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Patin a Vela

Patinista que este 2017 debuta en primera categoría

Nina Esteba: “No está bien ganar a cualquier precio”

Nina_Esteba tercera clasificada en La Copa_Catalana de patines-a-vela 2017

Nina Esteba, patrona del Twins, navega por el Club Nàutic Tamariu. Según explica, estudia primero de Bachillerato Científico y ya parece tener claro que, tras las PAU, no estudiará ninguna carrera precisamente científica. La joven patinista que este 2017 estrena su condición de primera categoría y quedó tercera en la Copa Catalana 2017, baraja la opción de estudiar administración de empresas o económicas. (FOTO: Joan Sanfeliu)

(26-4-2017). Nina Esteba es la hija de Quim Esteba, el campeón de España y de Cataluña 2016 de patines a vela. Sin embargo, Nina cada vez está adquiriendo mayor proyección propia. Patrones expertos de la clase vaticinan que ha nacido una nueva estrella del patín sénior.

Nina Esteba (Barcelona, 2000) asegura que le gusta leer “novelas verosímiles, con moraleja y que te hagan reflexionar sobre aspectos que van más allá de la propia historia que narran”. Tal vez sea por esa predisposición mental al ‘cocido lento’, que esta joven y todavía flamante patinista de primera categoría de 17 años, aunque subió a numerosos podios durante su etapa de patinista junior, por aquel entonces no logró subir al escalón más alto en ningún Campeonato de Cataluña ni de España.

A pesar de ello, y como demostrando que lo bueno se hace esperar, Nina Esteba dio la campanada todavía no hace un año en aguas de Calafell cuando, con tan solo un par de entrenamientos en patín sénior, se proclamó Campeona de Cataluña de segunda categoría de dicha embarcación. Al recordarlo, comenta que “me presenté allí como quien va a un test, sin esperar nada; simplemente dispuesta a pasármelo bien”. Aquel triunfo le supuso ganarse, de una única tacada, el pase a primera categoría que ha estrenado a principios de este 2017. Y, asimismo, supuso otro hito singular: por primera vez en la historia de la clase, el Campeonato de Cataluña era ganado por un padre y su hija en sus respectivas categorías.

A la que detecto que me presionan, me agobio y pienso que no vale la pena el esfuerzo

Nina Esteba es una joven tranquila que reconoce que rehúye “las presiones de todo tipo y que a la que detecto que me presionan, me agobio y pienso que no vale la pena el esfuerzo”.

Ese particular lema vital de ‘tiempo al tiempo’, parece haberle salido bien. No en vano, aunque la primera regata que hizo en patín junior en su vida no logró acabarla en el tiempo reglamentario, y a pesar de no haber conseguido emular los éxitos de los hermanos Asso (María Angeles y Alvar) “que cuando yo navegaba en junior lo ganaban todo y les admiraba”, su arranque en patín sénior el año pasado resultó realmente notorio y sus inicios como patinista de primera en este 2017 han vuelto a estar marcados por el éxito como lo avala su tercer puesto en la clasificación absoluta de la Copa Catalana celebrada a principios de abril en Altafulla.

“CON CALMA Y SIN PRISAS”

Pero esa curva ascendente se ha debido, según insiste, “a tomármelo todo con calma, sin prisas, porque si vas avanzando paulatina y tenazmente, los resultados acaban llegando”.

Debes ir poco a poco, regata a regata, y no obsesionarte con los ránkings ni los podios

Según añade, “creo que la principal lección del patín que he aprendido hasta ahora como deportista es que los objetivos debe fijárselos uno mismo. Recuerdo que cuando empecé, en casa me decían ‘si ganas, iremos a cenar fuera’. Al principio, aquello me ilusionaba, pero, con el tiempo, me fui dando cuenta de que el premio no era realmente aquella cena fuera de lo habitual, sino lo que había aprendido en aquella regata. Creo que debes ir poco a poco, regata a regata, y no obsesionarte con los ránkings, ni los podios”.

