(31-8-2020). El Madrid Natación Club o Madrid Bears, según el apodo empleado por sus impulsores constituye un caso singular. Su directiva está formada únicamente por nadadores que compaginan la piscina con los despachos. Su presidente, Iñigo Pravia, asegura que quieren ser “el mejor club de España”.
En septiembre de 2019, una quincena de nadadores, la gran mayoría del Real Canoe de Madrid, empezaron a gestar la idea de crear un nuevo club hecho a su medida y que supusiera un salto cualitativo en sus carreras apostando por una nueva metodología de entrenamientos. Su objetivo, lograr deportistas más competitivos y que fueran capaces de desarrollar mejor su potencial en edades adultas.
Ahora, casi un año después, el Madrid Natación Club, o Madrid Bears, su apodo, ya es una realidad. Aunque a nivel estructural aún es un proyecto en fase embrionaria, lo cierto es que su motor ya ha está en marcha. Empiezan de cero, pero no se conforman con poco: “Aspiramos a ser el mejor club de España. Primero, en adultos. Luego, en todas las categorías. Además, nos gustaría ser punteros a nivel europeo y competir en la International Swimming League si fuera posible”, sentencia su presidente, Íñigo Pravia.
Se trata de un club atípico, ya que su junta directiva está formada íntegramente por nadadores que compaginan el agua con los despachos. Todos hacen de todo. Desde hablar con patrocinadores a buscar espacios donde entrenar. Ahora se encuentran concentrados en Almería, pero a su vuelta ya han acordado entrenar en el Club Natación Jiménez de Madrid por las mañanas.
BUSCAN PATROCINADORES
Para arrancar el club, sin socios, los nadadores han tenido que buscar financiación a través de distintos patrocinadores. Durante el confinamiento se les cayó alguna de las empresas con las que habían llegado a acuerdos. Pese a las dificultades generadas por el COVID-19, que ha frenado muchos patrocinios, siguen buscando marcas que les apoyen a partir de septiembre. Su intención es lograr que 9 grandes empresas les aporten, cada una, 1.000 euros al mes.
“Estas marcas serían los patrocinadores principales. También buscamos a empresas pequeñas y otros patrocinios. Les daremos la visibilidad que nos pidan cada una de ellas, aunque básicamente nos ven con buenos ojos para añadirnos a su memoria social”, reconoce Pravia. Ningún miembro de la junta ni los nadadores cobran dinero. Los ingresos se limitan a cubrir los gastos imprescindibles: entrenadores, agua, licencia y parte del alquiler de los pisos para aquellos nadadores que han tenido que trasladarse a Madrid.
UN CLUB CON INSTALACIONES PROPIAS Y CANTERA
Aunque a corto plazo su idea es ir ampliando el espacio de agua disponible pidiendo ayuda al Ayuntamiento, su voluntad es llegar a tener unas instalaciones propias. “Con el COVID-19 todo se ha complicado y habrá que esperar un año el proyecto de crear una piscina que queremos desarrollar”, expone Pravia.
Su hermano, Aquilino, ejerce de secretario general y es el único directivo que no es nadador. Beltrán Rodríguez, vicepresidente, asegura que la idea del club es crecer “de arriba a abajo, creciendo poco a poco”. A medida que vayan logrando más espacio de agua irán añadiendo más nadadores a la entidad.
Este año esperan cerrarlo con un par de refuerzos. Iban a ser más, pero los contratos de algunos nadadores con otros clubes han impedido más movimientos. Solamente incorporarán deportistas que hayan finalizado contrato con sus anteriores clubes para no entrar en disputas con otras entidades. “El año que viene el equipo va a crecer bastante y con mucho nivel”, anticipa el presidente de los Madrid Bears.
Al final de cada temporada se plantearán si pueden crecer en alguna categoría o género. Su intención es clara: quieren añadir una sección femenina -algo que por ahora es inasumible económicamente- y formar una cantera con jóvenes talentos que puedan crecer bajo su metodología.
BART KIZIEROWSKI, EL DIRECTOR TÉCNICO
En clave deportiva, el proyecto de los Madrid Bears se estructura en base a una pieza angular: Bart Kizierowski. Este entrenador polaco, que compitió en los Juegos Olímpicos de 1996, 2000 y 2004 y ha dirigido a velocistas de la selección española, la Blume de Madrid o el CN Sabadell, aceptó el reto y se convirtió en el director técnico del nuevo club madrileño.
“Es un técnico referente y confiamos plenamente en él”, reconoce Beltrán Rodríguez. “Hemos creado un ambiente de entrenamiento, de motivación, de ganas de hacer las cosas, que no tiene nada que ver con lo otro. Así se trabaja mucho mejor”, le elogia Pravia. Kizierowski tiene plenos poderes en el área técnica para implantar metodologías de trabajo que ya se siguen en los Estados Unidos y otros países europeos. El proyecto prevé que cuando tengan categorías inferiores, sea también Bart Kizierowski quien forme y tutele a los entrenadores de los más jóvenes.
“En España hay un gran potencial a nivel júnior e infantil, pero a la hora de dar el salto a la categoría absoluta no acabamos de explotarlo. No tenemos los resultados que podríamos llegar a tener”, lamenta Rodríguez. Los dos nadadores consultados coinciden que en la metodología que siguen la mayoría de clubes del país “está anticuada”. “Muchos nadadores se han estancado en el fondo y medio fondo, y cuando llegas a 25 o 26 años, que es casi el momento de máximo potencial, pero tienes que estudiar una carrera y si ves que los resultados no mejoran, te estancas y lo dejas”, suma Pravia.
El presidente del Club Madrid Natación reconoce que necesitaban “tomar las riendas” de sus respectivas carreras. Con este nuevo club pretenden erigirse en el “último escalón” que le falta a España para poder competir con mayores prestaciones en las competiciones internacionales.
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