(1-9-2017). El Open Pati Catala Casinet 2017 ha constatado que, a veces, una regata puede ir más allá de sus resultados, que lo importante es que todos sus participantes, cuántos más mejor, vivan una gran fiesta.

Antes de la prueba, Edu Sánchez Vilavecchia, ‘alma mater’ del trofeo, dio las indicaciones a los patinistas sobre la regata, ‘cañita en mano’, algo que, según reconoció él mismo, “no acostumbra a hacerse en las regatas oficiales”.
La Asociación de Vecinos del barrio de Sant Salvador Playa (El Vendrell -Tarragona-) consiguió el pasado sábado, 26 de agosto, que el varadero concentrase hasta 41 patines a vela inscritos para celebrar el Open Patí Català Casinet 2017. Esa cifra supuso que la sexta edición de este trofeo alcanzase récord de participación. La mayoría de participantes eran del varadero principal de la playa anfitriona pero la convocatoria atrajo, asimismo, a una docena de patinistas de la localidad vecina de Calafell.
El Open Patí Català Casinet se inspira en las regatas convencionales pero poco tiene de convencional en cuanto a su ejecución. Ello es fruto de los escasos recursos náuticos disponibles, pero que con dosis de creatividad y mucho voluntariado colaborativo logran compensarse. La salida y la llegada tienen su línea establecida en la playa del varadero. El recorrido es un barlovento-sotavento en el que la boya de ceñida es plantada por la lancha del padre del alma mater de este trofeo, Eduardo Sánchez Vilavecchia, y la boya de empopada es una de las boyas amarillas que define la línea de seguridad marítima del litoral.
Según recordó en la reunión de patrones previa a la prueba Eduardo Sánchez Vilavecchia, “que nadie se olvide que en esto de las regatas hay dos leyes muy importantes: barco amurado a babor se mantendrá separado de barco amurado a estribor y al llegar a boya, si dos barcos llegan comprometidos, el de barlovento deberá dejar espacio suficiente al de interior para que pueda voltear la boya”. Los recordatorios pudieron parecer muy técnicos pero Sanchez Vilavecchia lo ilustró subrayando que “vas amurado a estribor y, por tanto tienes preferencia, si tu brazo derecho es el que está más cerca del palo, mientras que si es el brazo izquierdo, vas amurado a babor y no tienes derecho de paso”.
Por supuesto, en esa reunión previa se instó a los participantes a extremar las medidas de precaucion al salir todos de tierra, así como al llegar a ella, “porque el objetivo es que haya los mínimos barcos rotos. El año pasado hubo un agujero. A ver si este año dejamos ese índice a cero”.
Esa advertencia de Sanchez Vilavecchia no estaba nada de más. Había una rompiente con olas de cerca de un metro y ya se presagiaba que, aunque soplaba un levante de unos 12-13 nudos, sobretodo la salida masiva de 41 patines casi simultánea dispararía el riesgo de percances.
Con todos los patines aparejados frente al mar, a apenas medio metro del agua, los participantes se pusieron entre ambas proas a la espera de que pasara una pareja corriendo a ritmo pausado desde el barco más situado a sotavento en dirección al de más a barlovento.
UN PERCANCE JUSTO AL EMPEZAR
Cada patín tomó la salida tras haber pasado la pareja que corría por delante de su embarcación. Eduardo Sánchez Vilavecchia, con su barco situado en el extremo de sotavento salió como un tiro dándole camino.
Mientras, en la zona central de la ‘línea de salida’, donde había las embarcaciones más juntas, se organizó un notorio cisco entre que los patrones subían a su patín (el agua cubría hasta el pecho enseguida), cazaban, arrancaban los barcos, intentaban superar las olas… A Jordi Maré una ola lo echó hacia atrás y su flotador de estribor topó con la proa de otro patín que estaba a su sotavento produciéndole una grieta que le provocó una vía de agua. A pesar de ese percance de buenas a primeras de la manga, el patrón decidió seguir adelante.