Nina Esteba reconoce que, durante el curso, no tiene tiempo de leer los libros que realmente le gustan. Es en los veranos cuando lee libros “que me hagan reflexionar” y, según añade, “me gusta leer en inglés”. (FOTO: Joan Santfeliu)

LECTORA DE VERSIONES ORIGINALES. Nina Esteba reconoce que, durante el curso, no tiene tiempo de leer los libros que realmente le gustan. Es en los veranos cuando lee libros “que me hagan reflexionar” y, según añade, “me gusta leer en inglés”. (FOTO: Joan Sanfeliu)

Los siete años que lleva vinculada al mundo del patín (empezó a los 10 años navegando en junior) también le han aportado lecciones en el ámbito personal: “el patín me gusta porque me confirma que puedo valerme por mí misma, que puedo ser autosuficiente y eso fortalece mi autoconfianza y estimula mi afán de superación. El patín me ha enseñado, y me enseña, a no volver a repetir errores, a ir avanzando a través de pequeñas metas cortas. Si no dejas de andar, se puede llegar muy lejos y el camino debe ser el de la búsqueda permanente de la mejoría”…

-¡Soy una perfeccionista!

A pesar de que sostenemos la conversación por teléfono, he detectado claramente que Nina Esteba ha formulado esa exclamación como una especie de ‘¡eureka, lo encontré!’ Y tras unas décimas de segundo de silencio tras la línea, como si le hubiera sorprendido su propio hallazgo, ha añadido: “sí, el objetivo debe ser no volver a caer en el error, asumirlo como una lección y no como un fracaso”.

-Igual, eso es influencia paterna…

-Sí, supongo que el perfeccionismo me viene de mi padre. Él es muy detallista, se fija mucho en todo. Y nos lo explica a mi y a mis hermanos. Lo hace con todo, con el patín, con las cosas del día a día; nos cuenta detalles, trucos, ideas para ir mejorando.

-Alguien tan cerebral como tu te muestras, igual tendrás alguna o algunas manías…

-En absoluto. Sé que hay gente que se obsesiona por la caída del palo o por llevar una pinza en el obenque. No, no tengo manías. Ni supersticiones.

Necesito mejorar en la detección de las roladas

-Como navegante, ¿en qué crees que ‘progresas adecuadamente’?

-Mi punto fuerte en el junior eran las ceñidas. Luego, con los vientos abiertos, me pasaban. En cambio ahora, en el sénior, en las ceñidas hay patrones que veo que saben mucho más que yo, pero luego, en los viento abiertos, sobre todo en los rumbos de través, recupero.

-Y ¿en qué crees que ‘necesitas mejorar’?

-En la detección de las roladas. Me cuesta verlas.

-A algunos nos sigue costando detectarlas y eso que ya peinamos canas…

-(Sonríe) Ya sé que no es fácil pero quiero aprender. Por eso, desde siempre, me he fijado mucho en cómo lo hace mi padre. Recuerdo que, de pequeña, mirábamos fotos suyas navegando y él nos explicaba porque llevaba la vela como la llevaba, por qué dejaba que le hiciera una determinada arruga… Me encantaba (y me encanta) escucharle porque siempre acabas aprendiendo algo de lo que explica.

-Todas las hijas admiran a sus padres…

-Es cierto… Como siempre hacía muy buenos resultados, creía que era el mejor. Después, he visto que hay patrones más buenos que él tanto en la clase, como en otro tipo de embarcaciones. Con mi hermano, Jan, miramos las regatas de la Copa América y regatas de otras clases y vemos que fuera del patín hay muchísimo nivel.

Mi primer maestro fue Víctor Depoorter que, además, me enseñó a disfrutar con el junior

-¿Tu padre ha sido tu único maestro?

-Ha sido el que más consejos me ha dado pero mi primer maestro fue Víctor Depoorter. Fue él quien me enseñó a navegar en patín junior en Palamós cuando tenía diez años. De hecho, pienso que Víctor fue muy importante porque, no sólo supo enseñarme a manejarme con el junior, sino que, sobre todo, me hizo disfrutar con él y que quisiera navegar y hacer regatas como mi padre. Igual si Víctor no me hubiera enseñado a disfrutar con el junior como lo hizo, hoy no navegaría.

-El año pasado todavía navegabas en junior. ¿Qué te incitó a pasarte al sénior?

