(20-9-2017). Jordi Sanahuja es un arquitecto afincado en Austria desde hace tres años y que navega por sus lagos con un ‘patín de museo’ cuyo número es el 471 y que él mismo restauró. Asegura que “Austria y Croacia son dos países en los que el patín tendría una gran acogida”.
Jordi Sanahuja (Tarragona, 1977) empezó a navegar de adolescente a raíz de unos cursos de windsurf que realizó en Platja Llarga (Tarragona). No sería, sin embargo, hasta que contaba con 30 años, cuando, según reconoce, “me reenganché a la vela en el Club Náutico de Vilanova, mediante unos cursos de vela ligera y, posteriormente, con la fundación del Club de Mar Vilanova, empecé a navegar en Hobie Cat.
Sanahuja reconoce, sin embargo, que su conexión con el patín a vela data de su infancia. Según explica, “el patín me resultaba una embarcación familiar porque, al ser de Tarragona, los patines formaban parte del horizonte de mis vacaciones veraniegas playeras ya de niño”.
Su primer contacto real con el patín a vela fue en el año 2011. “Por aquel entonces construíamos el nuevo Club de Mar Vilanova y los patines ‘ganaban’ en cifra de embarcaciones a los Hobies. Fue entonces cuando, junto con otros compañeros, decidimos dar el salto y pasarnos al patín”.
He sido bastante autodidacta: me he fijado en cómo navegaban otros patinistas, en vídeos de Youtube y en el gran libro de Depoorter
¿Quién te animó y enseñó a navegar en patín a vela?
Recuerdo que el primer día que salimos en patín, tras cinco minutos de clase teórica, me acompañaba Andreu Amaya, con quien compartíamos el ‘Guillat’ y con el cual habíamos hecho juntos el ‘salto’ del Hobie Cat al patín. Con la ayuda de Andreu Amaya, y de David Arenas con su patín, en un día ya nos quedaron bastante claras las maniobras básicas. A partir de aquel día, he sido bastante autodidacta, he observado cómo lo hacían los compañeros, he tirado de vídeos de Youtube, así como del gran libro escrito en los setenta por Guido Depoorter. Asimismo, más recientemente, he compartido vacaciones en Croacia con Gerard Delmás, que fue el primer presidente del Club de Mar Vilanova y ha sido un destacado campeón de la clase patín a vela, y puedo darle las gracias por otro curso ‘avanzado’ de navegación en patín a vela.
¿Qué fue lo que más te atrajo de esta embarcación?
Fue una especie de ‘enamoramiento inmediato’. Siempre me han gustado los deportes de deslizamiento y lo que más me sorprendió, justo al empezar, fue la sencillez con la que los movimientos del cuerpo sobre la cubierta se transmitían al rumbo de la embarcación. Reconozco que, al principio, no podía creerme, como con una eslora de 5,6 metros, la interacción resultara tan inmediata.
Actualmente vives en Austria. ¿Qué te llevó hasta allí?
Llegamos con toda la familia a principios de 2014. Nos marchamos de Vilanova e 2013 para ir, en primera instancia a Copenhague por motivos profesionales (soy arquitecto). La decisión de instalarnos finalmente en Austria se derivó del hecho de que mi esposa es austríaca y, por tanto, la mitad de la familia vive aquí, así como del hecho de que los dos tenemos trabajo en este país.
Mi patín 471 se lo compré a un señor de Lyon que lo tenía en un garaje de la Bretaña francesa y actualmente, tras restaurarlo personalmente, lo tengo en Austria
Por lo que parece, tu estancia en Austria no va a ser breve…
Actualmente, tanto a nivel familiar como profesional, estamos totalmente establecidos aquí y no contemplamos marcharnos a corto plazo.
He visto unas fotos en las que se te ve navegando en un lago de Austria con un patín que lleva el número 471. ¿De dónde ‘sacaste’ este patín a vela ‘de museo’?
