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¿Cómo debemos ducharnos tras practicar deporte?

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(6-11-2019). Dicen que el tiempo que pasamos en la ducha se reparte de la siguiente manera: un 10% es bañarse, un 20% es cantar y el 70% restante lo dedicamos a tomar decisiones importantes. Más allá de si sois un Pavarotti bajo el agua de vuestra casa o si aprovecháis este momento para dibujar vuestro devenir, pasar por la ducha es fundamental para la higiene personal. Y aún más después de hacer deporte y salir a correr.

No hay una norma general para ducharse, ni tampoco un momento concreto del día. Algunos prefieren hacerlo por la mañana, para despejarse y empezar el día con energía y vitalidad. Otros, por la noche, justo antes de irse a la cama, como método de relajación. La decisión sería a gusto del consumidor, como si de un bufet libre se tratara. No obstante, sí es preciso asearse tras haber realizado deporte. Lo más normal es ducharse una vez al día, no es necesario más, a no ser que se trate de una persona con problemas cutáneos (en este caso, el especialista determinará bajo qué condiciones debe hacerlo).

Más allá del momento concreto de la ducha, sí hay una norma general que deberíamos seguir, al pie de la letra. Y es que, tal y como indica un documento reciente de la Organización Mundial de la Salut (OMS), ésta “debería limitarse a 5 minutos, para que el uso del agua y la energía sea sostenible”. Con 5 minutos es más que suficiente para lavar todas las partes de nuestro cuerpo. Además, de esta forma, durante este tiempo no se supera el consumo de 95 litros de agua. Las duchas frecuentes y largas no ayudan al medio ambiente y deterioran el manto lipídico de nuestra piel (favoreciendo su sequedad, el picor y la dermatitis).

¿Cómo debe ser una ducha?

Debemos ducharnos una vez al día –como algo genérico- y hacerlo con masajes suaves con la mano, no hace falta usar esponjas agresivas, advierten desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). El agua debe ser tibia y, como decíamos, la duración no debe exceder los 5 minutos. El tipo de jabón debe ser neutro y sin perfume, para que respete nuestra piel. La cuestión del perfume no es baladí, ya que un jabón con perfume tiende a destruir las barreras protectoras de nuestra piel (el manto lipídico, ya mencionado con anterioridad) y abren las puertas a la penetración de posibles gérmenes. De hecho, el manto lipídico no es eterno y debemos cuidarlo para que cuide de forma natural nuestra piel, sin alterar su acidez (su pH se sitúa en torno al 5’5).

Teniendo en cuenta estas indicaciones, desde la AEDV aconsejan “utilizar una emulsión sin jabón o un aceite de ducha”. Estos, se fabrican sin conservantes, sin parabenos ni sustancias alergénicas. Se trata de un tipo de jabones para todo tipo de pieles, “pero son necesarios para pieles secas o atópicas, ya que protegen la piel y aumentan el nivel de hidratación”. Más allá de la protección al medioambiente, ducharse varias veces al día no es la solución. Algunas personas, por temor al mal olor o bien a las bacterias, se duchan con demasiada frecuencia. Un extremo que “puede producir una fricción excesiva en la piel y tiene consecuencias negativas sobre ésta”.

Es necesario prestar más atención a la hora de limpiar bien aquellas zonas que producen mal olor (ingles, genitales, axilas y pies). Por cierto, las personas con piel atópica –así como los ancianos- “son los que más se van a beneficiar de estas duchas cortas y poco frecuentes”. ¿El motivo? Pues que “tienden a tener la piel más seca, con picores y dermatitis”. Resumiendo, la ducha ideal debería tener todos estos ingredientes (siguiendo los preceptos de la AEDV):

  • Ducharse 1 vez al día (algo que no compromete nuestro manto lipídico)
  • Agua tibia (con altas temperaturas, la piel se reseca y puede llegar a cuartearse; agua muy caliente o muy fría tras hacer deporte puede estresar más nuestro cuerpo, algo totalmente innecesario)
  • Si nos duchamos 2 veces al día, en una de ellas deberíamos prescindir del jabón
  • Hidratar nuestra piel inmediatamente después de la ducha (eso sí, debemos estar completamente secos; sobre todo, en las zonas más sensibles)
  • Usar un gel de baño con un pH de entre el 5.5 y el 6. Con un nivel superior al 6.5, podríamos alterar el manto lipídico de la piel. Los productos que tengan en su composición extractos de aceites vegetales también son bien recibidos por nuestra epidermis
  • No debemos friccionar con fuerza sobre nuestra piel (no deberíamos usar esponjas rígidas)

¿2 duchas al día? Una excepción

Durante los meses de más calor, y en el caso de haber practicado una actividad física como el correr o haber ido al gimnasio, podemos introducir un segundo paso por el agua en nuestra rutina. No obstante, en este caso y tal y como ya hemos establecido en las características de cómo debe ser una ducha, el segundo paso por el agua lo debemos llevar a cabo usando jabón sólo “en las zonas que tienen mal olor y sudoración excesiva” (zonas ya definidas anteriormente). Hay una salvedad a esta generalización: “en el caso de personas con piel grasa, pueden ducharse o utilizar jabón con mayor frecuencia”.

La sobrehigiene, si no tiene una motivación, puede llegar a producir una serie de dolencias concretas. Tal y como hemos visto anteriormente, la Academia Española de Dermatología y Venereología no recomienda más de una ducha al día –salvo las salvedades ya comentados-. Y es que si no seguimos estas sugerencias, nos exponemos a “enfermedades como la dermatitis atópica o infecciones como la pitiriasis o alergias varias”.

España, un mal referente

Según un estudio realizar por Demoscopia en toda Europa, España es el más limpio de todo el territorio del viejo continente. Atención al dato: pasamos una media de 48 horas el año en la ducha. Y los jóvenes son la franja de edad que más horas pasa en remojo. El 50% de estos se ducha 1 o más veces al día. Y, lo más preocupante es que pasa una media de 12 minutos bajo el agua cada vez que abre el grifo. De hecho, únicamente un 9% de los españoles sigue los consejos de la OMS de permanecer bajo el manto del agua unos 5 minutos. Por lo tanto, nos queda aún un buen camino por recorrer. Deseamos que el contenido de este artículo, como mínimo, os haya hecho reflexionar sobre la cuestión. Pasar por la ducha una vez al día es más que suficiente para actuar contra la deshidratación e irritación de la piel.

 

Información de contacto:

www.aedv

 


Hay 1 comentario

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  1. Alba Decathlon

    Bañarse es importante para limpiar la piel, permanecer hidratados y ¿por qué no? Descansar. Sin embargo, es verdad que muchas veces el agua es desperdiciada y el exceso de productos químicos pueden afectar negativamente la piel.

    Una vez se realiza ejercicio es ideal ducharse, para eliminar el sudor que ha quedado sobre la piel.


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