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Patin a Vela

Alfonso Clavero, el artesano del patín a vela

Alfonso_Clavero constructor de patines a vela-2-ok

Alfonso Clavero nació en el municipio cubano Sagua La Grande de la provincia de Villa Clara (antes, Las Villas), cercana a la costa norte de Cuba. A los 25 años, en Sitges, descubrió su profesión-pasión actual y el patín a vela que, según reconoce, le tiene “completamente enamorado”. El primer patín que tuvo, se lo regaló un patinista que lo tenía abandonado en la playa. Clavero lo rehízo casi completamente (“sólo salvé los flotadores y algunas de sus cuadernas”). Llevaba el número 2.186. En sus inicios, había sido un patín de Guillermo Cañardo. La embarcación todavía está en el varadero del Club Náutico Sitges.

(14-6-2017). Alfonso Clavero es, tras 21 años de ejercicio profesional, el reparador de patines a vela, en activo, con mayor experiencia del mundo. De él dicen que tiene unas “manos de oro”. Este artesano del patín asegura que “estoy organizándome para mejorar los plazos de entrega” y se muestra ilusionado con el nuevo reto de construir los patines BarCu.

El año que viene hará 25 años que Alfonso Clavero (Cuba, 1970) aterrizó en Barcelona. Llegaba procedente de la isla caribeña, recién casado con una catalana. Según añade, “vine a ver si nos iba bien y con la posibilidad de encontrar un trabajo”. La Ciudad Condal había sido la sede de los Juegos Olímpicos de 1992, y, a su llegada, aquel año 1993, Clavero se encontró con la llamada crisis post-olímpica que se llevó por delante no pocas empresas.

En Cuba, trabajaba en la cadena de hoteles Oasis Internacional que tenía 13 establecimientos por toda la Isla

A pesar de ello, logró encontrar trabajo en el sector de la construcción. Por supuesto, no era lo mismo que a lo que estaba acostumbrado. Según explica, “en Cuba, trabajaba en la compañía del sector de la hostelería, Oasis Internacional. Viajaba mucho por la isla donde la empresa contaba con siete hoteles en Varadero, cuatro en Cayo Largo, y dos en La Habana. La verdad es que vivía muy bien”.

Tras unos dos años trabajando en la construcción, en el verano de 1995, aprovechando que tenía unos meses libre hasta el inicio de una nueva obra, entró a trabajar como marinero en el Club Náutico Sitges.

DOS HOMBRES CLAVE

En aquel escenario sucederían dos cosas que cambiarían por completo lo que hasta entonces había sido su vida en España: conocería al contramaestre de aquella entidad, Gerardo Carrera, y descubriría el patín a vela, de la mano de Anton Rafecas, socio del club y propietario del reconocido restaurant de aquella localidad, La Nansa.

Gerardo Carrera me introdujo en las reparaciones de barcos y Anton Rafecas me hizo descubrir el patín a vela

Clavero asegura que “Gerardo  Carrera fue mi primer y principal maestro en lo que a reparaciones de patines se refiere y Anton Rafecas, me invitó a salir a navegar en patín con él y tras volver a tierra, accedió a dejarme el patín para salir a navegar solo”. Reconoce que “el patín me cautivó por las sensaciones que me transmitía. Y pienso que, aunque luego he navegado con muchos otros tipos de embarcaciones, tanto de vela ligera, como en crucero, las sensaciones que te aporta navegar en patín son inigualables”.

En relación a Gerardo Carrera asume que “tuvo mucha paciencia conmigo. Me enseñaba a reparar los barcos de la escuela de vela del club, sobre todo los patines, y un día le pregunté si me dejaba hacerlo a mi solo y accedió”.

PRIMER TALLER EN EL GARAGE DE SU CASA

En 1996, un año después de haber empezado a trabajar como marinero del Club Náutico Sitges, Clavero monta su primer taller de reparación de embarcaciones en el garaje de su casa y compagina sus tareas de marinero en la entidad con los arreglos de los barcos de la Escuela de Vela del Club Náutico Sitges.

En el año 2001, tras obtener las titulaciones pertinentes, abandona el cuerpo de marinería del citado club y pasa a trabajar como monitor de la Escuela de Vela de dicha entidad.

