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El investigador Vicente Javier Clemente alerta de “presiones” que frenan un plan nacional de deporte “efectivo” contra el sedentarismo

“A los lobbies farmacéutico y alimentario no les interesa que el Gobierno apueste por el deporte”

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Apuntan a "intereses de lobbies farmacéuticos y alimentarios" como los principales causantes de la aparente "inactividad" que estaría mostrando el Gobierno en el lanzamiento de un plan nacional para la promoción de la actividad física y el deporte, que ataje los problemas de sedentarismo y obesidad que padece España. En la imagen, el presidente Pedro Sánchez, cabizbajo.

(27-10-2022). La inactividad física causa 50.000 muertes al año y le cuesta al sistema sanitario español 6.900 millones de euros anuales. Un plan nacional para la actividad física se presupone como el arma más efectiva para frenar las estadísticas. Sin embargo, lamenta el profesor e investigador Vicente Javier Clemente, “pesan más los intereses por vendernos medicinas que la propia salud de la sociedad”.

El Gobierno tendría en su mano incidir de forma efectiva en las altas tasas de sedentarismo y obesidad que presenta la sociedad española y aplacar, a través de un programa nacional de promoción de la actividad física, el creciente coste que soporta el gasto sanitario público. Pero existirían “poderosos intereses” que estarían impidiendo que salgan adelante medidas políticas que constituyan una intervención potente sobre la sociedad”. Así lo apunta el profesor e investigador de la Universidad Europea de Madrid, Vicente Javier Clemente, quien lamenta que, tras las escasas actuaciones protagonizadas por el gobierno estatal en torno a la actividad física, “pese más mantener a enfermos crónicos que la salud de la población”.

En opinión de este profesor de Entrenamiento y director del Grupo de Investigación en Psicología aplicada, en España “contamos con los mejores académicos de la actividad física y estamos exportando entrenadores a otros países. Disponemos de las bases para implementar políticas que provengan del Estado”. Y, sin embargo, lamenta, “no se está aprovechando”.

Clemente muestra su malestar ante la actitud protagonizada por los agentes políticos que, comenta, “muestran buenas intenciones en el Día de la Actividad Física, pero a la hora de la verdad, no avanzan ninguna de sus promesas y propuestas”.

La más peleada por el sector del fitness, la aprobación de medidas fiscales que faciliten el acceso a la práctica deportiva. Pero para Clemente “lo más efectivo sería una intervención directa por parte de Gobierno, con medidas políticas concretas y que actúen sobre todos los ámbitos en los que se ha probado que la actividad física puede ejercer un impacto positivo”.

Vicente Javier Clemente es profesor de Entrenamiento en la Facultad de Ciencias del Deporte y Director del Grupo de Investigación en Psicología aplicada de la Universidad Europea de Madrid.

“Todo está inventado”

Lo mejor, apunta el profesor e investigador, es que “el Gobierno no se tiene que romper la cabeza en inventar nada, sino aplicar lo que se está haciendo en otros países y que se ha demostrado ampliamente que funciona”.

Es más, añade, “en algunos casos se podría argumentar que no son extrapolables a la casuística española, pero lo cierto es que se cuenta con programas pilotos que se han desarrollado en España en los últimos años, que han resultado efectivos y no se ha decidido implantarlos”, denuncia.

Uno de los más significativos a ojos del investigador es el programa ‘El Ejercicio te cuida: efectividad, aplicabilidad y evaluabilidad’, impulsado por la Universidad de Extremadura a través de una iniciativa europea en 2019, en el que se estudió los efectos de incorporar a un licenciado en actividad física en los centros de salud prescribiendo entrenamientos, con resultados “positivos, en los que se percibía con una inversión mínima, un ahorro de millones en los costes sanitarios”, apunta Clemente, quien lamenta que “aún con datos contrastados, no se implantó la medida”. Ni Extremadura ni ninguna otra comunidad, tampoco el Estado, recogieron el guante y optaron por replicar este programa una vez terminó su fase de prueba.

