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Patin a Vela

Joan Comajuncosa, el ‘alma mater’ de la ‘resurrección’ del monumento al patín a vela

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PATRÓN DEL 'GEMINIS'. Joan Comajuncosa empezó a navegar en patín a vela en 1963 y a lo largo de su carrera como patinista llegó a cosechar importantes triunfos, como un Campeonato de Cataluña de primera categoría durante los años 70; un subcampeonato de España y tres terceros puestos en dicha competición. En su despacho cuenta con un sinfin de trofeos, algunos de los cuales muy prestigiosos.

(24-9-2019). Joan Comajuncosa es uno de los ‘vacas sagradas’ del patín a vela. Lleva vinculado con la clase desde 1963 (¡56 años!). Además de regatista campeón, fue presidente de la Adipav 11 años. hoy es presidente de honor de la asociación y miembro de su junta directiva actual. Ha sido el ‘alma mater’ de la ‘resurrección’ del monumento al patín a vela.

Joan Comajuncosa (Barcelona, 1934) es un hombre tranquilo, de hablar pausado, que rehuye protagonismos; un hombre conciliador, un devoto del patín y del club de toda su vida (el Club Natación Barcelona); un hombre amigo de sus amigos, un regatista que siempre jugó limpio, un constructor cotidiano de futuro, un tenaz a prueba de desaires y de adversidades. Se inició en el patín a vela en 1963 de la mano de sus amigos de esquiadas y de club, los reconocidos ‘vacas sagradas’ Albert Lluch, Joan Piera y Enric de Juan. Su primer patín (de segunda mano) lo compró en 1963 y al comprarse el segundo (de primera mano) en 1965 coincidió en el astillero del constructor Ramon Soler, con Guido Depoorter con quien luego coincidirían en un sinfín de regatas.

Comajuncosa ha sido el principal y persistente impulsor de la ‘resurrección’ del monumento al patín a vela plasmada con su reinauguración el pasado 20 de septiembre en la rotonda del final del Paseo Joan de Borbón de Barcelona. Este navegante ya fue uno de los 66 patinistas que en el año 1972 hizo posible, con su aportación económica, que el monumento, obra del escultor Joaquim Ros i Sabaté, se erigiera en su emplazamiento inicial que fue la escollera de Levante (el antiguo rompeolas) de la Ciudad Condal.

UN LARGO CAMINO. Joan Comajuncosa ha reconocido que durante los actos de reinauguración del monumento al patín a vela del pasado 20 de septiembre, “fui consciente de lo mucho que había costado llegar hasta allí y recordé que, en algunos momentos durante el largo proceso, llegué a temer que el proyecto resultara inviable”. En la foto, Joan Comajuncosa, en el centro con camisa de manga larga azul, flanqueado por (de izquierda a derecha), el presidente de la Federación Catalana de Vela, Xavier Torres; el presidente del Club Natación Barcelona, Bernat Antràs; la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa; el Secretario General para el Deporte de la Generalitat de Catalunya, Gerard Figueres; la presidenta de la Adipav, Anna Pujol; y el presidente de la Ufec, Gerad Esteva.

¿Qué sintió el pasado 20 de septiembre cuando vio que, finalmente, el monumento al patín a vela era reinaugurado oficialmente?

Una satisfacción importantísima. El monumento ha quedado mejor de lo que imaginaba y se ha ubicado en un emplazamiento inmejorable. Aquella tarde, durante los actos de inauguración, fui consciente de lo mucho que había costado llegar hasta allí y recordé que, en algunos momentos durante el largo proceso, llegué a temer que el proyecto resultara inviable.

Los que le conocen, le tienen por muy tenaz…

(Sonríe) No soy de obsesionarme, pero sí, reconozco que soy tenaz, que no soy de tirar la ‘barretina’ al fuego. Pero el mérito de esta reinauguracion del monumento no ha sido solo mío. Han participado más personas, entidades, organismos. Ha sido un gran trabajo de equipo y si ha habido momentos difíciles, también ha habido otros en los que las cosas han venido de cara.

Pero hasta llegar a ese 20 de septiembre glorioso, antes tuvo usted que hacer de ‘detective’ tras descubrir que en el año 1998 el monumento había desaparecido de su emplazamiento original, a raíz de las obras de ampliación del puerto de Barcelona. ¿Le llevo mucho descubrir su paradero?

Efectivamente, el monumento desapareció casi de un día para el otro en el año 1998 sin que nadie avisara ni al Club Natación Barcelona, ni a la Adipav, y estuvo desaparecido prácticamente unos 6 o 7 años sin que nadie supiera de su paradero. 

En el año 2006 empecé a buscarlo a raíz de llegarme noticias de que ‘una cosa parecida al monumento’ podía estar en un solar situado ante los edificios del almacén del archivo administrativo del puerto (edificio Asta) de la Zona Franca. Efectivamente, allí estaba el monumento aunque desmontado y sin la base piramidal de hormigón que lo había sustentado. Tanto las olas como el patín estaban muy estropeados. A pesar del mal estado, como mínimo, lo había localizado.

Los patinistas que financiamos la construcción del monumento en los 70’s nos sentíamos más navegantes de patín a vela que regatistas

Desde aquel 2006 en que encontró el monumento hasta su reinauguracion este 2019 ‘solo’ han pasado 13 años. No es que las cosas hayan ido rápidas, precisamente….