Tras seis compaginando tareas de monitor de vela y reparador de barcos decidí dedicarme exclusivamente a la reparación de patines a vela

Poco a poco, la pericia que demostraba arreglando embarcaciones trasciende y algunos socios empiezan a pedirle que les arregle el patín cuando éste sufre un percance.

Tras seis años compaginando sus quehaceres como monitor de vela y reparador de patines, en 2007, decide abandonar su trabajo de monitor y pasa a concentrarse profesionalmente en la reparación de barcos. “El trabajo empezó a acumulárseme, porque cada vez tenía más peticiones procedente, ya no sólo de los patinistas del propio Club Náutico Sitges, sino también de patrones de otros clubes”, explica. Atrás quedaban aquellas reparaciones en las que Clavero se conformaba con cobrar solamente el material y las piezas que debía reparar. Asimismo, su experiencia había ido creciendo y su autoconfianza profesional también. Al evocar aquellos tiempos explica que “el primer patín que arreglé cobrando llegué a pintarlo hasta tres veces”.

AUTODIDACTA NATO

Preguntado sobre si sólo fue el contramaestre del Club Náutico Sitges, Gerardo Carrera, el único que le ha enseñado a reparar barcos, recuerda a Ramón Huertas, quien, durante muchos años, fue el único constructor de patines que tuvo la clase. Afirma que “Huertas me enseñó poco y eso que criticar, me criticaba mucho. Confieso que, a pesar de ello, era tanta mi voracidad por aprender que de aquel montón de críticas de Huertas aprendí bastante. Bueno, de aquellas críticas, y de mirar de refilón, cuando visitaba la nave de Holland, cómo trabajaban sus carpinteros. Siempre he tenido una memoria fotográfica para los procesos. Cuando los observo, soy capaz de retener todas las etapas en mi memoria y, por aquel entonces, cuando luego volvía al taller, ponía en práctica lo observado y a base de mucho ensayo-error, ensayo-error… fui aprendiendo a mejorar mi técnica en los diferentes tipos de reparación”.

Siempre me ha gustado escuchar y aprender de aquellos que saben

Con todo, Alfonso Clavero se considera un “autodidacta nato”. Y añade que “desde que empecé a trabajar en esto de reparar patines, apliqué ese principio del ensayo-error hasta conseguir el ensayo-acierto, y, sobre todo, siempre me ha gustado escuchar y aprender de aquellos que saben y en esa lista de maestros de los que he ido adquiriendo conocimientos figuran representantes de resinas, de componentes, suministradores de madera. Siempre intento aprender algo de todo el mundo porque, en cierto modo, cada vez que aprendo algo nuevo me doy cuenta de lo mucho que me queda todavía por aprender”.

Pero, además de “autodidacta tenaz”, Clavero también se reconoce un “perfeccionista casi enfermizo”.

Anualmente arregla cerca de medio centenar de embarcaciones al año. “Las reparaciones más frecuentes son el cambio de bancadas, la implementación de un nuevo puente de proa, y, por supuesto, arreglar agujeros”, comenta Clavero. A esos trabajos deben añadirse las renovaciones de cubiertas y el pintado de flotadores.

“MANOS DE ORO”

Cuando se le comenta que muchos patrones ensalzan sus ‘manos de oro’, él se sonríe y responde casi a bote-pronto; “no me lo creo”. A continuación, comenta que “mi principio siempre ha sido hacer las cosas para los demás mejor que si las hiciera para mí mismo. Trabajar así me estimula a intentar hacerlo cada vez mejor”.

Posteriormente, tras reiterar que “me queda mucho por aprender”, confiesa que “me encantaría encontrar a un fuera de serie de mi oficio que me enseñara lo que no sé. Con una persona así, todavía aprendería más.

UN ARTESANO “LASTRADO”

Todos, o casi todos, los patrones que han acudido a Alfonso Clavero para que les reparase su embarcación saben, aunque a veces ni eso, cuándo entra su patín en el taller pero nunca cuándo volverán a poder navegar con él”. Y es que una cosa son los plazos de entrega que promete y otra, normalmente muy distinta, el plazo de entrega real. ‘El Cubano tiene su propio reloj y su propio calendario’, afirmamos muchos.

