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Patin a Vela

Viaje de prospección y promoción de nuestra embarcación a Francia

Tres embajadores del patín en el Golfo de Morbihan

Semana nautica del golfo de morbihan 2017-6

'EMBAJADORES'. De izquierda a derecha, Oriol Puig, Alfonso Clavero y Jacky Guibert, los tres 'embajadores' del patín a vela que han tomado parte en las regatas de la Semana Náutica del Golfo de Morbihan y han aprovechado para hacer una prospeccción del mercado así como promocionar nuestra embarcación en la zona de la Bretaña francesa.

(31-5-2017). Jacky Guibert, Oriol Puig y Alfonso Clavero han sido los tres patinistas emprendedores que, como embajadores de la clase, tomaron parte, con sus respectivos patines en la concentración de embarcaciones clásicas celebrada en el Golfo de Morbihan la semana pasada.

El objetivo de estos tres ’embajadores’ del patín a vela era inspeccionar el mercado y promocionar nuestra embarcación durante la reconocida semana náutica del Golfo de Morbihan, un evento que, según ha explicado Oriol Puig a CMDsport-Patin a Vela, este año ha reunido “a unos 1.200 barcos, todos ellos de tipo clásico, mayoritariamente construidos en madera y cuyas esloras pueden ir desde poco menos de cuatro metros hasta más de ocho metros”.

Los patines amarrados durante la marea alta.

Los patines amarrados durante la marea alta.

El golfo de Morbihan es un golfo o mar interior localizado en la región de la Bretaña, situada en la costa sur atlántica de Francia. Más concretamente, se trata de un recogido entrante al fondo de la bahía de Quiberon que, con una anchura de 20 kilómetros, está salpicado de numerosas islas e islotes.

“FANTÁSTICO ESCENARIO PROMOCIONAL”

El impulsor de esta iniciativa divulgadora del patín en la citada zona ha sido el patinista de origen francés, Jacky Guibert que, ya en la última edición de la Copa Europa celebrada en Cambrils, propuso a los regatistas asistentes tomar parte en esta semana del Golfo de Morbihan por considerarlo “un fantástico escenario para promocionar el patín”.

Como sucede en este tipo de propuestas, sólo una minoría (muy minoritaria) decidió seguir la propuesta de Guibert. De este modo, junto al patrón galo Guibert, se sumaron, Oriol Puig y el constructor de patines, Alfonso Clavero.

El desafío no era nimio. Desde Barcelona hasta el Golfo de Morbihan hay 1.200 kilómetros, pero Puig y Clavero salieron decididos a correr la aventura el martes de la semana pasada por la noche (23 de mayo) y tras turnarse toda la noche conduciendo un coche con un remolque que portaba sus respectivos patines, llegaron a Morbihan hacia el mediodía del día siguiente (miércoles).

“Tras dormir unas pocas horas, montamos nuestros patines en medio de una relevante curiosidad de los allí presentes. Mucha gente había oído hablar del patín a vela, ese extraño artefacto playero catalán que navega sin timón”, explica Oriol Puig. “Se generaron corrillos alrededor nuestro y la gente mostró mucha curiosidad, nos preguntaron cómo se gobernaba, si era difícil aprender, dónde podían comprar uno, cuánto costaba”. Puig refiere que, tras contestar a todas las preguntas que les formularon, “salimos a navegar y una persona interesada, precisamente un constructor de barcos, decidió subirse en el barco y probar ‘en vivo y en directo’ las sensaciones que le producía navegar en patín”. Puig asegura que “el hombre se mostraba entusiasmado cuando regresamos a tierra”.

DIEZ FLOTAS EN REGATA

Al día siguiente, jueves, los 1.200 barcos participantes fueron distribuidos en unas diez flotas. Los patines fueron englobados en la flota 7 en la cual se encuadraron embarcaciones de recreo de hasta siete metros. “Debíamos ser un centenar de barcos, entre los cuales destacaban embarcaciones como los Loup, los Guepard y los Gazelle, barcos monocasco de madera, así como algunos cruceros”, ha comentado Puig.

Los patines de Puig, Clavero y Guibert fueron encuadrados en la flota 7, que contaba con un centenar de embarcaciones, y que, entre otros tipos de barcos, englobaba a Guepards, Loups y Gazelles.

Los patines de Puig, Clavero y Guibert fueron encuadrados en la flota 7, que contaba con un centenar de embarcaciones, y que, entre otros tipos de barcos, englobaba a Guepards, Loups y Gazelles.

Aquel día se realizaron cinco mangas. “Una fue una prueba corta y, posteriormente, realizamos una vuelta a la Ile Aux Moines segmentada en cuatro pruebas”, ha referido Oriol Puig.

