(3-4-2019). La obesidad es uno de los grandes problemas del S.XXI. Está considerada, para algunos expertos, como la pandemia de este siglo. El deporte y un estilo de vida saludable son unos grandes aliados para combatirla, pero no los únicos. El descanso también incluye directamente en la ecuación y, es que, no dormir las horas necesarias tiene efectos negativos sobre la obesidad y la diabetes.
La obesidad y el sobrepeso son unas enfermedades que presentan múltiples aristas y, por lo tanto, también se pueden encarar desde muchos puntos. El deporte, un estilo de vida saludable, una nutrición saludable… Todo influye en combatir y prevenir la obesidad. Pero también el descanso. Así lo afirman los expertos en la materia quienes aseguran que existe una correlación directa entre dormir poco y padecer obesidad y otras enfermedades como la diabetes.
Para ampliar las consecuencias que esta privación del sueño tiene sobre la obesidad y el sobrepeso, hemos contactado con la persona que más sabe sobre el sueño y el descanso en nuestro país, el doctor Eduard Estivill, que hace más de 25 años que investiga en esta materia a través de la Clínica del Sueño. El mismo Estivill destaca que esta relación entre obesidad y falta de sueño o sueño poco reparador es fruto de una investigación del doctor Jesús Pujol, que forma parte de su equipo de especialistas.
En las últimas 3 décadas, la tasa de obesidad se ha duplicado en adultos y triplicado en niños
“Dormir mal o el sueño fraccionado afecta a nuestro metabolismo” de forma directa, admite Estivill. Y, en este caso, por ende, a enfermedades como la diabetes o la obesidad. Hay que tener en cuenta el papel reparador del sueño, ya que “equilibra la salud psicológica, emocional y física de las personas”. Y, hoy en día, “disponemos de suficientes evidencias para afirmar que no dormir lo suficiente puede asociarse con efectos adversos para la salud”. En este caso, la obesidad.
Atención al dato que nos ofrece el impulsor de la Clínica del Sueño: En las últimas 3 décadas, las tasas de obesidad se han duplicado en adultos y triplicado en el caso de niños. Unos datos que, en mayor o menor medida, prevalecen en la mayoría de países industrializados.
Sueño insuficiente: dormir menos de 6 horas al día
Tal y como nos cuenta Eduard Estivill, la relación entre la reducción en la duración del sueño como un posible factor contribuyente en la obesidad no es algo novedoso. Es una teoría que ya se planteó hace más de 2 décadas. Antes de proseguir con la argumentación, hay que aclarar que, en el caso de adultos, se considera un sueño insuficiente cuando se ha descansado menos de 6 horas al día –incluyendo sueño nocturno y siestas-. Eduard Estivill también nos aclara que, por ahora, la profesión no ha llegado a un consenso sobre “si lo que se considera sueño insuficiente se refiere sólo al sueño de corta duración –de menos de 6 horas- o a la mala calidad de este sueño con o sin trastornos del mismo”.
Se considera sueño insuficiente cuando el descanso dura menos de 6 horas el día
El sobrepeso o la obesidad suelen asociarse a una ingesta de energía mayor que el gasto energético. Esto, de forma continuada, acaba afectando al Índice de Masa Corporal. Y un IMC superior a 25 está considerado ya sobrepeso. Si está cifra supera el valor de 30, estaríamos hablando ya de obesidad –y en función de la cantidad que sobrepasa de 30, hay diferentes grados de obesidad-.
Estivill nos recuerda que “durante el sueño, la secreción de varias hormonas varía, contribuyendo al metabolismo y al equilibrio energético de nuestro organismo”. Y advierte que “la reducción o la privación del sueño puede vulnerar este equilibrio entre dos hormonas periféricas como son la leptina (citosina polipéptoda) y la ghrelina”. La leptina es una inhibidora del apetito, mientras que la ghrelina es su opuesta, liberándose en el estómago y estimuladora del apetito.
¿Dormir más puede ser un remedio contra la obesidad?
Por lo tanto, más allá de las pruebas de la investigación del doctor Jesús Pujol que relacionan el sueño –o la privación de éste- y el aumento de peso, se subyace una pregunta que va más allá. Si dormir menos puede incrementar el riesgo de sufrir obesidad y sobrepeso, nos situamos en el plano contrario. ¿Dormir más puede ser una solución para luchar contra el sobrepeso y la obesidad? Todas las investigaciones realizadas hasta ahora, incluso las del doctor Pujol, no han encontrado una respuesta diáfana para argumentar que la relación sea bidireccional. Eso sí, hay que ser optimistas sobre este aspecto, ya que hay algunas perspectivas que “pueden sugerir avances en este proceso de búsqueda”, reflexiona el equipo de la Clínica del Sueño.
La insuficiencia de sueño e insomnio afecta al 20-30% de los adultos en todo el mundo
Dormir más no es una solución fácil. Y es que la tendencia mundial, tanto en adultos como en adolescentes, es la de reducir las horas de sueño, tal y como ponen de manifiesto diversos estudios epidemiológicos. Saber que necesitamos dormir más para tener una vida más saludable no significa que nuestro día a día nos permita llevarlo a cabo como si de apretar un botón se tratase. Y es que hay una serie de deberes ocupacionales que han ido a más en el tipo de sociedades modernas en las que vivimos (turno por trabajo, mayor tiempo de desplazamiento entre nuestro puesto de trabajo y nuestro hogar, incremento de las actividades de ocio o el uso de Internet, el teléfono móvil y los videojuegos…). De hecho, la insuficiencia de sueño y el insomnio “afectan, en global, entre un 20% y un 30% de los adultos”.
Mejorar la calidad del sueño
Tal y como nos ha comentado previamente, no se ha podido establecer que si dormimos más esto reduzca el riesgo de padecer obesidad y sobrepeso. De todas formas, sí conocemos algunas herramientas para mejorar la calidad del sueño y que nos enumera el especialista: actividad física durante el día, mejorar las condiciones ambientales del sueño y llevar a cabo siestas de forma programada.
“La prevención de la obesidad es una cuestión compleja y se necesitan más investigaciones para determinar si las intervenciones destinadas a aumentar la duración del sueño pueden ser útiles en la lucha contra la pandemia del siglo XXI”, opina Eduard Estivill, ya que la elaboración de los estudios no es sencilla. Aun así, el experto desea que se pueda establecer una relación causa-efecto, con el objetivo de ayudar a erradicar esta dolencia que hay que afrontar de una forma multidisciplinar.
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