Te das cuenta de que existen muchos intereses cuando se permiten iniciativas en las que una galleta infantil cargada de azúcares encubiertos y aceite de palma se vende como saludable

La economía por encima de la salud

Clemente apunta directamente a intereses “superiores”. “El lobby farmacéutico ejerce una gran presión, ya que más ciudadanos necesiten medicamentos para vivir genera grandes ganancias a la industria”.

Una presión a la que en su opinión contribuiría también la industria alimentaria, “que se empeña en vestir de saludables alimentos que no lo son, para que luego sea necesario recurrir a medicación”. “Te das cuenta de que existen muchos intereses cuando se permiten iniciativas como NutriScore, en la que una galleta infantil cargada de azúcares encubiertos y aceite de palma se vende como saludable”, se lamenta.

Dichos intereses irían más allá, advierte Clemente, siendo “ampliamente normalizados en la industria cinematográfica, dándose millones de casos en películas en las que se muestra gente consumiendo pastillas para la tensión solo levantarse, ansiolíticos o comiendo hamburguesas y enormes vasos de refrescos”. El resultado, continúa, es que “se haya interiorizado y normalizado que a partir de los 40 necesitemos una pastilla para la tensión o para dormir, y no se vea la obesidad como el problema de salud que realmente es”.

Se ha normalizado que a partir de los 40 años necesitemos tomar alguna pastilla

Claves para un Plan Nacional

“La falta de actividad física y una mala alimentación están relacionadas con todas las enfermedades actuales de las sociedades occidentales, entre las que destacan el cáncer, la diabetes, la ansiedad, la depresión, la fibromialgia e incluso degenerativas como el Alzheimer”, resalta señalando que “cuando se hacen intervenciones con actividad física, está ampliamente demostrado que la sintomatología de todas estas enfermedades mejora y que ejerce de factor de prevención antes de su aparición”.

Con cifras concretas, de acuerdo al Consejo Superior de Deportes, la inactividad física es ya el cuarto factor de riesgo de mortalidad global y en España es el causante de 50.000 muertes al año. Por no hablar del desencadenante de patologías crónicas que cuestan al sistema sanitario 6.900 millones de euros año, según calcula una reciente investigación de Deloitte y GHFA.

En opinión de Vicente Javier Clemente, revertir estas estadísticas pasa por “abordar el problema desde la infancia, pero a través de padres y profesores, que incluyan los hábitos saludables en la educación de los niños”.

“Un buen plan nacional debería incluir medidas con efecto a medio-largo plazo, y orientado a las generaciones futuras, empezando por la etapa escolar. Que se incluya formación en actividad física y deporte dentro del currículum de docencia, y en las aulas se establezca ejercicio físico cada 20 minutos de clase”, nombra como ejemplos.

“Y en los adultos, implicar al Gobierno y a las empresas, con iniciativas en las que se aborde la mayor excusa que se utiliza para no activarse: la falta de tiempo. Con que la empresa ceda media hora de la jornada laboral y el trabajador ceda otra media hora de su día, se puede conseguir que más gente haga ejercicio físico financiando mitad y mitad entre la empresa y el Gobierno”, comenta, añadiendo otras ideas como que “el Gobierno sufrague el 50% de las cuotas de las instalaciones deportivas a aquellos que cumplan con los objetivos de entrenamiento”.

Mejorar la comunicación

Ideas que a día de hoy suenan utópicas pero que para Clemente se corresponden con una realidad que la pandemia ha contribuido a aflorar. “Cada vez más gente se activa y antes de llegar a su límite en el que deba acudir a un médico, está empezando a acudir a los profesionales de la actividad física”.

Preguntado por las campañas de sensibilización lanzadas desde organismos regionales y distintas organizaciones y entidades sobre los efectos nocivos de la inactividad física y de consumo, por ejemplo, de azúcar, el investigador apunta a una “saturación de mensajes que está generando rechazo en la sociedad y provocando una parálisis por análisis de sobreinformación”.

Por ello otorga importancia a todos aquellos pequeños gestos que se van sucediendo en distintas partes del país, que “van bien encaminados”, animando al sector de la actividad física y el deporte a continuar “presionando”. “Los ejemplos están, los resultados son visibles en poco tiempo. Ahora hay que aprender a comunicarlo y que se aplique”, asevera.


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