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RUNNING

Tras la tentativa de correr 24 horas en pista

Kilian Jornet no descarta volver a intentarlo

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El desafío de conseguir correr durante 24 horas en una pista de atletismo se truncó en la vuelta 338, cuando el atleta llevaba 134 kilómetros y 800 metros.

(28-11-2020). “Me hubiera gustado que el resultado fuera otro, pero sigue siendo divertido explorar cosas diferentes y nuevos proyectos”. Son palabras de Kilian Jornet, ya en casa, al día siguiente de su intento de culminar 24 horas corriendo en el tartán de Mandalen (Noruega). Tras agradecer el apoyo de Salomon y Suunto, al club de atletismo de la ciudad, y a su gente por el apoyo recibido, el atleta señala que “puede que nos volvamos a ver pronto”.

Viernes, 27 de noviembre de 2020. Kilian Jornet llevaba 10 horas y 19 minutos corriendo por la gélida pista de atletismo de Mandalen (Noruega). Su ritmo había decrecido en las últimas vueltas. Hasta que a mitad de la vuelta 338 se paró. Lo hizo súbitamente.  Llevaba 134 kilómetros y 800 metros. Kilian Jornet se sintió mareado y se sentó en el suelo. Era el punto y final a su intento de completar 24 horas corriendo en pista, y ‘bautizado’ como proyecto #Phantasm24.

Tras recibir asistencia médica en la pista, los responsables médicos determinaron que había que efectuar más pruebas y lo trasladaron a un hospital de la zona, donde ha estado buena parte del día de hoy. Las primeras especulaciones, sin fundamento, hablaban de un dolor en la rodilla, que ya le ha afectado durante este mismo año.

MUY MAREADO Y EXHAUSTO

Hoy, a su salida del hospital, el atleta ha explicado qué propició que dejara de correr a mitad de la vuelta 338: “de repente, sentí dos pinchazos en el pecho y comencé a sentirme muy mareado y muy exhausto. El médico hizo algunas pruebas y determinó que lo más seguro era ir al hospital para hacer una exploración más profunda”.

Tras una serie de pruebas en el hospital, Kilian Jornet ha declarado, a través de un comunicado de prensa, que ““los médicos no creen que sea algo grave””.

ENORME RETO LOGÍSTICO Y DEPORTIVO

En el comunicado de Kilian Jornet se afirma que la climatología, las lesiones y la pandemia del Covid-19 han hecho del proyecto #Phantasm24 “un enorme reto logístico y deportivo”.

El deportista ha explicado que “sin duda, las temperaturas han sido bajas, especialmente para el equipo de logística, que tuvo que poner sal en la pista y aguantar muchas horas mientras nosotros estábamos en movimiento constante. Habíamos previsto hacer este reto hace cinco o seis semanas, pero las lesiones y el mal tiempo lo retrasaron hasta ayer.

DOS NUEVOS RÉCORDS NORUEGOS

Como todos los eventos deportivos este año, la pandemia del Covid también ha sido protagonista. El evento se realizó a puerta cerrada, sin público y con estrictas medidas sanitarias para todo el equipo. Los corredores que participaron en el reto eran todos noruegos.

En el comunicado de Kilian Jornat se destaca que “su participación merece un especial reconocimiento” y cita a los cinco atletas que participaron: Harald Bjerke, Jo Inge Norum, Simen Holvik, Didrik Hermansosn y Sebastian Conrad Hakansson. Todos ellos aceptaron la invitación del deportista catalán y cada uno realizó su propio reto para superar las 24h.

Tres de ellos consiguieron completar el reto, consiguiendo, además, establecer dos nuevos récords noruegos.

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

Hace 5 semanas, Jornet fue capaz de bajar de los 30 minutos (29:59, concretamente) en los 10.000 metros de asfalto en la carrera Hytteplanmila de Hole, en una localidad cercana a la capital noruega. Hace pocos años, habría sido impensable observar estas dos imágenes. Esto es, ver al corredor de Salomon participar en una competición sobre asfalto y, por otra, correr, en modo hámster, alrededor de una pista de atletismo. Dando vueltas sin parar. En este extraño y atípico 2020 sin competiciones -y eso que Kilian no se ha prodigado en exceso en los últimos años en su vertiente más competitiva, seleccionando mucho las carreras-, Jornet ha salido de su zona de confort. ¿Por qué?

Kilian Jornet es el mejor corredor de montaña de todos los tiempos. Ganador de la Ultra Trail del Montblanc en 3 ocasiones (la primera de ella en 2008, cuando sólo tenía 21 años), atesora infinidad de medallas en los Campeonatos del Mundo de Esquí de Montaña entre 2008 y 2017, subió y bajó del campo base a la cima del Everest en 17 horas, en mayo de 2017. Y todo eso después de haber hollado la cima menos de una semana antes, con dolores estomacales.

POR UN MUNDO MEJOR

Éstos son sólo algunos de los hitos que podemos glosar de un atleta que ha sido prodigio por lo que ha hecho corriendo o con los esquíes. Pero también por ser un ejemplo fuera de la competición y en pro de defender un mundo mejor.

