(7-10-2020). Los pies son nucleares, ya que reciben buena parte del impacto cuando corremos. De aquí la importancia de cuidarlos y saber interpretar sus dolores. Nuestros pies, con su complejo y bien organizado entramado, son los que nos permiten movernos y trasladarnos de un lugar a otro. El podólogo deportivo especializado en biomecánica, Albert Casas, nos aconseja.
De todo el cuerpo humano, las manos y los pies son las zonas de nuestro organismo con más número de huesos. Ambas ganan por goleada. Centrándonos en las extremidades que sustentan todo nuestro peso, cabe destacar que el pie humano y el tobillo son una compleja estructura mecánica que, en total, contiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones. Los 26 huesos del pie están divididos en 3 grupos principales: tarso, metatarso y falanges.
“El dolor en el pie es, sin lugar a dudas, el más común y el que más escuchamos en cualquier consulta de un podólogo”. La frase no es nuestra, la firma el podólogo deportivo especializado en biomecánica, Albert Casas. Ante el dolor de un paciente, “nuestra tarea es llevar a cabo un buen diagnóstico para dar la mejor solución a su patología”. Y es que el dolor en el pie se puede producir de forma general o bien en un determinado punto. En ambos pies o sólo en uno, por lo que “precisaremos de una buena exploración podológica” afirma el responsable de Clinik Podologia. Una exploración que deberá tener en cuenta, por lo tanto, una serie de valores:
- La zona de dolor
- La intensidad del dolor
- Implementar un diagnóstico diferenciado de otras lesiones
- Ver las estructuras dañadas y ver su relación con otras partes del cuerpo como pueden ser la rodilla, la cadera o la columna (muchas veces, el dolor concreto se origina en un punto y se percibe en otro de nuestro organismo)
Teniendo en cuenta esto, podríamos clasificar los dolores más habituales en 3 tipos diferentes:
- Dolor en la planta del pie
- Dolor en el metatarso
- Dolor en el lateral del pie (parte externa del mismo)
A continuación, vamos a ver los diferentes síntomas de este tipo de molestias que pueden ser muy limitantes a la hora de poder correr con total normalidad. De hecho, una de las advertencias más importantes que lanza Casas es que “debemos acudir a un especialista cuando el dolor que sintamos sea prolongada y vaya a más”. De esta forma, tendremos un diagnóstico precoz y evitaremos que cualquier lesión pueda generar efectos para nada deseados.
Dolor en la planta del pie
En palabras del podólogo deportivo consultado, “es un clásico de toda consulta podológica”. En la mayoría de casos, “este dolor en la planta del pie se traduce en una fascitis plantar una vez hemos examinado la extremidad en cuestión”. Eso sí, de aquí viene la importancia ya destacada anteriormente de un buen diagnóstico, pues dicha lesión –fascitis plantar- se podría confundir también con una rotura de la fascia plantar, un espolón calcáneo o incluso una bursitis subcalcánea, por citar sólo los casos más sobresalientes.
Un buen síntoma para detectar dicha lesión es hacer un autoanálisis cuando nos levantamos, de buena mañana. Si ponemos el pie en el suelo y nos cuesta andar, incluso con dolor, lo más probable es que la sobrecarga de kilómetros y entrenamientos haya derivado en una fascitis plantar.
Dolor en el metatarso
El exceso de carga o presión en la zona de los metatarsianos suele ser la causa del dolor en la metatarsalgia o en la parte anterior del pie. En este caso también podemos encontrar varias causas a este dolor concreto, aunque las más comunes suelen ser el uso de un calzado inadecuado o por una biomecánica deficiente. En el peor de los casos, la dolencia se puede deber a ambos factores. De esta forma, “es básico que cualquier profesional detecte la causa para solucionarla cuanto antes y así corregir el problema de forma definitiva”.
La metatarsalgia también podría confundirse con otras patologías que afectan a la zona anterior del pie como podrían ser el neuroma de morton, la fractura por estrés, duricias o callosidades o incluso verrugas.
Dolor en el lateral del pie (parte externa)
El dolor en la parte externa del pie se puede deber, en este caso, a varias lesiones. No obstante, la más frecuente –según nos cuenta Albert Casas- suelen ser los esguinces de tobillo, afectando dicha lesión al ligamento peroneo-astragalino anterior. Una lesión que se da, mayoritariamente, en el caso de corredores por montaña y no tanto en corredores de asfalto, debido, básicamente, a las irregularidades del terreno.
Además de los esguinces de tobillo, también cabe destacar dolencias como la tendinitis de los peroneos (debido a la sobrecarga) o fractura de Jones. Casas instruye en el hecho de que todas estas lesiones “tienen un componente biomecánico que debemos asegurar para una correcta funcionalidad de todo el cuerpo y evitar más lesiones”.
Mueve tus pies, que tu cuerpo te seguirá
Diferentes estudios han cifrado la zancada del corredor popular en una amplitud de alrededor 1-1’10 metros. Lo que significa que impactaremos 1.000 veces en el suelo por cada kilómetro que completemos y, todo ello, con una fuerza muy superior a la de nuestro propio peso (puede llegar a ser de hasta 3 veces nuestro peso corporal). No es óbice, por lo tanto, “tener en cuenta que nuestro pie está sometido a una carga constante, y no sólo cuando corremos” expone el responsable de Cilinik Podologia.
Los pies son básicos para nuestro sustento y para movernos y corrernos y, debido este impacto, está claro que son “una de las zonas más propensas a sufrir lesiones o sobrecargas, más que otras partes de nuestro cuerpo”. Por este motivo, “hay que atender y cuidar de nuestros pies, ya que sólo tenemos dos”, cierra el podólogo deportivo. Y no tenemos ninguna duda al afirmar: mueve tus pies que tu cuerpo te seguirá. Y toda frase tiene su reverso, ya que si no cuidamos de ellos, a la larga, no podremos calzarnos unas zapatillas y salir a rodar unos kilómetros.
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