Año nuevo, nuevos propósitos. Estás decidido a marcarte nuevos objetivos deportivos para este año. Pero, ¿sabes cómo hacerlo para que se conviertan en motivación y no en una tarea estresante y que dejarás olvidada?
El inicio del nuevo año suele ser un momento propicio para marcarse nuevos retos que cumplir en los próximos 365 días. Con la ayuda de la psicóloga deportiva Montserrat Vallejo, te damos las claves para que marques unos objetivos que realmente puedas cumplir.
Y la primera premisa que nos ofrece la psicóloga es que los retos que nos marquemos “deben ser lo suficientemente ambiciosos y atractivos para despertar la motivación y el interés del atleta, pero a la vez es necesario que sean realistas y alcanzables”. Si las metas no son viables y sentimos que no podemos ir consiguiéndolas con esfuerzo y entrenamiento, muy probablemente estos retos acabarán en el baúl de los recuerdos.
Por otra parte, los retos que nos marquemos deben verse como un desafío o reto personal, que nos motive y nos estimule al 100%.
Dos tipos de objetivos
Estos objetivos y retos que nos marquemos deben estar bien definidos y marcar el rumbo al que deben dirigirse los esfuerzos. Al final, deben permitirnos tener claro dónde queremos llegar y cómo conseguirlo con el entrenamiento diario.
Los objetivos deben marcar el rumbo al que nos queremos dirigir y ayudarnos a tener claro hasta dónde queremos llegar
Para Montserrat Vallejo es importante establecer dos tipos de objetivos: los de resultado y los de realización; y dividir la temporada en varios periodos para establecer objetivos concretos en cada etapa del año.
Los objetivos de resultado hacen referencia a las marcas obtenidas como, por ejemplo, un tiempo determinado en una carrera o en las series de entrenamiento o la victoria en una competición. Mientras que los de realización son las conductas que debemos realizar para poder lograr los resultados deseados. En este grupo encontraríamos, entre otros, la mejora de la flexibilidad, el perfeccionamiento de la técnica de carrera, las series o correr durante una hora.
La psicóloga avisa que el hecho de lograr los objetivos de realización no garantiza la consecución de los objetivos de resultado, pero aumenta la posibilidad de lograrlos. “Propicia que centremos la atención en la propia conducta, fortaleciéndose con ello la autoconfianza y motivación. Por tanto, las metas deben depender del trabajo diario, utilizando como indicador de mejora nuestra propia conducta”.
Los objetivos de realización potencian la autoestima y la motivación para conseguir los objetivos de resultados
Un coste asumible
Ya hemos indicado que los propósitos deben ser desafiantes y ambiciosos, pero a la vez el coste que nos exijan tiene que ser proporcionado a las condiciones y ajustarse a los límites del deportista. Por muy atractiva e importante que sea una meta, si lograrla implica entrenar un número elevado de horas diarias y no estamos en disposición de dedicarle todo ese tiempo al deporte, la motivación inicial disminuirá rápidamente.
Al marcarnos una meta tenemos que pensar en el coste que nos supondrá alcanzarla, es decir, la dedicación y el esfuerzo físico y psicológico que necesita. “Cuando nos demos cuenta que la meta que nos hemos marcado es poco viable y que no somos capaces de afrontar dicho reto, nuestra confianza será tan baja que la motivación inicial bajará drásticamente”.
Un reto que no es viable provoca pérdida de confianza y autoestima, frustración, culpabilidad y abandono del reto inicial
Además, lo que comenzó como una meta podría convertirse en una tarea estresante que nos agobia y nos desanima. Así, las consecuencias de marcarnos metas poco realistas pueden ser: la pérdida de confianza y motivación inicial, merma de la autoestima, frustración, culpabilidad y el abandono del reto inicial.
Para lograr una exitosa planificación de nuestras metas, la psicóloga recomienda:
1- Marcarnos objetivos a corto, medio y largo plazo de realización y de resultado. Deben estar relacionados entre sí, dejando cierto margen a la flexibilidad para cambiarlos, replantearlos o ajustarlos.
2- Anticipar dificultades, ya que durante los entrenamientos y competiciones pueden surgir contratiempos que nos impidan la consecución de los objetivos marcados, como puede ser cansancio, dolor, pensamientos negativos, lesiones, mala climatología…
3- Realizar una evaluación objetiva y continua de la consecución de objetivos, viendo si se van ajustando o no al objetivo final, si debemos cambiar alguno de ellos o incorporar otros nuevos.
Objetivos intermedios y finales
Al igual que existen objetivos de realización y de resultados, también resulta útil marcarse objetivos intermedios y finales. Éstos deben estar relacionados entre sí de manera que los objetivos intermedios sean las etapas que debemos cumplir para alcanzar el objetivo final.
Los objetivos intermedios a corto plazo permiten sobrellevar mejor los obstáculos que nos encontraremos por el camino
“Tanto los objetivos finales como los intermedios son necesarios para mantener elevada y estable nuestra motivación y autoconfianza, y nos preparan para superar los costes y las dificultades que nos puedan surgir en el camino”, destaca la psicóloga deportiva.
La consecución de los objetivos intermedios fortalece la motivación para seguir avanzando. Por ello es importante que establezcamos objetivos intermedios a corto plazo que den resultados en un periodo corto de tiempo.
De esta manera, con este trabajo inicial y constancia durante el año, al finalizar 2017 podremos sentirnos satisfechos de haber cumplido los retos de año nuevo, y nos sentiremos motivados para marcarnos nuevos objetivos año tras año.
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