-Me pasé por condiciones físicas. Había crecido mucho y el barco ya no andaba como antes y, encima, venían chicos y chicas más jóvenes y, por tanto, de menor peso, que iban muy bien. Si a eso sumamos que varios patinistas sénior me incitaban a que me pasara de barco, acabé por dar el paso. Y la verdad es que cuando empecé a navegar en sénior me dije ¡esto tira más!.

Me apena que algunos amigos del junior se hayan pasado a otras clases, pero les entiendo

-Tu decidiste pasarte al patín sénior pero otros como tu han optado por pasarse a otras clases…

-Me da pena pero lo entiendo. En el junior el nivel es más de práctica que teórico. Y cuando llegas a los catorce o quince, quieres conocer qué es una regata de verdad. El Láser, por citar el ejemplo del barco al que se han pasado algunos amigos, tiene un ambiente muy competitivo y muchos han decidido probarlo porque creen que el patín sénior será un ‘más-de-lo-mismo’ y quieren probar otras formas de navegar.

-Y tú, que has probado el junior y el sénior, ¿crees que el sénior es más de lo mismo?

-No, para nada. El senior requiere mucho más ‘coco’. En el sénior hay mucho más nivel técnico.

-Pero igual te hubiera gustado probar el láser…

-Debo reconocer que ganas no me faltaron. Pero, sin embargo, me di cuenta de que era complicar mucho la organización familiar. Mi padre y mi hermano Jan en sénior y yo en Láser. Aquello hubiera supuesto renuncias de unos y otros. En cambio, ahora que todos navegamos en patín, vamos todos ‘en pack’ a los mismos sitios y todo resulta más fácil. Pero quiero dejar muy claro que mis padres me han dicho que, si a los 18 años cuando pueda desplazarme con autonomía, quiero cambiar a otra clase, podré hacerlo. De todos modos, estoy contenta con la forma como nos hemos organizado y no me supone ningún sacrificio.

-Y, además, no te está yendo nada mal. Quedaste tercera en la Copa Catalana de principios de abril de este año. ¿Cómo lo valoras?

-Muy positivamente. Quiero decir que estuve a la altura, aunque no fui muy regular (¡hice un doce en una prueba!) y seguro que hay gente que lo es mucho más. Con todo, vi que hice buenas regatas, que estuve atenta… Aunque ya veremos si en el resto de regatas que quedan de este año continuo igual.

En el Campeonato de Cataluña de este año creo que puedo estar en la primera mitad de la flota

-¿Qué metas te has puesto para el Campeonato de Cataluña del próximo fin de semana en Sant Pol?

-La verdad es que no me he hecho muchos planteamientos. No obstante, confío en mi. Creo que puedo estar en la primera mitad de la flota. Y es que al Campeonato de Cataluña vendrán muchos más patrones buenos de muchos sitios que no estuvieron en la Copa Catalana y estoy convencida de que no haré podio.

La regatista Nina Esteba asegura que "el patín es una embarcación muy recomendable para mujeres" y se muestra confiada en que "con el tiempo, la diferencia entre la cifra de hombres patinistas y mujeres patinistas se va ya reduciendo".

MEJOR PATINISTA QUE JUGADORA DE PÁDEL. La regatista Nina Esteba explica que compagina las regatas en patín a vela con los torneos de pádel y que, aunque, por norma general, entrena más en la cancha de pádel que en el mar, “soy mejor patinista que jugadora de pádel”.

-¿Qué se ha hecho de la autoconfianza?

-El podio de la Copa Catalana me dio confianza pero no estoy dispuesta a que me genere presión.

-¿Crees que el patín ha dejado de ser ‘cosa de hombres’?

-Creo que sí. Sobre todo desde que está Anna Pujol. Ella los ha machacado a todos. Y, además, desde hace un tiempo ya, siempre hay mujeres compitiendo en patín y eso me motiva. Por otro lado, nunca he visto el patín como una embarcación para hombres. En el junior no se da esa hegemonía masculina y el número de chicos y chicas está prácticamente igualado. En el sénior los hombres siguen siendo mayoritarios pero quién sabe si, con el tiempo, las diferencias entre la cifra de hombres y mujeres patinistas se reducen.