Mi problema es que no se decir que no

Y el reparador de patines lo reconoce: “lo de la puntualidad no es precisamente mi principal virtud. Ahí es donde recibo más criticas. Mi lastre es el tiempo pero no me gusta hacer las cosas mal. Cuando reparo una embarcación, me la miro y me la remiro para intentar dejarla perfecta”.

Tras lo justificado, añade un segundo argumento de su impuntualidad: “y otro lastre que arrastro es que no sé decir que no”. A continuación explica que “probablemente, eso se deba a los últimos tiempos en los que la crisis propició muchas angustias. Y confieso que temo no tener suficiente trabajo, lo cual me empuja a no saber decir que no, incluso cuando ya tengo mucho trabajo”.

Clavero reconoce que “este planteamiento tampoco es bueno porque no quedas bien, pero, evidentemente, no me tomo ‘a la bartola’ las críticas, sino que las sufro y me estreso”.

PROPÓSITO DE ENMIENDA

Para superar esos malos trances, Clavero asegura que recurre a lo que aprendió en su etapa de waterpolista infantil y juvenil en su lejana Cuba. “Allí estuve en un centro de alto rendimiento en el que me formaron como waterpolista de las selecciones del país. En aquel centro de alto rendimiento aprendí a gestionar la presión de la competición, de los retos y de los resultados. Aprendí que ante las dificultades, debes apretar los dientes y salir a por todas. Y en esto de los plazos de entrega, voy a salir adelante. Seguro”.

Pronto la flota patinista verá como mejoro en la puntualidad de entregas

Y tras unas décimas de segundo de silencio, anuncia: “Estoy empezando a organizarme para que, muy pronto, la flota patinista pueda ver que las cosas han cambiado y que, incluso, entrego antes de la fecha convenida”.

NACIMIENTO DE LOS PATINES BARCU

Hace cerca de un año Alfonso Clavero llegó a un acuerdo con los responsables de la empresa constructora de embarcaciones Barboletto. Según el convenió suscrito, Clavero es el responsable de construir los patines de nueva denominación BarCu (unión de la primera sílaba de las palabras Barboletto y Cubano). Barboletto se ocupa de facilitarle los flotadores, mientras que Clavero se ocupa de ensamblarles las bancadas, el banco de proa, y el resto de elementos que configuran la embarcación de nuestra clase.

Ya he entregado ocho patines BarCu

El flamante constructor asegura que la evolución de esta alianza empresarial estratégica “ha superado las expectativas”. Clavero añade que “no pensé que fuéramos a tener una evolución tan rápida”. Por el momento ya ha entregado ocho patines y afirma que “estamos en conversaciones con clientes que se han mostrado interesados en comprar patines BarCu durante este año”.

Preguntado sobre que tienen de mejor los patines BarCu sobre los Barboletto iniciales, Clavero asegura que “el modelo inicial partía de una evolución fruto de una serie de nuevos materiales que se fueron desarrollando. Una vez conseguido el diseño de unos flotadores que, en mi opinión, son los que ofrecen las mejores líneas de agua, de estanqueidad y de indeformabilidad, hemos mejorado el sistema de fijación de las bancadas a la cubierta (mediante la implementación de una cubierta corrida en vez de la tradicional que es fragmentada), que permite un mantenimiento más eficaz y, al mismo tiempo, distribuye mejor las diversas fuerzas de sujeción de las bancadas a la cubierta”.

OPTIMIZACIÓN DE LA ESTANQUEIDAD

Preguntado sobre el ‘pseudo-hundimiento’ del patín de la marca Barboletto del campeón andaluz, Ramón Calero hace algo más de un año, Alfonso Clavero ha reconocido que “la divulgación indiscriminada de aquel incidente nos molestó porque, desde ciertos círculos, se aprovechó para desprestigiar a la marca Barboletto. Tras ello, ha apuntado que “muy probablemente, si se hubiera hecho con otro barco lo mismo que se hizo con el patín de Calero, es muy probable que hubiera sucedido lo mismo”.

Alfonso Clavero llegó hace un año a un acuerdo con la empresa Barboletto por el cual él es ahora el principal responsablke de la fabricación de los patines a vela Bar-Cu.

