elegir una prenda, los consumidores, especialmente jóvenes y poco experimentados, tienden a demandar cada vez más diseño y moda en el outdoorwear, un sector que ha empezado a abrirse a la dinámica de las tendencias, aunque todavía de forma más bien tímida. Este sería el criterio, más o menos generalizado, que CMD ha constatado tras consultar a una decena de comerciantes españoles especializados en la venta de productos para deportes de montaña acerca de la evolución de la demanda del textil de outdoor en las últimas temporadas.

Del tradicional divorcio entre la prenda técnica de montaña y la moda se ha pasado a un acercamiento paulatino que ha desplazado en los mostradores las prendas oscuras y con corte cuadrado para llenarlos de diseños y coloridos innovadores: “Antes parecía que la moda no existía en la prenda de montaña, cuando era una realidad en otros deportes. Sobretodo desde hace tres años, el outdoorwear debe responder con tejidos técnicos y equipaciones muy específicas para cada actividad, pero también con un componente de moda cada vez más importante”, afirma Rafael Heras, gerente de Landher Montaña (Vitoria).
Según Miguel Pérez, propietario de Sherpa (Granada) durante los últimos años se ha notado un gran avance de la moda en el sector de montaña: “Sobre todo gracias a la popularización de los deportes de outdoor. El consumidor que se incorpora tiene otro planteamiento de ropa deportiva y lo está trasladando a la montaña, siendo el nuevo público el que demanda más moda. Además de valorar aspectos técnicos y prestaciones de una prenda, quiere disponer de un diseño y una amplia gama de colores. El cliente habitual, en cambio, no está tanto por este concepto”.
Apoya esta opinión Iosu Zabala, encargado de Mendiko Etxea (Bilbao), quien señala que “la moda comercial se está metiendo en el sector de juventud, especialmente en los deportes de deslizamiento. Además de funcionalidad, se demanda una estética. Hace unos años no era así, pero hoy en día la moda ha tenido un efecto dinamizador del mercado y el público joven lo exige. Se trata de una moda que afecta tanto a los practicantes de deportes de exterior como a la gente de la calle, que en los últimos años se ha animado mucho a vestir de monte”.
Juan Manuel Iglesias, propietario de Cavana (Oviedo) matiza que “hace tres años estaba muy de moda usar prendas de montaña en la calle, pero esta tendencia ha disminuído. La marca Thinkpink, por ejemplo, era la que más cubría esta demanda y continúa haciéndolo. Sin embargo, en prendas de montañismo siguen predominando los colores de siempre, el negro o el gris, con cierta incorporación de nuevos tonos, como el verde pistacho”.
En palabras de Gustavo Maqueda, responsable de Deportes La Trucha (Málaga), la demanda de moda en el outdoorwear “va en aumento, sobre todo en la ropa de tiempo libre no especificamente técnica. Con los colores más tradicionales conviven otros más innovadores, como el naranja y el verde pistacho. En las prendas más técnicas han tomado fuerza el rojo vivo y el blanco, además del negro para la ropa de invierno”.
Para Toni Martí, encargado de Es Refugi (Palma de Mallorca), el consumidor ha empezado a demandar moda porque ha aumentado la oferta de los proveedores: “El aumento de la oferta ha traído como consecuencia un incremento de la exigencia del público. Considero que la moda en montaña irá a más debido a la tendencia de los proveedores a incentivar la demanda con nuevos productos”.

