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Patin a Vela

Tras más de 500 millas en 30 etapas de navegación

El ‘Akal’ enfila hacia Venecia… por tierra

Ignasi Sagristá sigue rumbo a Itaca pero renuncia a circunvalar Italia

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En su periplo hacia Itaca, el 'Akal' que patronea Ignasi Sagristá varado en la playa de Imperia (Italia) en una bella noche de calma.

(27-6-2019). Ignasi Sagristá ha navegado ya unas 530 millas en las 30 etapas culminadas desde que salió de Sant Pol de Mar el pasado 18 de mayo con rumbo a la isla griega de Ítaca. Hoy tiene previsto cargar su Akal en un camión en la localidad italiana de Sestri Levante para que éste lo transporte por tierra hasta Chioggia, localidad al sur de Venecia.

“Tengo ganas de llegar a Croacia. Eso me atrae mucho más que rodear todo el litoral de Italia”. Con estas palabras justificaba ayer Ignasi Sagrista a CMDsport su decisión de cargar su patín Akal en un camión en la localidad del noroeste de Italia de Sestri Levante para que lo transporte hasta el noreste italiano donde se encuentra la laguna de Venecia, y más concretamente la localidad de Chioggia.

Aunque su tono de voz era animoso, el propio navegante se reconocía ayer “algo cansado física y psicológicamente. Los dos últimos días han sido bastante durillos”. Lo achacó a “las brutales encalmadas de viento que he sufrido durante los últimos días pero muy especialmente debido a la llegada del calor”. Según añadiría, “llevo mal lo de este bochorno y la falta de actividad”. Y es que el patrón del ‘Akal’ casi parece echar de menos ahora las ventoleras del Golfo de Leon, “aquellas jornadas duras y con vientos de 18 a 20 nudos que disparaban el patín”.

UN PAR DE SUSTOS

Fruto de aquellos días, sin embargo, fueron un par de sustos. Uno de ellos la casi pérdida de la plataforma que le dejó su amigo Sam y que lleva adosada entre la segunda y tercera bancada (mirando desde popa) y que le sirve para transportar parte de su equipaje. Según recuerda, “soplaba mucho pero el mar era todavía más potente a causa de unas olas largas que hacían saltar el patín como un caballo en una carrera de obstáculos. En uno de esos saltos, la plataforma se desencajó de uno de los lados y se inclinó peligrosamente. Por un momento creí que perdía todo el equipaje. Me llevó un rato largo conseguir encajar de nuevo la plataforma entre los dos flotadores y las bancadas y me costó una buena vomitona pues con aquellas olas acabé mareado como una sopa”.

A raíz de la fuerza ejercida por la pala-timón sobre la bancada de popa, Ignasi Sagristá ha tenido que reforzarla con planchas de hierro. Reconoce que “no queda muy estético pero cumple su cometido de evitar que la bancada pueda romperse”.

El otro susto fue descubrir la grieta que se le había abierto en la bancada de popa donde sujeta la pala-timón que emplea para gobernar el patín cuando navega con vientos abiertos. “Hice un par de jornadas con viento fuerte de popa y mar gruesa. Las olas de un metro y medio ejercían mucha presión sobre la pala-timón y ésta la transmitía sobre la bancada que acabó abriéndose levemente”.

Fue en Cannes donde Ignasi Sagristá recaló los pasados 13 y 14 de junio donde procedió a arreglar tanto esa bancada de popa (reforzándola con unas placas de hierro) como a fijar la plataforma porta-equipajes con dos tornillos a las bancadas para que ésta no vuelva a desajustarse ni a desprenderse. Según reconoció Sagristá “lo de las placas de la bancada de popa no queda muy estético pero creo que será efectivo que es lo que realmente importa”. El Patinista se muestra muy agradecido por la ayuda, las herramientas y el material que le prestaron en un pequeño club de playa de aquella localidad los jóvenes Charles y Damís.

Finalmente, la parada en Cannes le permitió reforzar también el mango del remo pequeño que, según Sagristá, “estaba a punto de romperse y me resulta imprescindible los días que me quedo sin viento muy lejos de costa”.

