Cataluña pone en jaque la campaña de Navidad de las estaciones de esquí

El plan inicial aprobado por la Generalitat el pasado 2 de diciembre contemplaba la libre movilidad de los catalanes por todo el territorio tanto durante los días laborales como los festivos, lo que abría la puerta a la llegada de esquiadores del área metropolitana de Barcelona a las estaciones del Pirineo y, por tanto, la esperanza de salvar la campaña de Navidad. Sin embargo, con el empeoramiento de los datos epidemiológicos, el vicepresidente, Pere Aragonès, y la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, han anunciado más restricciones que limitan las posibilidades de éxito de dicha campaña.

En primer lugar, el confinamiento comarcal, que ha entrado en vigor este viernes, se mantendrá hasta el 11 de enero. Las dos únicas excepciones para saltarse la prohibición son ir a visitar a un familiar y desplazarse como burbuja familiar a una segunda residencia o a un hotel con reserva previa, siempre manteniendo las mismas medidas de precaución que en el domicilio principal.

En segundo término, la Generalitat ha decidido considerar una sola comarca a el Alt Urgell y Andorra, por lo que el país vecino podrá recibir visitantes del territorio colindante. De todas formas, las estaciones de esquí andorranas ya anunciaron que no abrirían sus puertas hasta, como mínimo, la primera semana de enero, en consonancia con las decisiones tomadas por el gobierno francés.

Por último, el cierre perimetral de Cataluña se mantiene por lo que las estaciones tampoco podrán recibir visitantes del resto de España, que por ejemplo, en el caso de la Val d’Aran suponen gran parte de su negocio. Los catalanes, en cambio, sí podrán desplazarse a otras comunidades autónomas a visitar familiares.

Las estaciones de esquí catalanas, por lo tanto, estarán abiertas pero con posibilidades limitadas de recibir visitantes, más allá del ámbito comarcal y de las personas que dispongan de una segunda residencia.