Efectivamente, el patín número 471 es mi patín. Lo compré hace dos años, en 2015. Fue una decisión arriesgada ya que se lo compré por internet a un señor francés, de Lyon, que colgó que lo vendía en internet. La embarcación estaba en buen estado y lo ofrecía a un precio razonable, aunque es verdad que sólo tuve como elementos para tomar la decisión las fotos del patín que aquel señor de Lyon había colgado en aquella plataforma digital de venta. No obstante, me dijo que la embarcación había estado guardada durante mucho tiempo en un garaje. Para culminar la operación de compra, aquel señor llevó el patín hasta Munich (Alemania) y mi esposa, que estaba allí por motivos profesionales, lo trajo hasta Graz (Austria). Reconozco que toda aquella peripecia pareció muy rocambolesca al principio: un patín catalán en la Base de Carnac –en la Bretaña francesa-, con un patrón de Lyon; mi mujer yéndolo a buscar a Alemania y trayéndolo a Austria… Y un patín construido, como mínimo en 1970, en el cual yo me interesaba 45 años después de salir del astillero. Pero, en definitiva, decidí aprovechar la oportunidad con la intención de repararlo y ponerlo a punto para navegar de nuevo.
Y, según las fotos que he visto, parece que tu ‘patín de museo’, número 471 ha vuelto a surcar el agua…
Así és. Una vez tuve el barco en Graz (Austria), descubrí que sería necesario más trabajo que restaurarle la cubierta. No en vano, a raíz del tiempo que había estado guardado y los cambios de temperatura que había sufrido, dos de las bancadas se habían desprendido de los flotadores. Luego, tuve que cambiar los tornillos de latón que llevaba originalmente por otros de acero inoxidable. Asimismo, gracias a los consejos –vía whatsapp- del especialista en restauración de embarcaciones, Xavier Caubet, de la empresa Arquímedes, y muchas, muchas horas de trabajo, actualmente, tanto las bancadas como el resto de la cubierta han sido completamente restauradas. El gran reto ha sido estabilizar la madera con resinas sin modificar la apariencia orginal de la embarcación, rehuyendo la solución del pintado final para ocultar las imperfecciones.
Navegar con el 471 supone llevar al extremo el concepto de navegar sin todos esos elementos superfluos de la navegación convencional
Igual, tras esta paciente labor, los constructores de patines a vela, Rafel Figuerola o Alfonso Clavero, te ‘fichan’…
(se ríe). No creo. La verdad es que con un mástil de madera sin cruceta, sin piano, sin flexo, con una vela original, sin cola de pato, navegar con el 471 supone llevar al extremo el concepto tan patinista de navegar sin todos esos elementos superfluos de la navegación convencional.
¿Hasta dónde o por dónde has navegado con tu patín 471?
En los dos años que llevo navegando con él, lo he hecho en Ístria y la isla de Brac (Croacia). En Austria he navegado por el Wörthersee, que es el lago más grande del bundesland de Carinta; el Attersee, otro lago de la zona alta de Austria; así como por la zona del lago Waldschachersee.
Nunca antes un patín a vela había navegado en el Adriático o en los lagos alpinos de Austria
Recientemente, has ofrecido a la Adipav tu colaboración para divulgar el patín a vela en Austria y Croacia. ¿Qué te ha empujado a hacer este ofrecimiento?
En primer lugar, la constatación de que estamos abriendo camino. Nunca antes se había navegado con un patín a vela en el Adriático o en los lagos alpinos de Austria. Por tanto, este ofrecimiento surge de un sentimiento de responsabilidad hacia el resto de la comunidad patinista.
En segundo lugar, el convencimiento del potencial que ambos países tienen para la navegación con patín. Y, finalmente, el hecho de disponer de la capacidad de organización de posibles eventos, regatas, etc, vinculados al mundo del patín catalán.
¿Realmente ves viable la introducción del patín en esos países?
Creo que es viable por varias razones. Ambos países comparten la afición por la vela y, sobre todo en Austria, existe un gran número de practicantes. En cuanto a Croacia, este país es la destinación antural, a unas 3,5 horas en cotxe de Graz (Austria).