‘ATAJOS’ QUE SALEN CAROS

Precisamente eso es lo que le ha sucedido en varias ocasiones en los últimos días. “Intento hacer ‘atajo’ entre dos puntos de la costa y, en vez de ir siguiendo el litoral, enfilo una línea recta, con lo cual la costa me acaba quedando muy lejos”. Según reconoce, “el lunes pasado (24 de junio) navegando desde Génova hasta Mortola, tuve la suerte de que, en una encalmada brutal que me cogió muy lejos de costa, pasase un velero con una familia en la que la mujer hablaba español. Me echaron un cabo y me remolcaron un buen trecho. Realmente fueron de gran ayuda”.

Sagristá asegura que “toda la gente con la que he coincidido me ha tratado muy bien”. Destaca especialmente a los italianos “que son muy afectuosos y muy atentos y me han hecho unas acogidas en playa fabulosas -incluso me invitaron una noche a cenar tras un concurso de pesca- y unas despedidas muy emotivas con niños diciéndome adiós desde la playa mientras zarpo con el ‘Akal’.

UN BARCO MUY “ARTESANAL”

Dice que el patín ha llamado poderosamente la atención de numerosos franceses. “Me han preguntado cómo se gobernaba, si me lo había fabricado yo. Les parece un barco muy artesanal”.

Desde que partió de Sant Pol de Mar el pasado 18 de mayo han transcurrido 42 días. De éstos, sin embargo, ha navegado 30 días acumulando 530 millas.

Las tres etapas más largas que ha realizado hasta ahora el ‘Akal’ han sido las de Les Saintes Maries-La Couronne (34 millas en cuatro horas, el 6 de junio); desde Lo Lavandour hasta Saint Raphael (33 milas en 4 horas y media, el 12 de junio); y desde Ile Ratonneau hasta Siesforns de Mar (33 millas en 5 horas, el 8 de junio).

La última localidad Catalana en la que desembarcó fue en Llançà, el 22 de mayo y la primera localidad francesa fue la de Saint Cebrià de Rosselló, el 23 de mayo. Sagristá llegó al primer pueblo del litoral italiano el pasado 16 de junio. Hizo tierra en el municipio de Latte.

Ignasi Sagrista confia en superar el cierto bajón de ánimos que reconoce sentir desde hace un par de dias una vez llegue, tras su viaje por tierra, al sur de la laguna de Venecia, concretamente a Chioggia. Allí confía que el calor no sea tan acuciante y pueda volver a disponer de buenos vientos. “Cuando navego se me pasan todos los males”, asegura. “Me desanima quedarme sin viento, soportando el calor impenitente en el mar. Todo eso queda neutralizado cuando navego y siento la brisa y los salpicones del mar”.

ENCUENTRO CON LOS ‘EMBAJADORES’ CROATAS

El navegante confiesa estar muy ilusionado con el encuentro en tierras croatas con los ‘embajadores’ del patín a vela de aquellas latitudes, los catalanes Jordi Sanahuja y Roger Ventosa. Espera llegar antes de que ambos partan de vacaciones hacia su Vilanova natal a mediados del próximo julio. “Me encantaría que ambos hicieran alguna o algunas etapas conmigo navegando con sus patines”, explica esperanzado.

Ítaca, el teórico destino del largo periplo del ‘Akal’ queda todavía lejos. Antes de llegar a aquellas latitudes griegas, no obstante, quedan la costa croata, la de Montenegro y, finalmente, la de Albania, preámbulo de la llegada al litoral griego. “Me han dicho que todas esas costas son preciosas, un fabuloso prólogo de la costa griega”, comenta Sagristá.

El Patinista no habla del regreso: “he pensado varías fórmulas pero todo está por decidir. De momento, el objetivo primero es alcanzar la laguna de Venecia. Y espero poder pasear por San Marco. No tengo más prisas que coincidir con Sanahuja y Ventosa en Croacia. Luego, el viento dirá. Y yo también, claro”.


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