(10-2-2015). A pesar de que el nivel de preparación, tanto físico como mental, de los corredores que participan en maratones es cada vez mayor, un 15% de los que cruzan la meta requieren de algún tipo de asistencia sanitaria.
Así lo ha afirmado el director del Centro del Pie Siglo XXI y presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva, Ángel de la Rubia, en declaraciones hechas a Europa Press.
Según el experto podólogo, aproximadamente un cuarto del total de corredores que finaliza un maratón deben ser atendidos tras cruzar la meta por el servicio sanitario, médico, fisioterapeuta o podólogo.
Además, de los corredores que abandonan la carrera antes de cruzar la meta, hay un porcentaje menor a un 1% que es atendido por urgencia médica.
Entrando en la especialidad de Ángel de la Rubia, la podología, el experto explica que del montante de corredores que necesitan asistencia, el 5% requieren ser tratados por podólogos. De los cuales, aproximadamente el 15% necesitan un traslado hospitalario. La mayoría requiere únicamente un masaje, extirpar una ampolla, quitar una hemorragia bajo las uñas, entre otros pequeños males.
Antes de la carrera
El especialista incide asimismo en que antes de inscribirse a cualquier maratón es necesario tener en cuenta una serie de aspectos. El primero, es recomendable someterse a una prueba de esfuerzo para comprobar el estado del aparato cardiovascular, además de una exploración biomecánica del pie y la pisada que ayudarán a “detectar la aparición de errores anatómicos que sean incompatibles con la carrera”.
También es necesario prepararse físicamente, con ejercicios y estiramientos, al menos durante los tres meses previos al maratón. En cuanto a la alimentación, el experto incide en la ingesta de hidratos de carbono durante las semanas previas, hidratarse y tomar glucosa desde horas antes de comenzar a correr para mantener los niveles del organismo.
Otro aspecto clave es el calzado escogido para correr la carrera. “Un maratón son unos 3.000 impactos contra el suelo, lo que puede generar una cantidad de lesiones en cadera, columna vertebral, rodillas, etc., si no se pisa bien”.
Lesiones incapacitantes
Por otra parte, De la Rubia nombra algunas lesiones incapacitantes con las que, si se padecen, está totalmente desaconsejada la participación en una carrera. Estas dolencias son las ampollas, tendinitis como la fascitis plantar o el síndrome de la cintilla iliotibial (dolor agudo en la cara izquierda de la rodilla); la periostitis tibial (molestia en la cara interna de la tibia), el síndrome piramidal (dolor agudo en el centro del glúteo) o lumbagia (dolor en la parte baja de la espalda).
Problemas a partir del km 30
Durante el maratón, el podólogo explica que la mayoría de problemas suelen surgir en torno a los 30 kilómetros, cuando el corredor empieza a fatigarse física y mentalmente. Y recomienda que ante cualquier dolor incapacitante, sensación de mareo o un calambre intenso, se pare de inmediato, ya que “si se continúa pueden aparecer lesiones de mayor gravedad”.
Si se deja de correr, ya sea porque se abandona o porque se ha llegado a la meta, “lo aconsejable es seguir andando 100 metros para que se estabilice las pulsaciones y vuelvan los niveles a la normalidad”, advierte. También hay que seguir hidratándose durante las dos horas siguientes, tomar comida ligera y hacer una siesta reconfortante y/o un paseo relajado. “La semana siguiente hay que pasear pero no correr, ya que la musculatura debe volver a su estado inicial”, añade.
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