Funcionalidad versus estética
Sin embargo, existirían algunas plazas un poco reacias a rendirse a los efectos de la moda. Los aspectos funcionales siguen limitando la introducción de líneas demasiado innovadoras, ya que hay un abismo entre incorporar tendencias en prendas de a diario a hacerlo en prendas para la práctica deportiva. Así, los comercios más especializados aún se mantienen un tanto conservadores: “Un sector tan especializado como el nuestro sigue siendo un poco reacio a introducir diseños de moda. Sí que se ha notado cierto incremento tanto de la oferta como de la demanda, pero no es demasiado fuerte. Algún cliente se muestra interesado en prendas de moda, pero hoy en día sigue mandando la función del producto sobre la estética”, sentencia José Antonio Trejo, propietario de Explorer (Badajoz).
Por su parte, Daniel Benicat, gerente de Camarasa Esports de Muntanya (Sabadell), señala que “las marcas intentan introducir moda, pero la gente no lo aprecia demasiado. Es nuestro caso, tal vez por ser la nuestra una tienda muy especializada en alpinismo, escalada y otras prácticas no masificadas. En mi opinión, incluso un exceso de moda puede llegar a marear al consumidor, cuando lo que quiere es un producto cómodo y con ciertas cuestiones técnicas”.
Andrés Culebras, propietario de Koala (Madrid), también indica que el público más especializado no demanda tanto la incorporación de moda en el outdoorwear: “Nosotros estamos especializados en práctica deportiva y nos afecta la moda dentro de lo que puede llegar a influir en una línea tan especializada, donde las tendencias estéticas son una cuestión menos influyente y no se ha entrado de una forma plena. Aun así, tampoco estamos exentos de ello y no podemos obviarla. En nuestro caso, la moda no es el factor principal ni determinante a la hora de elegir o descartar un producto, ya que este dispone de otras cualidades más importantes que la estética, como son las prestaciones técnicas”.

La escalada deportiva, punta de lanza
En cuanto a las líneas más proclives a la introducción de moda en función de la práctica deportiva a desarrollar, buena parte de los entrevistados apuntan al senderismo, por ser una actividad que en los últimos años ha experimentado un gran crecimiento en el número de practicantes, suponiendo la entrada del público masivo, eminentemente joven y que con unas necesidades de moda previas. Así lo creen Juan Manuel Iglesias, Gustavo Maqueda, Daniel Benicat y Miguel Pérez, quien añade que la escalada deportiva es la punta de lanza en la incorporación de nuevas tendencias estéticas en el outwear de montaña.
Rafael Heras, opina que los practicantes de deportes de deslizamiento, donde predomina el público juvenil, “hacen de la práctica del deporte una vivencia que expresa un estilo de vida y lo hace con una estética determinada. El tipo de ocio está cambiando y las nuevas generaciones le están dando una nueva orientación a la montaña, que parecía resistirse al cambio”. Iosu Zabala sintoniza con esta apreciación e indica que “la propia naturaleza de cada deporte permite una mayor o menor introducción de tendencias estéticas. Cuanto más técnica requiere una actividad menos demanda de moda experimenta. Hay prendas de snowboard, freeride, etc, que por comodidad son impensables en otras disciplinas más clásicas”. Toni Martí añade que el esquí y el snowboard “son las líneas más ‘fashion’ con diferencia ya que el montañismo en general no demanda tanta moda”. Para Andrés Culebras, más que prácticas deportivas “que demanden más moda, existen sectores más marquistas, sobretodo en actividades menos masificadas y más cerradas al público general”.