Este mismo 2020 ha puesto en marcha la Fundación Kilian, que trabaja en pro de la preservación de la montaña y su entorno y pone énfasis en la huella que puede dejar el ser humano en el mundo. Kilian ha evitado al máximo los viajes en los últimos tiempos. Vive en Noruega junto a su mujer, la también corredora y esquiadora sueca Emelie Forsberg, y su primera hija. Ambos esperan su segundo retoño para los próximos meses.

Kilian es más familiar que nunca, pero no ha dejado de aventurarse a la montaña, su medio natural. El lugar en el que se siente libre. Capaz de moverse por crestas afiliadas y abruptas, sin margen de error posible, como el que corre encima del asfalto.

“se gana contra uno mismo”

Kilian Jornet siempre se ha caracterizado por hacer aquello en lo que ha creído en cada momento. Sin ir más lejos, abandonó la mítica ultra Cavalls del Vent en 2011 cuando iba líder. Se sentía agobiado y muy presionado.

Volvió un año después, en 2012, para batir el récord de la prueba. Ha llevado su propio cuerpo hasta el extremo. Hasta la extenuación. Ha sido científico y notario de su propia energía y fuerza. Él mismo ha analizado, como si mirara por un microscopio, el funcionamiento de su propio organismo. Buscando sus propias fortalezas, pero también sus debilidades. Para reducirlas al máximo y para tener más conocimiento de sus propios límites como deportista. “Se gana contra uno mismo”, que dice él.

AMBICIÓN 

Tras terminar el 10K de asfalto, el atleta criado en el refugio de Cap del Rec (en la Cerdanya, en el Pirineo catalán, a más de 2.000 metros de altura) manifestó que  “esperaba hacerlo mejor”. Eso fue lo que declaró. Kilian siempre ha sido ambicioso. Pero consigo mismo, con sus propias quimeras y sus propios miedos.

Pero, ¿tras ganar todas las carreras que tenía marcadas en una libreta de joven, al lado de dibujos de montañas que quería subir, qué queda? Esa una pregunta que Jornet se ha hecho infinidad de veces. Ganar una carrera puede culminar un sueño. Porque “si no soñamos, estamos muertos”, que ha glosado siempre Kilian en sus propios documentales “The Summits of My Life”. Pero ganar una carrera soñada, una vez lograda, supone tachar unas simples palabras escritas a mano en aquel viejo manuscrito. Y después… ¿qué?

“SE VIVE DE EMOCIONES NO DE CURRICULUM”

La búsqueda incesante de nuevos desafíos personales, de salir de su zona de confort, de seguir evolucionando y de no conformarse con un palmarés sin igual, llevó a Kilian a correr en asfalto, un extremo que siempre había negado hace unos años. “Se vive de emociones, no de currículum”, que ha dicho en infinidad de ocasiones.

Permeable a la evolución de la vida, el corredor de Salomon ha progresado en nueva dirección, buscando nuevos campos en los que poder experimentar. Lo fue la carrera de asfalto Hytteplanmila de Hole, pero también estas 24 horas en pista en Mandalen. La grandeza de los campeones no se mide por sus triunfos, que en este caso prácticamente son irrepetibles, sino por su respuesta a los malos momentos.

Kilian tuvo que abandonar ayer en Mandalen, pero seguro que, una vez se recupere, ya estará pensando en volver a poner sus capacidades a prueba, nuevamente.  “Dentro de 40 años, no me acordaré de si quedé primero o segundo, me acordaré de las emociones que viví”.

“NI NO TE CUESTA CONSEGUIR ALGO, NO LO DISFRUTAS”

Que lo ocurrido ayer en Mandalen nos haga reflexionar sobre la humanidad de todos los ídolos. Sea cual sea la disciplina en la que sobresalen. Kilian Jornet no dijo en ningún momento que quería batir el récord de 24 en pista del griego Yannis Kouros establecido en 1997 (303’5 kilómetros). Sencillamente, quería testarse en una nueva disciplina, alejado de su medio. Lógicamente, muchos medios de comunicación y seguidores empezaron rápidamente a poner encima de la mesa la posibilidad de que se planteara batir el récord.

Kilian Jornet ha sido, es y será capaz de todo. No obstante, él mismo era consciente de la magnitud del desafío que afrontaba, sin casi poder entrenar específicamente para una prueba así, y por ello no quiso lanzar ninguna campana al vuelo.

Pero las campanas seguirán ahí y quizás volverán a sonar y a repicar con más fuerza. Porque “el que no lo intenta, no lo consigue”, según ha escrito hoy en su cuenta de Instagram el récordman español de la distancia, Iván Penalba.

La grandeza de cualquier quimera empieza a labrarse en el mismo momento en el que se nos pasa por la cabeza. Y en eso Kilian es un ‘extraterrestre’, porque siempre deja que “sea el instinto el que guía sus pasos confiando en que éste te lleve donde quiere ir”. Y eso ya sea en la cresta de una montaña, en la cima más alta del mundo o, simplemente, corriendo alrededor de una pista azul y gélida del sur de Noruega.

Kilian Jornet tiene muy claro el valor del esfuerzo. Por eso sentencia que “si no te cuesta conseguir algo, no lo disfrutas igual”.


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