Al igual que el que fuera fundador y propietario de los astilleros Holland de fabricación de patines a vela, Ramón Huertas,  Alfonso Clavero también navega en este tipo de embarcación, de la cual es patrón de primera categoría. Ello le aporta una sensibilidad especial a la hora de arreglar y fabricar patines porque él mismo vive en su propia piel el comportamiento y las peculiaridades de este tipo de barco. Ello le permite entender el ‘idioma’ de los patinistas cuando éstos le requieren para que repare u optimice sus embarcaciones.

A continuación, el reparador y constructor de patines recuerda que “el patín de Calero sufrió un agujero en la proa en alta mar y luego fue remolcado durante cerca de una hora y media hasta puerto. Aquel remolque propició una entrada de agua en el flotador a gran velocidad que provocó que las cuadernas que permitían mantener zonas estancas dentro del flotador acabasen desprendiéndose y que el agua llenase la totalidad del flotador”.

Posteriormente, Clavero, ha destacado que “de todos modos, tomamos buena nota de aquel percance y, a instancias de una nueva reglamentación dictada por la Adipav a raíz de aquel incidente, en la actualidad, en vez de que nuestros flotadores cuenten con dos cuadernas, cuentan con cinco y éstas van fijadas desde la quilla hasta la cubierta y laminadas al casco, con lo cual el ‘efecto barrido de cuadernas’ provocado por el agua al entrar en el flotador queda prácticamente descartado porque esas cuadernas fijas permiten conservar estancas el resto de zonas del flotador que no han sufrido daño”.

LAS VIRTUDES DE LOS PATINES BARCU

Preguntado sobre las restantes virtudes de los patines BarCu, un Clavero más relajado ha asegurado que “como ya he apuntado anteriormente, los cascos de nuestros barcos poseen una línea de aguas que evita la generación de las turbulencias añadidas que no evitan otro tipo de cascos. Esa peculiaridad propicia que el barco adquiera mayor velocidad. Asimismo, hemos introducido la característica de que todas las bancadas poseen la misma rigidez, lo cual homogeniza las torsiones transversales de la embarcación y optimiza su gobernabilidad mejorando, consecuentemente su potencial de navegabilidad”.

Clavero se refiere finalmente, a las válvulas que incorporan los flotadores destacando que “éstas están situadas en unos puntos que mantienen la estanqueidad de los cascos aún en caso de vuelque, tanto lateral como ‘en chocolatera’ y, a su vez, permiten que los cascos puedan refrigerarse cuando hace mucho calor y, gracias a ello, se evitan posibles deformaciones derivadas de la contención de aire caliente en su interior”.

PRÓXIMA SUPREMACÍA DE LOS PATINES HÍBRIDOS

Alfonso Clavero no cree que los patines de madera acaben desapareciendo a favor de los patines híbridos. En ese sentido, sostiene que “aunque los de madera no desaparezcan, paulatinamente cada vez habrá más patines híbridos”. El reparador y constructor lo justifica en base a que “los modelos híbridos se rompen menos y soportan mejor las colisiones leves. A menudo, descubro en patines de madera pequeñas grietas apenas perceptibles por el ojo humano que se han convertido en vías de agua”.

Los híbridos todavía tienen mucho recorrido por delante en cuanto a su desarrollo y, especialmente, en cuanto a la composición de sus materiales

Clavero añade que “estoy seguro de que los híbridos todavía evolucionarán mucho más y, por tanto, todavía tienen recorrido en cuanto a su desarrollo, especialmente, en lo que a materiales se refiere y muy especialmente, en relación a la óptima combinación de los dos tipos de material con que están construidos, es decir, la madera y el composite”.

ESTARÁ EN CHIPIONA

Alfonso Clavero tiene previsto acudir al próximo Campeonato de España que este año se celebrará en Chipiona. “Tengo muchas ganas de ir porque hace mucho que no navego. Además, me atraen mucho las condiciones de mar y viento que en aquellas latitudes imperan”.

Tras ello, concluye, que “por supuesto además de ir como regatista, también acudiré como responsable de los patines Bar-Cu y con todo mi material como servicio técnico para aquellos participantes que puedan requerir de mis servicios”.

 

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Hay 1 comentario

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  1. Àlex

    Confirmo! Puntuaidad … tú sabes … 😀

    A cambio, trabajo excelente y trato muy cordial … y a buen precio!

    Yo también he pintado este invierno los flotadores por primera vez, … también lo he tenido que hacer unas 3 veces!

    Un saludo!


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