El patinista ha comentado que, “a pesar de que nuestra flota era la última en iniciar las mangas, muy a menudo los patines, no sólo ganábamos las mangas de nuestra flota sino que, incluso, superábamos a los participantes de flotas que habían podido haber salido entre 15 y veinte minutos antes. Los regatistas de los otros barcos nos miraban atónitos por la velocidad con la que les avanzábamos. És lógico: navegábamos que les parecía que ’volásemos’. El mar apenas tenía olas y hacía un viento de unos 18 nudos con puntas de veinte nudos”.

NAVEGANDO ENTRE CORRIENTES DE 9 NUDOS

Al día siguiente, viernes, se realizaron dos pruebas en las que, según señala Puig, “tuvimos la sensación de navegar en el canal de aguas bravas de la Seu d’Urgell. La corriente en el Golfo de Morbihan es tan fuerte que el mar se llena de olas que chocan entre sí y te sientes como en medio de un mar que estuviera hirviendo”.

La Bretaña francesa se caracteriza por registrar unas mareas muy pronunciadas.

La Bretaña francesa se caracteriza por registrar unas mareas muy pronunciadas.

Lo que comenta el patinista es fruto de que este golfo sólo se comunica con el océano Atlántico a través de un estrecho canal de un kilómetro de ancho entre las puntas de Port-Navalo y Kerpenhir. Ello propicia unas corrientes de marea muy fuertes que provocan en ciertos pasajes la apariencia de torrentes. De este modo, el mar entra y sale de la quebrada de Port-Navalo a velocidades de hasta casi nueve nudos, lo que la convierte en la segunda corriente más fuerte de Europa.

El sábado, último día de estancia de Oriol Puig y Alfonso Clavero en el Golfo de Morbihan, se realizdó una ‘Gran Parada de Exposición’ de los 1.200 barcos participantes. “Como el primer día, volvimos a generar corrillos de gente alrededor nuestro y de nuestros patines que nos preguntaba muchísimas cosas sobre nuestra embarcación”, ha comentado Puig.

OPCIONES DE IMPLANTACIÓN

Oriol Puig considera que las opciones de implantación de patines a vela en la zona del Golfo de Morbihan, como anunció en el Campeonato de Europa de Cambrils Jacky Guibert, “son factibles”, si bien reconoce que “no será llegar y besar el santo, sino que habrá que trabajarlo bastante”. Puig explica que “en aquella zona existe una gran afición por la vela y que existen infinidad de escuelas de vela, si bien muchas de ellas tiene conciertos con la administración central, la cual fija unas directrices en cuanto a la tipología de embarcaciones con que deben contar”. El tipo de catamarán más implantado es el Hobby Cat (en sus versiones 14 y 16).

Ante esta circunstancia, Oriol Puig ha explicado que “contactamos con los responsables de un club que cuenta con cuatro escuelas de vela en el Golfo y que operan a título independiente y que, por tanto, dispondrían de la libertad de poder incorporar patines a sus flotas de embarcaciones de aprendizaje”.

NUEVO MERCADO DE SEGUNDA MANO

Para Puig son este tipo de entidades con escuelas independientes las que ofrecen mayor viabilidad de implementación del patín en el Golfo de Morbihan “y creo que es con éstas con las que deberíamos negociar y buscar fórmulas de cooperación que les permitieran, en primera instancia, implantar patines para aprender y, a medida, que fueran surgiendo patrones ya formados que quisieran navegar en patín, propiciar que pudieran comprarse patines de propiedad”.

Según ha añadido a continuación Puig, “ello permitiría abrir allí un excelente mercado de segunda mano al cual mandar las embarcaciones de los patinistas de nuestro país, lo cual mejoraría las actuales condiciones del mercado de segunda mano que tenemos aquí y, a su vez, dinamizaría la demanda de patines de primera mano en España”.

“DEBEMOS VOLVER”

Oriol Puig se ha mostrado convencido de que “lo vivido en el Golfo de Morbihan es una experiencia altamente recomendable. Además de disfrutar muchísimo navegando y regateando, el escenario es idílico”.

Según ha concluido Puig, “creo que, tras este paso, deberíamos conseguir que los responsables de aquel club con los que estuvimos hablando vinieran a ver algunas regatas para que vean la vitalidad de nuestra clase y les contagie su espíritu. Es posible que si a ello le sumamos, posteriormente, la celebración de alguna prueba internacional, como la Copa de Europa, en sus aguas, ello propicie el definitivo impulso para que pueda arraigar allí una nueva base de patines. Y creo que Jacky Guibert podría ser el Gran Embajador de la Clase y hacer viable ese objetivo en aquella zona de la Bretaña francesa”.


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