A los patinistas sénior les pediría que respeten el reglamento de regatas como lo hacen los junior

-Ahora que todavía tienes frescas tus experiencias como patinista junior, pero que ya estás en el sénior, ¿crees que es verdad que los patinistas sénior respetan poco a los patinistas junior en regata?

-No es un hecho generalizado pero sí se dan casos. Hay patrones de sénior que creen que los junior desconocemos el reglamento e intentan engañarnos en determinados momentos en los que las flotas coinciden. Otros creen que por llevar un barco de más envergadura eso les da preferencia o, incluso, algunos piensan que su regata (de mayores) es más importante que la de los junior. De todos modos, insisto en que son escasos los casos en que eso se da pero pediría a los sénior que respeten las reglas igual que hacen los junior.

-Al concluir la Copa Catalana, Anna Pujol me dijo que se sentía muy satisfecha de tu progresión y afianzamiento como patinista de primera. Esa opinión ¿te estimula o te genera ‘presión’?

-(Sonríe)¡Me estimula! Y, por supuesto, no me genera presión alguna. Anna Pujol ya me hablaba del patín sénior cuando yo todavía navegaba en junior. En cierto modo, ella también ha influido en mi decisión de pasarme al sénior, aunque de un modo indirecto. Y es que, como ella, yo también pienso que el sénior también es para mujeres.

-Por tanto, ¿se lo recomendarías a otras mujeres?

-¡Y tanto! Yo me lo paso muy bien con el sénior y el ambiente es fantástico. El patín es muy recomendable para las mujeres.

-Guido Depoorter decía que hay que ser un poco ‘echado p’alante’ para navegar en patín…

-No, no hace falta serlo… Aunque para ganar igual sí, porque para ganar hace falta actitud.

La competitividad sana y limpia mejora el nivel de todos

-A pesar de lo que has dicho sobre la ‘presión’ te detecto muy competitiva…

-Ser competitivo no hace daño. El problema surge cuando se pretende ser competitivo sin serlo y se recurre a las trampas. No está bien ganar a cualquier precio, ni ganar pisando a otros. La competitividad sana y limpia mejora el nivel de todos.

-¿Te sientes líder?

De pequeña tal vez sí. Siempre he tenido las ideas muy claras. Pero reconozco que, así como antes era más de hablar, ahora soy más de escuchar…

Mis padres influyen en mí aportándome equilibrio

-Te muestras muy cabal. ¿Cómo crees que han incidido tus padres en tu forma de ser?

-Mi padre ha propiciado que yo navegue en patín y que aprenda los valores que ello conlleva. Y mi madre me ha ayudado a aprender a relajarme, a desprenderme de presiones innecesarias, a relativizar los malos resultados y a saber ver el vaso medio lleno. Mi padre es el que me explica como hacer las cosas mejor y a querer ser mejor. Y mi madre me ayuda a saberlo hacer de manera natural. Creo que los dos han influido e influyen en mi de una forma equilibrada y que, por tanto, me equilibra.

-¿Qué retos patinistas te planteas para este 2017?

-Ir poco a poco. Aprender. No voy a plantearme objetivos a medio ni a largo plazo. Sólo hacer las regatas bien. Teniendo presente que no importan tanto los resultados como la sensación de mejora y progreso. No me planteo ganar ni hacer podios.

-¿Hasta cuándo piensas navegar en patín?

-Hasta que me canse, aunque navegar con él creo que lo haré siempre. En cuanto a competir, no descarto hacerlo en otras clases porque me gustaría probar cosas nuevas, ver más mundo y otras maneras de hacer y competir. No quiero cerrarme puertas.

-¿Te has planteado enseñar lo que sabes de patín, emular a tu maestro Víctor Depoorter?

-(Sonríe) Hasta ahora no he enseñado a navegar a nadie. Sin embargo, el próximo mes de julio iré a Bélgica como monitora de un campus en el cual impartiré clases de junior.

-¿Y si alguien te pide clases de sénior?

-Estaré encantada de enseñarle también.

-¿Cuándo empezamos?….


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