(Sonríe). No, no lo han ido. Ha sido un proceso laborioso. Conseguir presupuestos para restaurarlo, ver quién y cómo se sufragaba, conseguir el permiso para sacarlo de donde estaba, obtener el compromiso de un taller para que hiciera la restauración, buscar unas nuevas ubicaciones del monumento, negociarlas con las autoridades, buscar financiación para sufragar la restauración y la reimplantación… Sin duda, ha requerido tiempo pero una vez que hemos llegado a buen puerto satisface mirar atrás y ver la senda andada y que ha valido la pena.

Y esa”fiebre’ por la recuperación del monumento ¿de donde le surgió?

Yo viví la historia del monumento desde su inicio, a principios de los años 70. Conocía al escultor, vi cómo lo construyó, participe en la colecta para sufragarlo. Sí, siempre me he sentido muy ‘mío’ este monumento. Para mi era un orgullo decir que el patín tenía un monumento mientras que ningún otro barco de vela ligera lo tenía. Además, todos los que colaboramos en la financiación de su construcción encarnábamos una manera muy especial de sentir el patín. Todos nos sentíamos más navegantes que regatistas y cuando surgió la idea del monumento en los años 1966-1967, el motivo que nos indujo a ello era expresar nuestro agradecimiento y felicidad hacia un barco que nos hacía disfrutar y nos deparaba momentos fantásticos.

Tal vez por ese sentirse tan suyo el monumento su nombre aparece en la placa de los mecenas del año 72 y también en la de principales patrocinadores de la restauración y reimplantación de este 2019. ¿Se sentía en deuda con el patín?

Bueno no soy el único que figura en dos placas. Otros patinistas de la placa del 72 me han dicho que también aportarán dinero ahora y saldrán en una segunda placa. De todos modos, quiero subrayar que no me siento en deuda con el patín ni que el patín esté en deuda conmigo. El patín es un amigo que nunca me ha defraudado. Y es más: el patín siempre me ha sacado de los momentos difíciles.

El patín me ha reforzado valores como la tenacidad y que nunca debes dar nada por perdido

Usted ha navegado en patín desde el año 1963 y estuvo navegando en regatas hasta el 2010. Son casi 40 años. Durante todo este tiempo, ¿qué lecciones vitales diría que le ha enseñado el patín?

El sentido de la amistad entre todos los navegantes de patín. Y también a mantener una lucha (amistosa) con los elementos. Me ha reforzado valores como la tenacidad y que nunca debes dar nada por perdido, que tenemos una capacidad infinita de lucha. Navegar en patín te ayuda a ignorar los problemas porque éstos se quedan en tierra y cuando regresas, aquellos problemas no son tan graves, porque vuelves regenerado, sintiéndote un hombre nuevo.

CAMARADERÍA MÁS TRANSVERSAL. Pese al paso de los años, Joan Comajuncosa afirma que “continua habiendo muy buen ambiente entre los componentes de la clase” y que “la camaradería quizás hoy es más transversal que en los años setenta”.

 

Desde la primera inauguración en 1972 hasta la segunda inauguración de este 2019 han pasado 47 años. ¿Ve diferencias en el comportamiento de los patinistas?

Creo que sigue imperando un gran compañerismo, una muy buena atmósfera. Quizás hoy esa camaradería es más transversal que en los años 70. Por aquel entonces primeras y segundas regateaban separados (con salidas distintas, incluso en triángulos separados) y aquello tenía efectos en las relaciones entre los patrones de primera y los de segunda.

Lo recuerdo. Recuerdo que había primeras que se negaban a compartir mesa con los de segunda.

Es cierto pero a ello cooperaban los primeras novatos. Se crecían con lo ser de primera y les gustaba ‘lucir galones’ y marcar diferencias con los que seguían en segunda.

Usted ha sido uno de los dos únicos presidentes de la Asdipav que estuvo en el cargo más de diez años (de 1989 hasta el 2000). ¿Cuál diría que fue su principal legado a la clase como presidente?

Mantener un buen ambiente y de amistad entre todos los regatistas sin hacer divisiones por clubes, categorías ni niveles. También que la Federación Española de Vela nos reconociera como clase nacional tras una variación del reglamento en la que para poder hacer campeonatos de España se debía contar con un mínimo de 4 federaciones territoriales. Las negociaciones nos permitieron que la Federación Española hiciera una consideración especial con nosotros y aceptara a la clase patín a vela “por justificaciones históricas y por ser la única auténticamente española con actividad”. Eso se logró siendo presidente de la Federación Española de Vela Arturo Delgado de Almeyda.

Anna Pujol es la doceava presidenta de la Adipav y la primera mujer que ha ostentado el cargo. ¿Ese es un mérito de Pujol o de la clase?

Es un mérito de Anna Pujol, sin duda. La clase tiene derecho a escoger a la persona que cree más adecuada como presidente, sea cual sea su género. En la Adipav no se consienten las diferencias de género ni de ningún otro tipo.

En el año 1920 el patín empezó a navegar propulsado a vela. El año que viene alcanzará los 100 años desde que la embarcación se convirtió en patín a vela. ¿Tiene fecha de caducidad nuestra clase?

Estoy convencido de que la clase perdurará mientras sus integrantes sean abiertos y comunicativos.


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