(30-10-2024). Los atletas de Salewa, Yannick Boissenot y Arnaud Cottet, han visitado las montañas de Pakistán para su proyecto Hunza. El viaje de ambos es un ejemplo de cómo el cambio climático está afectando a los deportes de montaña.
El valle de Hunza, en el norte de Pakistán, es una región de una belleza sorprendente y gran diversidad cultural. Situado en Gilgit-Baltistán, antiguamente conocido como las Áreas del Norte, se encuentra a unos 100 kilómetros de la ciudad de Gilgit. El valle se extiende a lo largo del río Hunza y está rodeado por algunas de las montañas más altas del mundo, incluidas Rakaposhi (7.788 m), Ultar Sar (7.388 m) y Diran Peak (7.266 m). En abril de 2024, los atletas de Salewa, Yannick Boissenot y Arnaud Cottet, pusieron rumbo hacia allí para hacer una excursión de esquí de travesía muy especial.
Acompañado por su amigo, el guía de montaña Julien «Pica» Herry, a Yannick se le ocurrió la idea de explorar la región con los esquís. Hace unos años, Pica fundó Zom Connection, una ONG que apoya y fomenta los deportes de montaña en Pakistán. Comenzó a trabajar con organizaciones de la zona con el fin de llevar equipamiento para deportes de invierno hasta los salvajes valles del norte de Pakistán.
Yannick y Arnaud salieron con Pica y un grupo de pakistaníes en busca de corredores intactos y, en el proceso, probaron la nueva colección de esquí de travesía Salewa ‘Sella Free’. Resultó ser una experiencia única y un intercambio cultural muy especial. Pero no todo fue camino de rosas, ya que desde el principio su excursión se vio afectada por el cambio climático y tuvieron que demostrar mucha flexibilidad y capacidad de adaptación.
¿Quiénes son Yannick Boissenot y Arnaud Cottet?
Yannick Boissenot y Arnaud Cottet son dos apasionados de las aventuras de montaña, de escarpados descensos y de la nieve polvo sin pisar.
Arnaud Cottet, oriundo de Suiza, se crió entre montañas. Aprendió a esquiar prácticamente al mismo tiempo que aprendió a andar y en su vida ha explorado montañas por todo el mundo, desde los Alpes hasta las Montañas Rocosas, desde Alaska hasta Irán, y ahora Pakistán.
Yannick Boissenot es un freerider excepcional, además de fotógrafo y cámara alpino. Documenta sus aventuras por todo el mundo con instantáneas y películas de alta calidad. También documentó su viaje por el valle de Hunza en una película que se presentará al público a mediados de diciembre.
Relato del viaje
Salen de Islamabad la mañana del 25 de abril en dirección al Hindu Kush. Llegar hasta el valle de Hunza les lleva más de 20 horas por carreteras en mal estado, con derrumbamientos, controles de carretera y escoltas policiales. Al llegar a su campamento de aclimatación, se encuentran con que las altas temperaturas han hecho que el estado de la nieve sea inestable, por lo que tienen que descartar muchos de sus objetivos. Como plan alternativo, deciden probar pistas locales, un parque de nieve y refrescar sus habilidades de rescate en caso de avalancha. También se ven obligados a cancelar su objetivo inicial: una excursión de esquí de travesía en un valle de la región de Khunjerab.
Se vuelven a poner en marcha y se marcan un campamento base al norte de Rakaposhi, una montaña gigante en la cordillera del Karakoram. Bajo las altas laderas del pico de 7.788 metros se encuentran varias pendientes más bajas que quizá si se pueden recorrer. Desde lo alto del Rakaposhi se puede ver el valle de Hunza. Su campamento base es popular entre los excursionistas, que vienen a ver la cumbre y sus glaciares. Después de un día de reconocimiento, el equipo detecta una pendiente prometedora conectada a la montaña principal del Rakaposhi. Yannick y un guía de montaña local se dirigen hacia la cima en la oscuridad en busca de corredores. A primera hora de la mañana, encuentran justo lo que buscan: una pista bonita, con nieve virgen y en perfectas condiciones. Su paciencia ha dado su fruto. De vuelta con el resto del grupo, recorren juntos el último descenso hasta el campamento base: una experiencia inolvidable.
A continuación, el grupo se acerca hacia el valle de Naltar y un campamento base más lejano. Una vez más, buscan corredores a 4.000 y 5.000 metros, pero las altas temperaturas los han derretido todos. No queda nieve para esquiar. Así que deciden cambiar de rumbo hacia Karimabad, la capital del distrito de Hunza, donde Yannick y Arnaud se quedan un par de días para entregar el equipamiento de Salewa que han llevado como donación y para disfrutar de la hospitalidad pakistaní de la zona. Tras deleitarse con un último té especiado y unas patatas pakistaníes, llega el momento de emprender el camino de vuelva a casa.
Inviernos en transición
El viaje de Yannick Boissenot y Arnaud Cottet es un ejemplo de cómo el cambio climático está afectando a los deportes de montaña. En particular, al esquí de travesía, ya que el estado de la nieve cada vez es más impredecible y poco fiable. Por este motivo, los deportistas de montaña tienen que ser más flexibles, tal y como lo demuestran estos dos en su excursión por el valle de Hunza. A pesar de encontrarse con condiciones complicadas desde el principio, siguieron buscando formas nuevas de actuar. Fieles al lema «Free Your Journey» (Viaja con Libertad), fueron capaces de encontrar la libertad que buscaban, contra todo pronóstico, y lograron trazar por primera vez varias pistas nuevas en las montañas de Pakistán.
La nueva campaña de Salewa ‘Free Your Journey’ aborda conscientemente los problemas que está causando el cambio climático a los deportes de montaña y busca maneras para que los deportistas se adaptan a las condiciones. La nueva colección dedicada al esquí de travesía fuera de pista «Sella free» —que tanto Yannick Boissenot como Arnaud Cottet han puesto bien a prueba en el valle de Hunza— está diseñada para adaptar las aventuras de esquí de travesía de manera práctica y versátil a otros deportes y combinarlas con otras disciplinas como el trekking o el ciclismo de montaña.
“Obviamente, el cambio climático no solo afecta a Pakistán, sino que está afectando a zonas de montaña por todo el mundo, sobre todo a los glaciares y a las condiciones primaverales, cuando la nieve se suele acumular a altitudes elevadas. A mí me entusiasma poder combinar el esquí de travesía con otros deportes, como el senderismo o montar en bicicleta (eléctrica)”, así explica Yannick Boissenot su nuevo enfoque.
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