La salida se realizó desde tierra, lo cual propició que algun barco resultara agujereado a causa de la considerable rompiente existente.
Mientras el resto de la flota seguía saliendo de playa y algunos optaron por ceder su turno para evitarse problemas con otros barcos y la rompiente, la mayoría de patines optaron por seguir rumbo mar adentro como Sanchez Vilavecchia había anunciado en la reunión de patrones que haría y estaba haciendo.
Solo dos patrones optaron por tomar el bordo de tierra. El primero, Jordi Maré y, tras él, Joan Pedemonte, algo más atrasado.
SANCHEZ VILAVECCHIA EN CABEZA
En el primer cruce, los patinistas que habían tomado el bordo de mar pasaron holgadamente por la proa de Maré y Pedemonte. El primero en pasar la boya de la primera ceñida fue Eduardo Sanchez Vilavecchia que lo hizo con una cómoda distancia.
Tras él pasaría Andrés Feu y, a continuación, el calafellense, Federico Delclos. Por su parte, Maré, cuyo flotador de estribor ya empezaba a evidenciar indicios de que iba llenándose de agua a raíz de la colisión del inicio de la prueba, pasó cuarto y Pedemonte quinto.
Durante la empopada, Sanchez Vilavecchia administró bien su liderazgo, mientras que por detrás suyo Andrés Feu, en segundo lugar, se distanciaba más de Delclos, y Maré y Pedemonte empezaban a acercarse a éste último.
El pase de la boya de tierra fue protagonizado en primer lugar por Sanchez Vilavecchia. Tras él pasó Feu y aunque Delclos fue el tercero en voltearla, tanto Maré como Pedemonte lograron, tras pasarla de modo muy ajustado, dejarlo a sotavento.
REPLICA EN LA SEGUNDA CEÑIDA
La segunda ceñida arrancó con un Sanchez Vilavecchia dispuesto a mantener su supremacia replicando lo hecho en la primera de modo que volvió a tomar el bordo de mar adentro. Feu le siguió y lo mismo decidieron Pademonte y Delclós.
El único que viró para tomar el bordo de tierra fue Maré, convencido de que la fuerte corriente en contra que había de levante hacia más conveniente esa bordada por tierra. Sin embargo, el flotador derecho de su patín cada vez parecía más un submarino y el barco cada vez corría menos y respondía peor a los designios de su patrón.
Por el bordo de mar, Andrés Feu y Pedemonte decidieron virar a media altura mientras que Sanchez Vilavecchia apuraba el bordo de mar casi hasta la layline y Delclos incluso la superaba.
‘TINTORERA’ AFILA SUS COLMILLOS
El resultado de dichas decisiones fue que Sanchez Vilavecchia logró mantener la supremacia en el pase de la segunda ceñida, pero que, a su vez, Joan Pedemonte muy atento y veloz , logró superar a Feu y pasar segundo la segunda ceñida habiendo recortado ostensiblemente distancias con el líder. Andrés Feu pasó tercero la segunda ceñida; Delclos la pasó cuarto y el ‘submarino Maré la pasó quinto.
Al iniciarse la última y decisiva empopada, Sanchez Vilavecchia optó por ‘olvidarse’ de Pedemonte y este último manteniéndose muy incisivo en su ataque al líder, así como sacando el máximo rendimiento a la velocidad de su ‘Tintorera’, primero logró situarse a la altura de Sanchez Vilavecchia y, posteriormente, superarlo holgadamente.
El primero en llegar a playa fue Joan Pedemonte que lo hizo con una cómoda distancia. Segundo llegó Sanchez Vilavecchia y tercero fue Andrés Feu. Fede Delclos entró cuarto, mientras que el ‘submarino’ de Maré logró entrar quinto, aún a pesar de que en el último tramo, justo poco antes de llegar a tierra, pareció que su atacante durante esa última popa, el calafellense Antonio Martínez, a punto estuvo de colársele in extremis.
PAELLAS Y FIDEUÁS
Tras la manga, los participantes fueron agasajados con barra libre por los propietarios del bar Can 60, mientras en el restaurant Casinet se ultimaba la preparación de cuatro paellas y dos fideuas.
Poco antes de la llegada de las paellas y las fideuás, se procedió a la entrega de premios en el mismo paseo de la playa de Sant Salvador utilizando el murito como singular podio por los vencedores. Tras ello, los propietarios del restaurant Casinet ofrecieron un suculento pica-pica que literalmente voló entre los participantes y sus familiares.
Las paellas y fideuás fueron recibidas a su llegada con todos los honores por parte de los asistentes quienes las degustaron con voraz apetito y numerosos elogios.
Por la noche, en la discoteca Uno, vencedores, participantes, familiares y amigos celebraron la celebración de la sexta edición del Open Pati Catala Casinet 2017 y, a buen seguro, algunos de ellos ya empezaron a elocubrar como volver a hacer el próximo 2018 una nueva edición que vuelva a batir nuevos récords.

Tras la regata, participantes y acompañantes pudieron degustar cuatro suculentas paellas y dos fideuás elaboradas por el restaurant Casinet de Sant salvador.
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