La mujer, la que más moda pide
Los comerciantes entrevistados se muestran prácticamente unánimes: la mujer, sin descuidar los aspectos técnicos de la prenda, tiene más en cuenta que el hombre las formas, colores y nuevas tendencias que se aplican en este sector como un valor añadido cada vez más valorado.
Sin embargo, la mayoría señala que las diferencias entre sexos en esta cuestión es cada vez más pequeña. De esta manera, Miguel Pérez afirma que “el hombre busca cada vez más diseño y moda. Sigue siendo menos exigente que la mujer, pero cada vez lo considera más importante, sin llegar a ser un aspecto decisivo”.
En otro sentido se expresa el responsable de Deportes La Trucha, quien sostiene que los hombres “compran más moda porque en general son los mayores consumidores de prendas de montaña. Además, a las mujeres les cuesta más gastar dinero en este ámbito y si lo hacen le dan mayor importancia a las cuestiones técnicas”.
En cuanto a la posición de los fabricantes, los comerciantes denotan una transformación sensible de la mayor parte de los muestrarios, aunque son escépticos a la hora de augurar grandes cambios. El gerente de Explorer, José Antonio Trejo, destaca que las marcas están haciendo un esfuerzo para incorporar moda en el outdoorwear , pero “todavía no lo ven recompensado, lo que provoca que no hagan una apuesta del 100% por diseños muy novedosos. De cara al futuro, la propia competencia ante la gran oferta existente hará que los fabricantes decidan diferenciarse del resto a través de técnica y del diseño”.
Miguel Pérez, gerente de Sherpa, cree que la introducción de moda en las prendas de montaña “se podría acentuar más en las líneas que puedan ser llevadas en la calle, donde no hay una gran exigencia de cuestiones técnicas. En gamas más especializadas, Dipey trabaja muy bien la escalada deportiva, donde también reseñaría la serie A5 de The North Face. En montaña en general, Miller y Casin disponen de una colecciones donde cada vez se tiene más en cuenta las cuestiones de moda”.
Andrés Culebras señala que “las marcas introducen poco a poco más diseño, no sé si podríamos hablar plenamente de moda, aunque no cabe pensar que se produzca una gran explosión en las líneas de montaña. De la oferta existente, destacaría a The North Face como marca de peso dada su calidad técnica y su diseño”.
A su vez, el propietario de Cavana, Juan Manuel Iglesias, considera que “los fabricantes ya satisfacen suficientemente la demanda de moda porque tampoco es excesiva, excepto en el sector de esquí. Las marcas, por norma general, siguen siendo mayoritariamente conservadoras con algunas excepciones. Peak Performance, por ejemplo, es la firma de prendas destinadas al montañismo que más moda ofrece y la que más innova en sus combinaciones de colores y diseños”.
Gustavo Maqueda, responsable de Deportes La Trucha, cree que los fabricantes combinan conservadurismo con innovación: “Cada marca mantiene una línea para intentar conservar su segmento del mercado, pero a la vez tiene que ofrecer innovación. The North Face, Grifone y Wild Roses son firmas de prendas para montaña que destacan por su técnica, su innovación en materiales y su diseño”.
El encargado de Mendiko Etxea, Iosu Zabala, diferencia entre dos públicos para explicar el éxito de unos fabricantes y otros: “Primero está el cliente de siempre, que suele utilizar prendas de Grifone, Termua y Trango porque las conoce de siempre. Luego está la gente que se ha pasado al windstopper de The North Face, aunque luego lo utilice para ir por la calle como una especie de uniforme distintivo de un grupo social”.
Para Daniel Benicat, de Camarasa Esports de Muntanya, las marcas más destacables que incorporan moda en sus colecciones son Alpine, Harm, Marmot, Millet y Mamut, aunque opina que el sector de montaña especializado no incrementará en demasía su oferta de moda: “No se tiene que mezclar tanto deporte y moda. En deportes más masificados se ha hecho, pero no creo que se deba convertir la montaña en una pasarela de moda. La comodidad y la utilidad son y serán los factores clave”.
El gerente de Landher Montaña, Rafael Heras, apunta a Trango como el fabricante nacional de referencia en montaña, ya que “lidera con diferencia el gusto y la perfección de lo que el montañero quiere en cuanto a diversidad, colores y criterio de colección. También destacaría a Grifone, por su estrategia de marketing, su exposición de producto y su merchandising, al intentar acercar el ocio de montaña al público general”.
Según Heras, tanto los comercios como los fabricantes están “un poco desorientados porque nadie sabe descifrar hacia donde va esto. Ellos preparan sus colecciones y unas veces aciertan y otras no, ya que a los requisitos técnicos es difícil aplicarles aspectos modales. El reto del sector es unir tecnicidad y moda, dos conceptos algoreñidos”.
En vaticinios a medio plazo, el gerente de Landher Montaña concluye que la competencia de las grandes superficies obligará a los detallistas especializados “a convertirse en pequeñas boutiques. Que nuestros fabricantes implanten moda en sus productos puede ser una vía de salvación para la tienda especializada en montaña. Por este motivo la relación y comunicación con fabricantes y distribuidores, que siempre ha sido importantísima, será materia fundamental para la supervivencia”.


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