(4-11-2019). El Club Náutico Pineda de Mar acaba de finalizar su singladura, tras 29 años de actividad. El motivo del cierre ha obedecido a la imposibilidad de la entidad de hacer frente a la modificación de la Ley de Costas que obliga a los clubes con instalaciones náuticas a tener una superficie máxima de 300 metros cuadrados para recibir o renovar la concesión.
El Club Náutic Pineda contaba con 100 socios y una masa social de 1.500 personas. Ocupaba a 10 empleados. Su cierre, hecho oficial en el día de hoy, se une al de otras entidades como el Club Náutico de Cabrera de Mar, así como al del Club Náutico de Canet de Mar, que fueron los primeros clubes afectados por la actualización de la Ley de Costas.
OTROS SEIS CLUBES EN PELIGRO
En la actualidad, hasta seis clubes más, la mayoría con 50 años de historia o más, se encuentran en la misma situación de futuro incierto y a la espera de recibir una notificación que podría obligarles a cesar su actividad.
Estos clubes son el Club Marítimo Castelldefels, el Club de Mar Sitges, el Club Marítim Torredembarra, el Club Maritim Cubelles, el Club Vela Calella y el Club Marítim Vilasar de Mar.
El Club Náutico Bétulo de Badalona, una de las entidades también afectadas por la Ley de Costas, habría logrado superar la amenaza de cese tras conseguir el pasado mes de junio que el pleno de la corporación municipal declarase la entidad ‘Bien Cultural de Interés Local’.
Según un comunicado de la Federación Catalana de Vela, “la Ley de Costas pone en peligro la actividad de 3.500 socios y los puestos de trabajo directo de 250 personas en Catalunya”.
Según ha declarado el presidente de la Federación Catalana de Vela, Xavier Torres, “esta es una situación crítica para la vela, tanto a nivel competición como a nivel lúdico”. Según ha añadido Torres, “el club Náutico Pineda de Mar es el nuevo afectado de una ley que deja de lado a miles de personas que disfrutan del deporte en el territorio”.
El presidente de la Federación Catalana de Vela ha denunciado que “nos cierran las puertas del mar a los ciudadanos”.
Pese a la gravedad de la situación, Torres ha asegurado que “estamos en contacto constante con todos los clubes que se encuentran en situación de incertidumbre para intentar revertir la situación y preservar a dichas entidades, a través de la campaña ‘Defensem la vela’”.
PRECEDENTES
La problemática de los clubes náuticos de playa surgió en el año 2013, a raíz de la remodelación que el Ministerio de Transición Ecológica hizo sobre la Ley de Costasm promulgada originalmente en el año 1988.
La modificación fijada limita las concesiones a los clubes con una base náutica igual o inferior a los 300 metros cuadrados, una superfcieie que, desde la Federación Catalana de Vela, sostienen que “en muchos casos, es insuficiente para incluir los equipamientos necesarios para el correcto desarrollo de la práctica de la vela”.
La nueva versión de la Ley de Costas vigente precisa que en el caso de no cumplirse esa directriz, las multas pueden ascender hasta los 60.000 euros y ello afecta directamente a los presidentes de las entidades, los cuales deben responder con su patrimonio, hecho que, según afirma la Federación Catalana de Vela, “fuerza a muchos clubes al cierre de sus instalaciones”. Las fuentes subrayan que paradójicamente “la ley no afecta a los locales de restauración que se encuentren en primera línea de mar”.
INJUSTICIA
Para la Federación Catalana de Vela esta situaciónin es una “injusticia”. Ante ello, este organismo abandera la campaña ‘Defensem la Vela’. Uno de los primeros actos de esta campaña fue la de llevar el pasado 25 de abril embarcaciones al centro de Barcelona, concretamente, ante la catedral de la Ciudad Condal.
Tras aquella concentración, el conceller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Damià Calvet, se comprom,etió a liderar las conversaciones con el Gobierno central para desencallar la situación y, de este modo, mantener la base del deporte más laureado de la historia del olimpismo español.
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