Austria dispone de un buen potencial de interés por el patín a vela
Por otro lado, Austria cuenta con una tradición muy larga de construcción y navegación con embarcaciones a vela de madera en los lagos alpinos y, por tanto, dispone de un buen potencial de interés por el patín a vela; un interés que yo mismo he experimentado cada vez que salgo a navegar con mi embarcación.
No hablas de los clubes…
A eso iba. La estructura de los clubes de vela en las riberas de los lagos alpinos está totalmente consolidada y allí son habituales las regatas dedicadas exclusivamente a veleros de madera. Y no debe olvidarse que el entono alpino es espectacular.
Croacia es la destinación principal de todos los aficionados a la vela centroeuropea
No citas pocos alicientes…
Pues a todo lo expuesto deben añadirse las condiciones físicas de las aguas de ambos países. Éstas son ideales para el patín a vela. Sin olas y con viento generoso, sobre todo en Croacia.
Y, para concluir, debo recordar que Croacia es la destinación principal de todos los aficionados a la vela centroeuropeoa. Con más de 4.000 kilómetros lineales de costa y unas 1.200 islas, poco más puede añadirse ya sobre la idoneidad de la navegación en patín a vela de esta costa del Adriático.
¿Qué crees que podría ayudarte a desarrollar este trabajo de divulgación del patín a vela en Austria y Croacia?
Ahora que ya tengo mi patín completamente arreglado, estoy empezando a planear el camino para la divulgación. Aunque sé que conllevará mucho trabajo veo un gran potencial para el patín catalán en esta parte de Europa. Es evidente que la presencia física de los patines y la posibilidad de navegar con ellos sería un factor clave para su promoción.
La celebración de una regata oficial podría ayudar a la promoción
Asimismo, la posible celebración de una regata oficial podría ayudar en la promoción. De odos modos, previamente, habría que trabajar intensamente los canales de divulgación mediática del evento para que éste tuviera la máxima repercusión posible.
Has pedido a la Adipav los planos del patín a vela junior. ¿Te has propuesto fabricarlos en Austria o Croacia?
Cuando empecé a reparar y a navegar con mi patín 471, paralelamente iba leyendo el libro de Guido Depoorter para conocer más en detalle la embarcación. Como arquitecto y aficionado a la ingeniería naval que soy, me sorprendió la riqueza analítica del libro en cuanto a todo lo que se refería a las propiedades dinámicas y mecánicas de la embarcación, así como a la relación directa de dichas cualidades sobre su gobierno.
El patín es como un ‘destilado’ de la vela en estado puro
¡Caramba! Si que le has ‘sacado jugo’ al libro de Depoorter…
(Sonríe). Pues hay más. En el libro descubrí que la geometría de los flotadores, las secciones, en definitiva, cada uno de los elementos del patín tienen una razón de ser, una función vinculada a cada una de las maniobras. Me pareció simplemente genial. Nada es superfluo. El patín es como un ‘destilado’ de la vela en estado puro. Y así fue como me enamoré de las geometrías y del trabajo de los hermanos Mongé, creadores, del prototipo del patín a vela moderno, así como de todos los otros constructores de patines que les han sucedido.
Nos hemos ‘ido’ un poco de la pregunta inicial. Si te parece, volvamos a tu petición a la Adipav de los planos del patín a vela junior…
Para la restauración de mi patín 471 modelé e imprimí en 3D (escala 1:10) la sección de los flotadores al objeto de entender y explicarme mejor las cualidades (ver foto adjunta). El acceso a la documentación del patín a vela sénior está al alcance de todo el mundo. Sin embargo, la del junior no se encuentra en el reglamento y, por ello, pedí los planos a la Adipav. La intención de esa petición es poder hacer con el patín junior lo mismo que hice con el sénior para poder hacer mi restauración. Qusiera poner esos modelos e impresiones en 3D del patín junior a disposición de quien pueda estar interesado.
No hay comentarios
Añade el tuyo